Marshall decidió venir al apartamento de Eileen ya que ella no lo llamó en toda la noche y ese día era la fiesta de Gale. Tocó el timbre y la chica se levantó rápidamente de la cama sin colocarse la típica bata de siempre; al abrir la puerta Marshall simplemente abrió sus ojos de par en par y se le dificultó el hablar.
—Ho...Hola.
—¡No! Disculpa se me olvido colocarme la bata—caminó al perchero sin dejar de tapar sus pechos y se colocó la bata—. Hola—le sonrió apenada y lo abrazó.
—¿Porqué no me llamaste?—preguntó confundido mientras cerraba la puerta detrás de él.
—Es que estaba tomando un descanso—se sentó en el sofá.
—¿No quieres ir dónde Gale?
—Estoy muy cansada, hoy fue un día muy ajetreado en el bar—explicó mientras movía la cabeza de un lado a otro—. Pero si quieres voy.
—No, no es necesario...nos podemos quedar aquí—la chica sonrió levemente y echó su cabello detrás de su oreja.
—Está bien, sólo déjame bañarme pa...
—No, quédate así—Eileen se ruborizo y caminó lentamente a dónde estaba Marshall. El chico la abrazó y ella se quedó pegada a él por unos momentos hasta que el levantó el rostro de la chica y besó sus labios.
—Haz eso de nuevo—le susurró la chica quien tomó a Marshall detrás del cuello y volvió a besar. El chico se dejó llevar y agarró la cintura de la chica para apegarla más a el, Eileen por su parte agarró las mejillas de el y lo siguió besando—Al sofá...—gimió entre besos pero el chico solo negó con un movimiento cabeza.
Marshall y Eileen habían esperado por este momento desde unos meses para acá y por fin lo tenían. Los fuertes brazos de Marshall tenían enrollada a Eileen y no la quería dejar ir nunca, por fin tenía esa libertad de poder besarla tranquilamente sin prisa y sin presión. De estar parados en la sala pasaron a estar sentados en el sillón todavía sin despegar sus labios; Eileen se soltó su bata quedando en ropa interior haciendo que Marshall se detuviera.
—¿Enserio lo quieres hacer?—preguntó con las manos todavía en la cintura de la chica y esta respondió con un cabeceo y quiso volver a besarlo pero este la detuvo.
—¿Qué pasa?—replicó al fruncir el ceño y echarse el cabello hacía atrás.
—Es que no sé...siento que le quitaremos la gracia a esto que sentimos el uno por el otro—respondió con una mueca en el rostro—. Además te veo como una niña...no podría agarrarte y...—sus manos formaron un puño y su rostro se sonrojó de vergüenza.
—¿Cogerme?—la chica se carcajeó y Marshall alzó los hombros un poco apenado.
—¿No es tu primera vez?—el chico preguntó con una expresión sorprendida.
—Lo sería—le respondió con una sonrisa—. Contigo—el chico le sonrió y movió la cabeza—. ¿Qué ocurre? ¿De qué te ríes?
—Me convenciste—agarró el rostro de Eileen y rozó las labios de la chica suavemente para luego introducir su lengua en la boca de la chica causando que esta abriera los ojos de par en par; mientras se besaban, el chico sobó suavemente la espalda de la rubia causando que los vellos de esta se erizaran. Eileen colocó su mano en el broche de Marshall haciendo que este la besara más y tocara sus pechos; el chico dejó de besarla y suspiro un poco en la comisura de Eileen—. ¿Estás bien?—le susurró mientras la miraba fijamente y la chica muy débil solo asintió y la volvió a besar.
Marshall se levantó del sofá y cargó a la chica por la cintura para guindarla en sus caderas. Eileen estaba algo asustada pero quería lucir segura delante del chico que le gustaba, sin miedo al menos.
—No estés nerviosa—le sonrió de lado y luego al entrar a la habitación se encontró con Draco quien le comenzó a ladrar.
—Bájame...—el chico la puso en el suelo y con una mano en los pechos agarró el juguete de su mascota y la lanzó afuera de la habitación para que saliera corriendo—. Ya...—de sonreír ingenuamente su rostro se transformó a uno que Marshall jamás había visto; el chico la tomó de la cintura fuertemente y la volvió a besar, la chica se sentó en la cama mientras todavía seguía besándose con Marshall así que le quitó la chaqueta del chico y luego pasó a desabotonar la camisa pero este detuvo sus manos.
—Prefiero hacerlo con esto puesto, eh...—la chica sabía porque no quería quitarse la camisa.
—Ay Marshall—volvió a seguir desabotonando pero este la volvió a detener—. Escucha, tú eres el primero aquí en esta cama aparte de yo o mi amiga Mary...tal vez eso no tenga nada que ver pero el punto es que así como yo te deje ver cosas mías que nadie ha visto, déjame a mi.
—Bueno...—el chico lentamente bajó sus manos y dejó que Eileen terminara de desabrochar la camiseta—. Espera...—agarró el rostro de la chica y la volvió a besar pero esta agarró su cuello mientras este se quitaba los pantalones y luego bajaba sus boxers—. Espera un poco—la chica abrió un poco sus piernas mientras presionaba sus caderas contra el cuerpo de Marshall—. Ya...—después de colocarse un preservativo que tenía en su billetera quitó la ropa interior de la chica y se acercó más a ella—. Bueno, esto al principio será incómodo pero luego no...—se adentró a la chica causando que esta cerrara los ojos fuertemente y abriera la boca para suspirar—. ¿Cómo se siente?—jadeó el chico quien estaba un poco sofocado
—¿Está bien?—la chica asintió y agarró el cuello de Marshall—. Iré más rápido—le susurró al oído. Eileen empezó a gemir y Marshall hundió el rostro en los pechos de la chica.
—Yo creo que ya—Marshall frunció el ceño y redujo la rapidez de sus caderas pero ya era muy tarde porque Eileen estaba gritando y aferrándose de la espalda del muchacho; agarró el rostro de Marshall y lo beso pero este seguía dentro de ella, hasta que apretó la cintura de la chica y siguió haciendo que la chica gimiera hasta caer acostado a lado de ella—. ¿Qué fue eso?—la chica lo miró sonriente y luego se secó la frente con la palma de la mano—. ¿Porqué seguiste?
—Es que no me había venido—explicó al pasar un brazo por encima de la chica—. Y tú ya te habías venido.
—Ya, pero...—miró al techo y luego borró la sonrisa—. Estuviste genial, Marshall—lo volvió a besar y el chico le sonrió, no de lado, no levemente, no, una sonrisa donde se veían sus dientes, una sonrisa en donde sus ojos se achicaban, una sonrisa que hasta Eileen se asombró e hizo que le brillaran los ojos, una sonrisa que Marshall no había tenido en mucho tiempo.
ESTÁS LEYENDO
lemerence.
Teen Fiction"i will never stop losing my breath every time i see you looking back at me"