Capítulo 32: Celos y desconfianza
—¿Sí me reconoces, Elle? —insistió el chico frente a mí.
—¡Sería una completa idiota si no lo hiciera! —reclamé—. ¡Bill! ¡Eres tú!
Me lancé rápidamente a sus brazos y rodeé mis piernas en su cintura. El chico soltó una carcajada y rodeó mi cintura, evitando que me cayera.
Este chico es Bill Howard, mi primo. Cuando era pequeña, siempre iba a mi casa a jugar conmigo, al igual que Tyler. Jugábamos, reíamos, platicábamos, entre otras cosas. Por desgracia, cuando yo tenía 7 años y él, 11, se mudó con su familia a no sé dónde, y de ahí ya no supe qué fue de él... hasta ahora.
Todos mis primos de parte de mi padre me odian —y no entiendo la razón, creo que es cierto cuando dicen que nunca te llevarás bien con tu familia paterna—. Incluso, nuestra abuela siempre criticaba la forma en la que mis padres me educaron. Cuando me volví una chica un tanto rebelde, con mayor razón siguieron criticándonos. Sin embargo, a mis papás nunca les importó y me educaron como ellos lo vieron mejor. Sí, tal vez era un tanto rebelde y grosera, pero estoy segura de que los valores más importantes: respeto, educación, confianza, entre otros, los tenía gracias a las personas que me dieron la vida.
Volviendo al tema, aunque mi abuela paterna y mis demás primos me odiaban, Bill nunca lo hizo. Lamentablemente, su padre —el hermano del mío— consiguió un mejor empleo en esta ciudad, así que tuvieron que mudarse, dejándonos a Tyler y a mí. Luego me quedé sola, creo que no hace falta contar esa historia.
Solo nos habíamos comunicado por redes sociales, pero sus estudios y los míos nos impedían viajar para encontrarnos. Ahora, y para mi fortuna, nos volvimos a encontrar, después de muchos años. Sería idiota de mi parte no reconocerlo.
Y ahora que recuerdo...
—Por Dios, ¿cómo me reconociste? —pregunté, asombrada, recordando que hace más de 10 años no nos veíamos.
—Te vi y te me hiciste conocida, pero no estaba seguro del todo. Y, por fortuna, una amiga tuya gritó tu nombre, y ahí supe que eras tú. —Despeinó un poco mi cabello, riendo al ver mi ceño fruncido—. No luces para nada como la chiquilla que dejé en Londres.
Rodeé los ojos porque aquí vamos con la misma historia...
—Se nota que la niña dulce e inocente ya no existe. —Me miró de arriba abajo—. Pero me gusta cómo te ves, prima. Este estilo rebelde y rockero te queda mejor.
Sonreí sin mostrar los dientes. Por lo menos, no había reaccionado como Tyler, quien inmediatamente me reclamó por mi repentino cambio.
Aunque quise evitarlo, algunos recuerdos vinieron a mi mente, cuando me rehusaba a perdonar a Tyler por su abandono. Quién diría que llegaríamos a este paso: ambos siendo pareja, con mucho amor y sexo de por medio, y mudándonos a nuestro propio hogar.
—Tenemos tanto de qué hablar...
—¿Te diriges a tu casa? ¿Acaso ya vives aquí? —Frunció el ceño.
—Sí, ahora vivo aquí, en Liverpool. ¿Quieres venir a mi casa? Para que la conozcas y sepas dónde se harán las fiestas todos los viernes y sábado —ofrecí, guiñándole un ojo con burla.
—Claro, Elle, como digas —aceptó, rodando los ojos y sonriendo.
Me acerqué con todo mi grupo de amigas y les avisé que me iba a ir a casa con Bill y que, al fin y al cabo, ya habíamos comprado todas las cosas para la fiesta sorpresa de Tyler. Bella y Jeremy se encargarán de esconderlas en su apartamento. Sin dudarlo, al decirles que me iba a ir con mi primo, aceptaron, no sin antes decir que me esperaban mañana en el departamento de Bella a las siete para reunirnos.
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El Mejor Profesor
RomanceÉl está de regreso. Mi mejor amigo, al que no he visto por más de cinco años, ha regresado a la ciudad. ¿Lo peor de esto? Él, ahora, es mi nuevo profesor... [Novela original. Cualquier publicación sin mi consentimiento, favor de avisar.] Tráiler: ht...