Al día siguiente, le dieron de alta a Eileen así que se pudieron retirar con su hijo. Metieron la carguera que la madre de Marshall les había llevado en el auto y luego ellos subieron al carro. En el auto no se escuchaba ni a Green Day ni a Eminem, si no las risas de los nuevos padres. Eileen no dejaba de sacarle fotos a su nuevo hijo.
—No sé porqué nunca te he tomado fotos manejando, te ves tan ardiente—bromeó Eileen y Marshall hizo como si posara.
Al llegar al lobby del edificio, todos los miraban a la carguera y luego a la pareja, pues no era habitual. Ya en el apartamento, Eileen tomó la decisión de cambiar la cuna de posición.
—Pon la cuna aquí en nuestra habitación—le dijo Eileen con el bebé recién nacido en brazos.
—¿Porqué la quieres poner ahí?—dijo Marshall frunciendo el ceño y cerrando la puerta detrás de el.
—No quiero que duerma solo los primeros meses—dijo Eileen sentándose en el sofá.
—Es ridículo, Eileen—río—. Necesitamos privacidad, la hemos perdido desde hace nueve meses.
—Se trata de la seguridad de Marshall.
—Hablas como si un loco irrumpiera en el apartamento y lo fuera a secuestrar—cruzó los brazos—. Es ridícula tu idea.
—Lo quiero tener cerca, Marshall—se paró del sofá y se puso cara a cara con el chico.
—No les va a pasar nada a ustedes dos mientras yo esté aquí, ¿okay?—la agarró de los costados y le plantó un beso.
(...)
—¿Quieres té?—le preguntó Eileen mientras encendía la tetera.
—Sí, está bien—le contestó con tono distraído mientras miraba a su hijo dormido en sus regazo—. Vaya que duerme mucho, ¿no crees?—dijo mientras lo miraba como personas admiran un maravilloso cuadro.
—Sí, eso es bueno. Es mejor a que esté llorando—contestó regresando al sofá donde estaba su novio.
—Anoche fue la primera vez en meses que vi a mi madre feliz, demasiado—dijo mientras pasaba un brazo por encima del hombro de Eileen.
—De seguro a Keith le hubiera puesto feliz todo esto—agregó con una nostálgica sonrisa.
—Es un poco raro conocer a alguien con el mismo nombre—bromeó.
—Es tu versión mejorada—los dos rieron despertando a su hijo. El bebé abrió los ojos dejando ver los azules que eran y Eileen no pudo evitar dejar salir una lágrima.
—Quiero que se parezca a ti—sonrió Marshall—. Si se parece a mi será un drogadicto, inseguro y despreciable.
—No digas eso enfrente del niño—contestó severamente.
—Él no recordará haber escuchado eso—puso los ojos en blanco.
—Bueno, no quiero que escuche eso el resto de su vida—dijo eso seguido de pararse del sofá e ir a servir las tasas de té.
—No seas dramática por Dios. Desde que te enteraste que estás embarazada has cambiado y ser dramática ha sido uno de esos nuevos hábitos.
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lemerence.
Fiksi Remaja"i will never stop losing my breath every time i see you looking back at me"