twenty six and knocked up.

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Eran las diez de la noche y sólo se escuchaba el goteo de la llave del fregador de la cocina. Marshall estresado por el sonido del goteo se dirigió a paso rápido y cerró la llave de un tirón, pero esta seguía goteando, al final terminó tirando sus cosas en el sofá y luego se desabrochó la corbata.

—Está dañada—dijo Eileen con el cabello desordenado recogido en un pequeño hair bun.

—¿Qué haces despierta?—preguntó con los brazos agarrando la cintura.

—Te estaba esperando—alzó los hombros y luego cruzó los brazos.

—¿Marshall? ¿Dónde está?—respondió el chico haciendo caso omiso a lo que dijo Eileen.

—Lo dejé donde tu madre.

—¿Porqué?—frunció el ceño.

—Porque tiene que pasar tiempo con su abuela, ¿no crees?—contestó desafiante.

—Hoy le dije que íbamos a ver la televisión juntos—respondió entre dientes—. Es mi hijo también.

—¿Porqué has estado llegando tarde?

—He estado haciendo varios turnos.

—¿Turnos? ¿Crees que soy estúpida, Marshall?

—No es mi problema si no me crees, Eileen—caminó a la habitación lo más rápido posible y luego se encerró en el baño.

—Ahora te encerrarás en el baño!—exclamó golpeando la puerta. No se escucho respuesta de Marshall pero sí se escuchó la regadera—. ¡Excelente ahora ignórame!—se fue de la puerta del baño a tirarse en su cama a llorar con mucha rabia. Su rostro tornó rojo y húmedo y la zona t de su rostro le dolía de tanto esfuerzo que hacía.

—¿Ahora porqué lloras, santa mierda?—se colocó los pantalones de cuadros rojos con negros y la vieja camiseta negra que rezaba "Michigan" en letras blancas que siempre usaba para dormir. Eileen seguía tirada de espaldas en la cama sin decir nada pero retorciendo su cuerpo con cada lágrima que botaba—. No me pienso disculpar esta vez, ¿okay? Tú fuiste la que comenzaste a gritar como una demente—dijo mientras se acostaba en la cama. Apagó la lámpara que estaba de su lado y se volteó dándole la espalda a la joven rubia.

—¿Qué lloras?—le preguntó Marshall una vez más con un cierto tono de cansancio—. ¿Ah? Anda dime—se volteó y se acercó—Dime que está mal, Eileen—le susurró de cerca.

—Ya nada es...es...como antes—dijo con mucho esfuerzo para luego abrazar a Marshall del cuello y luego sollozar en su hombro.

—Obvio que ya nada es como antes—río un poco y luego la aferró de su cintura y la apegó a su pelvis. Eileen dejó de llorar pero seguía hipando. Marshall acercó sus labios y la besó inocentemente, la chica apegó el cuerpo de Marshall con sus delgadas manos y luego el chico tomó una mano y la metió debajo del pijamas de la chica—. Hagamos que sea como antes—le susurró en el oído mientras bajaba su mano a dentro de la ropa interior de la chica.

Eileen movió la cabeza afirmativamente y luego abrió sus piernas un poco. Marshall besó el cuello de la chica mientras bajaba sus pantalones para hacerle el amor...por milésima vez. Al hacerlo, Eileen sintió más placer que nunca al igual que Marshall quien aprovechó para descargar todas las ganas que había tenido los últimos meses.

—Wow—dijo Marshall acostándose a lado de Eileen y pasando un brazo por encima de su hombro—. Te amo—se acercó a besarla pero la chica volteó y se durmió.

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