Pánico

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La siguiente competencia tuvo lugar en el nuevo y moderno complejo de hielo en Almaty, Kazajistán y Yuri no sabe por qué está nervioso, si por la competencia o porque el hecho de encontrarse con Otabek en dicha competición era inminente, estaba más que claro que era la segunda, pero como siempre, el rubio se negó a reconocerlo.

Los últimos tres meses los pasó "Entrenando" su capacidad de tolerar estar junto a un alfa en el mismo espacio, Viktor fue el conejillo de indias en este experimento ya que nadie más conocía la condición de Yuri, y en ese tiempo el peliplateado no solo sufrió con las violentas reacciones del rubio, sino que también tuvo que lidiar con el temperamento de su Omega quien no podía evitar tener el estado de ánimo arriba de una montaña rusa.

Pero Viktor disfrutaba eso, se sentía en familia estando de esa forma.

En cuanto a la actitud del rubio con su kazajo amigo las cosas no parecían mejorar mucho, seguían enviándose mensajes de texto sin embargo estos eran lejanos en el tiempo, al menos de parte del rubio, Otabek enviaba una serie de mensajes diarios o día por medio y Yuri respondía a todas sus preguntas mediante una especie de resumen semanal de su vida, aún se negaba a hablar con su amigo por teléfono o vídeollamada por más que el peliplateado insistiera en que sería mucho mejor para su tolerancia hablar con el héroe de Kazajistán. Yuuri intentaba hacer que Yuri entrara en razón desde el punto de vista de los omega, pero nada parecía funcionar con Plisetski, por más que se esforzara por superar su problema con los alfa.

— ¿Crees que podrá superarlo? estoy preocupado, Yuuri— Preguntó Nikiforov a su Omega después de despedir a Yuri, lo abrazó por la espalda dejando ambas manos sobre el pequeño bulto que se comenzaba a formar a la altura de su abdomen— No nos queda más de un mes para lograrlo..

— Lo está intentando... Su determinación es incluso mayor que para las competencias pero ¿Sabes? Creo que necesita un pequeño empujón para que se dé cuenta de ciertas cosas... —Respondió el japonés, cerrando los ojos disfrutando del momento que tenía con su alfa y el bebé— ¿Sabes? Yo también tenía un poco de miedo al principio... De que me escogiera un alfa que solo me quisiera por lo que su instinto animal le dijera, pero llegaste tú y te llevaste todos esos miedos... Quizá necesita ese "algo" que lo haga despertar.

—Tal vez tienes razón... Yuuri. —Finalizó el peliplateado antes de dejar un dulce beso en la mejilla de su Omega.

En Almaty las cosas no estaban del todo bien tampoco. Claro, Otabek estaba feliz de haber vuelto a casa con su madre y hermanas, como la siguiente competencia sería allí tendría tiempo para estar con su familia mientras preparaba sus programas para la presentación. Ahora mucho más desde que su madre compondría la música y su hermana mayor ayudaría con la coreografía. En lo que respectaba a Yuri, ya no sabe qué hacer, pensó muchas veces en darle su espacio, por alguna razón el rubio no responde con frecuencia a sus mensajes y pareciera como si le estuviese evitando ¿Qué otros métodos podría usar para acercarse a su amigo, estando a miles de kilómetros? Su celular era el único medio para poder comunicarse con Yuri, hasta contrató un mejor plan de datos para estar pendiente su Yuri respondía en algún momento pero lamentablemente, eso no estaba funcionando.

—Beka, si sigues con la cabeza en Plutón voy a torturarte y hacerte repetir la coreografía hasta que el sol deje de brillar— Otabek estaba tan distraído que no fue capaz de notar que su hermana Serik había entrado en la pista para regañarlo al equivocarse nuevamente en la coreografía— Algo te pasa, tú no eres así, menos cuando es mamá quien compone tu música, suéltalo.

Otabek evitó el contacto visual con la mayor y se acercó a la salida de la pista, siendo interceptado por su pequeña, pero intimidante hermana mayor.

Mejores amigos ¿O qué? [Otayuri - Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora