Capítulo 11

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Capítulo 11: El Accidente


TYLER

Fue inútil lo que grité. Un auto alcanzó a Elle y la empujó, aventándola a quién sabe cuántos metros más adelante. Escuché el jadeo de Bella detrás de mí, y miré cómo Jeremy y el tal Jensen llevaban sus manos a sus bocas al ver semejante escena. Mientras la chica trataba de recuperarse de su trance, Jensen y yo corrimos en dirección hacia Elle, quien yacía inconsciente en el suelo. Tomé su cabeza y la coloqué en mis piernas. Para mi fortuna, sigue respirando, pero hay una enorme herida en su frente que sangraba mucho.

Un chico de no más de 21 años salió del auto que le había provocado esto. Dejando las luces encendidas ya que era lo único que nos alumbraba en este momento, se colocó a mi lado y miró con susto a Elle.

—Lo siento, no quise hacerlo —se disculpó rápidamente—. ¿Cómo está ella?

—Creo que está inconsciente. Hay que llevarla a un hospital —respondí.

—La ambulancia tardará mucho en venir —repuso Jensen—. Tenemos que llevarla nosotros.

—Súbete con ella en el asiento trasero —exclamó el desconocido.

Tomé a Elle en mis brazos y me dirigí a los asientos traseros. El chico abrió la puerta para mí y, sin ni siquiera agradecerle, me senté, dejando la cabeza de Elle en mis piernas mientras tapaba su herida con un pedazo de mi camiseta para evitar que sangrara demasiado. El tipo se subió con rapidez al auto y arrancó.

—Te pondrás bien... —Acaricié su cabeza, quitando algunos mechones de cabello que se adherían a su frente.

Miré hacia atrás, descubriendo el auto de Jeremy y la motocicleta de Jensen siguiéndonos. Más tarde le llamaría a Dylan y le pediría que fuera a buscar mi auto, el cual se había quedado estacionado en las carreras y temía que algún vándalo rompiera el vidrio y se robara algo, aunque no tenía nada de valor en mi coche además del estéreo.

Sentía un enorme arrepentimiento dentro de mí por lo que había provocado. Sí, yo era la única persona que tenía la culpa. Bien pude solamente entrar a la casa de los señores Howard y decirles la verdad, que su hija no iba a casa de Jeremy y estaba escapándose con un corredor imbécil, pero fue tanto mi enojo y mis celos que decidí seguirlos y armar esta escena.

Y cuando la vi besándose con ese chico... Sentí algo dentro de mí romperse. Le confesé mis sentimientos, le dije lo que en verdad sentía cada vez que la veía, le dije lo que tanto escondí desde el momento en que regresé a esta ciudad... ¿Y qué hizo ella? Se fue a ese maldito lugar a besarse con ese chico. ¿Cuándo cambió tanto? Era una persona completamente diferente a la que yo dejé aquí. El único culpable de ese gran cambio fui yo.

No puedo quejarme de tal cosa porque yo también tuve la culpa. La confundí al decirle que me estaba enamorando de ella, pero me encuentra en mi propio auto con la misma mujer que no me deja en paz. Porque esa es la verdad sobre la maestra Wilson. Sí, es una chica fantástica, grandiosa, buena maestra... pero ni siquiera todas esas cualidades me hacen olvidar a Elle. Cada vez que veo a esta profesora, lo único que siento hacia ella es admiración y respeto. Y cuando veo a Elle... Dios, es una cosa diferente. Cuando la tengo cerca de mí, siento como si ella fuera mi única esperanza, la única persona que podría ayudarme a salir del enorme agujero en el que me metí durante seis años, la única persona capaz de amarme a pesar de todo el daño que hice.

Suspiré con alivio cuando llegamos al hospital. Aunque Elle seguía respirando, temía al ver su piel tan pálida y mi torniquete improvisado escurriendo sangre. El chico se bajó del auto y abrió la puerta trasera. Tomó a Elle en sus brazos y corrió hasta la entrada del hospital. Salí del coche y lo seguí.

El Mejor ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora