Capítulo 10.

519 63 11
                                    

Omnisciente.

La alarma sonó causando que los hermanos Way despertaran poco a poco, esos últimos días habían sido difíciles para Mikey ya que éste no soportaba ver a su hermano mayor en ese terrible estado. Gerard estaba más pálido que antes, casi no hablaba y había comenzado a gastar todo su salario en Vodka y pastillas, lucía pésimo.

"Gee, Gee. Vamos, llegaremos tarde a la escuela" el castaño jalaba el brazo derecho de su hermano con la intención de que éste despertara.

"Largo, ve solo" murmuró el mayor con voz ronca. Mikey suspiró y salió de casa por su propia cuenta, le dolía ver así a su hermano —y mejor amigo—, después de todo las terapias psicológicas no le habían ayudado en nada. Pasados unos treinta minutos Gerard por fin decidió levantarse, su cabello estaba alborotado y apestaba a cigarrillo; no tenía nada de ganas para ir a la escuela pero si no iba probablemente su madre comenzaría a cuestionarlo sobre eso así que muy de mala gana empezó a vestirse con lo primero que halló regado en el suelo, tomó su vieja mochila y sin siquiera tener la molestia de cepillarse salió de casa maldiciendo a todo el mundo.

El camino era largo, ahora los días del mayor eran grises, no tenía ánimos de nada, en el trabajo le habían reclamado sobre el estado en el que éste llegaba algunas veces; todo era una porquería para él, siempre intentaba evadir a Frank en la escuela pero por una parte también le dolía hacer eso.

"Así que no olviden hacer su ensayo para el próximo jueves, chicos. ¡Tengan lindo día!" Gerard nisiquiera sabía de qué trabajo hablaba la maestra de Biología, sólo sabía que detestaba su voz chillona y su forma tan anticuada de vestir porque a decir verdad el mayor detestaba a todos últimamente, incluyendo a la familia; sentía que el mundo era un estorbo para él, estaba lleno de odio y tristeza.

El timbre de receso sonó y como siempre todos salieron corriendo apresuradamente hacia la cafetería, Gerard guardó sus cuadernos y salió sin ánimo de su aula, nisiquiera tenía hambre pero desgraciadamente era obligatorio salir al patio.
Caminaba sin destino alguno cuando de pronto vio a Frank caminando hacia él, éste maldijo su mala suerte y se dio la vuelta esperando que el menor no lo hubiera visto, fue en vano.

"¡Gerard, oye!" Frank aceleró su paso y alcanzó a tomar el brazo de su amigo, habían pasado días y Gerard había logrado esconderse bien de él pero este día había sido la excepción.

"Ah. Hola."

"¿Qué sucede?, creí que habías dejado el país o por lo menos Nueva Jersey" Frank rió al decir eso último y con eso causó que la incomodidad del mayor aumentara.
"Escucha, tengo que irme" Gerard intentó escapar pero el menor se lo impidió tomándolo nuevamente del brazo.

"¿Por qué actúas asi?, ¿te he hecho algo?" Frank le miraba confundido mientras sujetaba firmemente su brazo.

"No, no es eso. Déjame ir..." los ojos hazel del mayor empezaban a cristalizarse, no quería llorar una vez más enfrente de él.
"Te has comportado como un idiota conmigo. Es obvio que te sucede algo, ¡sólo mira tus ojeras y tu rostro!" Frank comenzaba a hartarse, odiaba ver a su amigo de esa manera, "Siempre he sido así. Sólo quiero irme, ¿si?" por más que éste intentaba zafarse era imposible lograrlo.

"Te llevaré a tu casa, no pienso dejarte así. que aún faltan clases pero no me importa, Way" Gerard suspiró y finalmente accedió a la sugerencia del menor, era un hecho que tenían que hablar pero el pelinegro nisiquiera sabía por donde empezar.

Una hora después:

"¿Me dirás qué te pasa?" ambos chicos estaban sentados sobre la cama del mayor, ahora no había música de fondo, todo era silencio.
"No me pasa nada, alucinas" ésta vez Gerard no quería abrirse con Iero, no quería hacerlo más complicado, sólo quería morir de una buena vez. "¿Por quién me tomas?, ¡se nota que estás hecho un asco!" Frank se preocupaba bastante por el mayor, odiaba sentirse inútil y no poder ayudar pero por otra parte también detestaba la actitud de Gerard, él sólo intentaba ser un buen amigo después de todo.

"No es sano confiar en alguien como yo, Frank. Estoy mentalmente inestable y eso nadie lo puede cambiar" a Gerard ya no le quedaban más lágrimas por derramar, necesitaba una motivación para vivir y la necesitaba urgentemente.
"¡Ambos lo estamos!, que puedo ayudar pero necesito que me digas por qué has actuado así conmigo" las intenciones del menor eran buenas y el pelinegro lo sabía, pero ya no podía arrepentirse de su decisión respecto a Iero, ya no.

"Quiero que te alejes de mi, eso pasa" hubo un silencio largo e incómodo. "No comprendo, Gerard" la situación se dificultaba cada vez más y el pelinegro sólo quería terminar con todo eso de una buena vez.

"No es necesario que lo comprendas, sólo te quiero lejos de mi vida" los ojos verdes de Frank se inundaron inmediatamente de lágrimas.
"Si así lo quieres supongo que salgo sobrando, ¿no?" el mayor asintió con la cabeza evadiendo la mirada de su ahora ex-amigo.

Frank no habló más, simplemente se puso de pie y salió de la casa de los Way, el pelinegro se sentía mucho peor, no era justo lo que había hecho pero desgraciadamente ya no tenía otra opción.

Todo era cenizas, ahora Gerard estaba alejado de su familia y también de Frank, sus notas habían bajado en la escuela y ya nisiquiera el dibujar o cantar lo animaban, en su cabeza sólo había una solución:

Suicidio.

L o w | Frerad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora