Capítulo 16.

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Nada podría ser mejor.

Los próximos meses, la relación de Frank y Gerard iba de maravilla. Eran muy jóvenes pero infinitamente felices, pasó Marzo, Abril —que, por cierto, celebraron al máximo el cumpleaños del pelinegro—, Mayo, Junio, Julio...y así sucesivamente.
Estaban tan enfocados en su amorío que Gerard casi había olvidado el hecho de que terminaría la preparatoria en Agosto, mientras que Frank aún tenía que hacer un año más.
Claro, Gerard estaba consciente de que tenía que irse a Nueva York, ya no había vuelta atrás, hace meses se había inscrito en la escuela de Artes y, respecto a su estancia, un tío suyo que vivía allá le daría alojamiento durante su periodo de estudios. No quería irse, no sin Frank, pero sabía bien que era imposible quedarse y también era imposible llevarse a su novio de Nueva Jersey.

El problema mayor era que Frank no sabía nada sobre la partida del mayor.
Iero creía que Gerard se quedaría con él por siempre, pero no era así. El pelinegro no sabía como decirle toda esta situación al amor de su vida, no quería lastimarlo ni mucho menos hacerlo llorar. Estaba entre la "espada y la pared", sin duda amaba profundamente a Iero pero no podía cambiar los planes, no a estas alturas; intentaba actuar lo más natural posible en sus salidas con el menor, pero siempre que le miraba a los ojos tenía ganas de llorar descontroladamente. Frank, por su parte, se la pasaba preguntando cosas como: "¿Y qué planeas hacer después de la preparatoria?" o "¿Seguirás a mi lado, cierto?", a esto Gerard sólo respondía: "Ya veremos. Claro que seguiré contigo" y tenía que fingir una sonrisa seguido de aquella gran mentira.

Ya era Agosto.

Tan sólo tres días para la graduación.
Frank y Gerard habían acordado no ir, en su lugar se la pasarían juntos en casa del menor. Iero definitivamente se sentía orgulloso de su novio, se lo decía a cada segundo y el pelinegro se deprimía aún más al oír eso.
Todo estaba listo para partir, Gerard ya tenía su boleto hacia Nueva York, regresaría aproximadamente en cuatro años, cuatro largos y dolorosos años sin su amado, sin el aroma de Frank, sin su mano entrelazada con la suya, sin sus abrazos, ni sus besos, ni sus canciones, ni su apoyo.
Perdería todo.

Lo iba a extrañar muchísimo, no a su escuela, no a los profesores, no, a Frank.
Ya estaba decidido.
Gerard decidió no decirle nada al menor, la pasaría bien con él el mayor tiempo posible y al final le dejaría una carta, esperando explicar todo con ella. Si, era una estupidez, pero Gerard no tenía el valor para decirle algo así a su novio, sabía bien que en algún momento Frank superaría su partida, porque era fuerte y él al contrario no lo era.

Agosto 19, 1996.
10:08pm.

"Felicidades, Gerard. Te mereces ese diploma" la joven pareja —como ya lo habían planeado—, se encontraban en la casa del menor, bebiendo y celebrando la finalización de preparatoria de Way.
"Bueno" dijo Gerard. "No fue difícil, es sólo es cuestión de cumplir con tarea y también..." el pequeño discurso del graduado fue interrumpido por un beso de Iero, un cálido beso en los labios de esos que lo volvían loco.
Continuaron con aquel beso hasta que la falta de aire los obligó a parar. Realmente iba a extrañar aquellos besos, eran profundos y dulces, cargados con mil emociones y pasión.
Si, los extrañaría muchísimo.

"Gracias por celebrar conmigo, Frank. No podría pedir algo más" el mayor tomó las frías manos de su novio y le dedicó una sonrisa melancólica.
"No es nada, cuando entres a la universidad iré todos los días a verte. La preparatoria será lo peor sin ti" Frank encendió un cigarrillo y después esbozó una sonrisa. Amaban convivir juntos, aunque se vieran sólo diez minutos, siempre se disfrutaban.
"Por cierto, quizás en unas semanas vaya a tatuarme, será el primero de cientos que tengo planeado hacerme" Iero sonrió orgulloso, dándole un sorbo a su vaso con Vodka.
"Me muero por verlos, sabes que detesto las agujas así que no esperes cosas así de mi parte" se sentía terrible, ya no alcanzaría a ver los futuros tatuajes de su novio.

Horas después, se encontraban acostados y desnudos en la cama de Frank. Gerard también extrañaría el sexo, porque lo hacían de una forma muy especial.
Sabía bien que este sería su último encuentro sexual con él y lamentaba demasiado que fuera así.

"Frank..." susurró Gerard.

"Dime."

"Quiero que sepas que te amo de una forma sobrehumana, recuerda eso siempre que te sientas solo, ¿vale?."

"Por supuesto." éste tomó la mano del pelinegro y besó su frente.

"También recuerda que pase lo que pase debes seguir con tu vida, eres muy joven y tienes derecho a ser feliz."

"Ya lo soy, gracias a ti." Iero dejó escapar un bostezo y no tardó mucho en caer en un profundo sueño.
No tenía ni la más mínima idea de que al día siguiente Gerard ya no estaría en Nueva Jersey.

"Perdoname, Frank." murmuró Way. Y se quedó dormido al igual que su amado.

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Ya que NY no está taaan lejos de NJ, sólo quería darle más drama a la historia ): aljsjwkq.

Bye, bye!(:

L o w | Frerad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora