HOY SE RIEGA LA FLOR DEL SPAMANO. SI QUE SI.
Advertencias: Un Alemania bardero xD, puteadas, puteadas, y mas puteadas. (las cuales no seran precisamente de los personajes de esta historia)•••
La reunión volvia a ser una locura total. Osea, era lo de siempre.
Era el típico de siempre, desde hace dos meses. America gritaba que el seria el heroe, que todos serian su apoyo, y, como un extraño extra, que Romano seria su compañero. (Esto no le simpatizó un pelo al castaño, como para que se den una idea.) Alemania hacia lo que podia para parar al rubio sin darle un golpe que le deje una contusión severa, Japon hablaba con la húngara acerca de el shipp del dia, Inglaterra le llevaba la contra a América, y Francia se la llevaba a el. Rusia respondía que las ideas del rubio eran absurdas (Venga, nadie puede negarte eso, muchacho) y que Romano seria uno con el, y así vencerian al rubio. (Cabe resaltar que, en el momento en el que el italiano se enteró de que ambos países estaban hablando de el como si fuera una cosa, les acomodó las ideas a base de bofetadas).Roma pasaba de todo ese bullicio, encerrandose en el hermoso mundo de la musica y los auriculares. Definitivamente, la mejor inversión de su vida.
-Disculpen-. Dijo alguien parado en el pórtico. Obviamente, todos lo pasaron por algo. Este, al saberse ignorado, soltó una toz falsa tratando de captar la atención de los paises. Nada. Otra vez. Entonces de repente se oyó el incesante ruido de un chirrido infernal que hizo a todos doblarse de dolor, menos a Lovino, y a sus infalibles auriculares.
Esta persona se acercó caminando lentamente hacia el castaño. El sonido de sus tacones altos era, por mucho, el unico sonido en todo el lugar.-Disculpe, joven-. Dijo la persona mirandolo fijamente. El castaño no supo responder puesto que aun llevaba puestos sus auriculares. Esta persona, ya notablemente molesta, levantó su mano devolviéndole al castaño la cara de una bofetada. Este subio su mirada de golpe.
-¡Oye tu!-. Una vez que Romano logró levantar la vista no pudo evitar delinear el rostro de la persona frente a el, como si quisiera cerciorarse de qu ese rosto no lo estaba engañando. -April...-. Murmuró levemente.
-Romanito~... Que gusto en verte~-. Dijo la mujer sonriendo, mientras acomodaba los (Aun largos) cabellos castaños.
-Alejate-. Espetó el castaño, con una cara de asco incomparable.-No quiero verte, por nada en el mundo-. El se levantó de su asiento, y salió por la puerta dando zancadas.
-Oh, mi pequeño~-. Canturreó la loca mujer.
•••
-Roma, Roma, Romano-. España se acercó al castaño tomandolo por los hombros. Este no reaccionó ni trató de alejar al castaño. -¿Que ocurre? Te vi salir hecho una furia y...-. La voz de España se cortó antes de acabar. El italiano, con una mueca y los ojos caidos se separó de el.
-Sueltame-. El castaño comenzó a alejarse a paso lento, y el español continuó mirandolo. De tanto apretar los puños estaban haciéndose blancos. De la nada, se acercó al italiano tomándolo de la mano y tironeandolo hasta que este quedó en su pecho, acunado.
-¡No te dejaré irte!-. Chilló España fuertemente. El italiano atrapado intentaba librarse pero no lo lograba. El castaño lo tenía firmemente atrapado.
-¡España idiota, ya suelta!-. El español negó con la cabeza y tomó a su compañero por los hombros, sacudiendolo.
-¡No te dejaré alejarte otra vez!-. El italiano se sonrojó levemente por esto y apartó la mirada. España suspiró. -Mírame-. Casi susurró al oido del mas chico. Este le volvió a mirar lentamente, sonrojado profusamente. -Ya te alejaste una vez de nosotros, y ya van dos veces en las que te alejan de mi. No voy a permitir que lo hagan una tercera vez-. El latino, sonrojado hasta las orejas, ocultó su rostro en el pecho del mas grande. Le temblaban las manos, pero aun así las subió lentamente presionando con fuerza la camisa del mayor en un abrazo casi desesperado. Seguramente cuando España quiera hablar de eso, le diga que estaba sensible por la llegada de April... Pero eso iba a ser despues, cuando Antonio pregunte. En ese momento, solo eran ellos dos, y todo lo que habia que decir ya estaba dicho. Ahora que no habian palabras, lo que restaban eran acciones. Era solo un consuelo mutuo, pero estaba bien que fuera así.
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Aquí Lo Dejo
FanficLa paciencia de Lovino se acabó. Eso sumado a una conversación ajena que escuchó provocan eso que tanto se temía. «Aquí lo dejo. Renuncio a mi puesto como Italia Romano» [Soy perezosa, tengo una vida, por lo que esto se actualiza lento pero constan...