Capítulo 25

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Capítulo 25: El accidente de papá


Sentía como si todo mi ser, todas mis energías, toda mi alma, se desprendiera de mi cuerpo de un solo jalón. Lo que tanto acosaba mi mente, lo que tanto traté de guardar para llevármelo a la tumba, al fin salía a la luz, todo por culpa de los estúpidos celos de Jensen.

Le supliqué, le grité con la mirada que no dijera nada de lo sucedido entre nosotros, pero pareció importarle poco. Él me había jurado que ese secreto se quedaría solamente entre nosotros, y por esa razón, ni siquiera Bella lo sabía, ya ni porque es mi mejor amiga y yo siempre le contaba todo. Ahora, todo está arruinado.

Ver a Tyler fue lo que me terminó de matar. Su cara de tristeza, de decepción, de desesperación... Maldita sea, no podré borrármela fácilmente. Todo se había arruinado. No quedaba por qué más luchar, si estoy segura de que esto él no me lo perdonaría fácilmente. Tyler fue sincero al decirme que Hannah lo drogó para poder acostarse con él... ¿pero yo? Yo lo hice por venganza, porque me sentía débil, porque estaba vulnerable...

No era la culpa de Jensen, ni la de Tyler: era mi culpa. Esto pasó porque yo lo permití. Bien pude decirle a Jensen que no quería tener relaciones con él, que no estaba bien. Sin embargo, no fue el caso, y ahora, me arrepiento más que nada en el mundo.

—Dime que no es cierto, Elle... —Tyler me miró, suplicante. Joder, no soy capaz de mentirle—. Dime que ese idiota está delirando.

Tener a ambos hombres mirándome con reproche hacía que mi ansiedad creciera mucho más. Uno mirándome con un semblante serio y una ceja alzada, y otro esperando a que dijera que dicha confesión no era cierta. No pensé que este momento llegaría, no pensé que la verdad saliera a la luz, y por eso, no supe qué más decir aparte de un:

—Tyler, lo siento tanto...

Me espanté cuando rió con ironía y empezó a caminar a su auto. Antes de que abriera la puerta del piloto, lo detuve al cerrarla nuevamente e interponiéndome en su camino.

—Tyler, escúchame, por favor.

—¡¿Cómo quieres que te escuche?! ¡¿Eh?! —gritó, enfadado—. ¿No tienes ni idea del daño que me has hecho?

—Estaba vulnerable en ese momento... Pensaba que me habías engañado, así que recurrí a Jensen porque él ha sido mi amigo por muchos años. Ambos nos encontrábamos débiles, y la cosa simplemente sucedió.

—No trates de justificarte, Giselle.

—No me estoy justificando —aclaré—. Solo te estoy diciendo cómo sucedieron las cosas. Te lo suplico, Tyler. Perdóname. Yo no puedo vivir sin ti...

—Si no pudieras vivir sin mí, no te hubieras acostado con él.

Las lágrimas de desesperación ya manchaban mis mejillas. No supe qué más decir, porque a final de cuentas, él tenía razón.

No impedí que se subiera a su auto, cerrando la puerta con una fuerza enorme. Tampoco impedí que arrancara y se fuera de una vez por todas, con la incertidumbre si éste ya era el último día en el que estaríamos juntos. Dios mío, Elle. ¿Por qué siempre tienes que arruinar todo?

—¿Elle?

De repente, toda la tristeza y toda la agonía se esfumaron de mi mente. Cerré los ojos con fuerza mientras trataba de impedir que las lágrimas siguieran corriendo por mi cara. Ya solo sentía una sola cosa: furia.

Mis manos se hicieron puño, y apretaba con tanta fuerza que lo más probable es que ya existían marcas de mis uñas en las palmas de mis manos. Me giré como un rayo y me acerqué a Jensen, soltándole un golpe en la mejilla con una fuerza tremenda que cayó al suelo.

El Mejor ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora