Capítulo 20. [FINAL]

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Gerard.

Después de mi llamada con Frank, todas las cosas habían cambiado para mal.
Sentía miedo, preocupación, tristeza, y muchos otros sentimientos mezclados y como era de esperarse, eso había comenzado a perjudicarme tanto físicamente como mentalmente.
Unas ojeras profundas adornaban mis ojos hazel, y no, no era sólo por él; resulta que a mi abuela le habían diagnosticado una enfermedad casi mortal, ahora ella no podía hacer ninguna actividad física, todo el día y todos los días debía estar en cama, eso me ponía muy mal ya que ella siempre había sido mi ejemplo de "fuerza" y "valentía" desde que yo era un niño.
Claro que había ido a visitarla, de igual forma vivía en NJ así que me era casi imposible cuidarla mucho tiempo.

Al analizar todos estos conflictos, me di cuenta de que Nueva York no era lo ideal para mi, es decir, amaba mi escuela —de verdad que sí— pero no era feliz sin Mikey, sin mi abuela y, sobre todo, no era feliz sin Frank.

No tuve que pensarlo mucho, decidí que lo mejor era volver a Nueva Jersey, ya no me importaba la escuela, ni el progreso que ya había ganado, no me importaba nada, sólo quería regresar con mis seres queridos.
No fue difícil volver, hablé con mi tío respecto a mi decisión final y claramente le agradecí por el alojamiento y por todo el apoyo que me había dado durante esos dos años.

Una semana después ya todo estaba listo y empacado para mi regreso.
La mayoría de mi equipaje era material artístico y muchos cómics, claro.
No le había llamado a mi familia para avisarles sobre toda ésta situación, no señor, todo sería sorpresa.

NY, aeropuerto.
Febrero 14, 1998.
09:17 am.

Y allí estaba, echándole un último vistazo a la ciudad de los rascacielos, quería grabar muy bien aquel paisaje en mi cabeza.
Era temprano pero aun así los árboles se podían apreciar en su total esplendor.
Me había encargado de despedirme de Billie y de otros compañeros más, tuve que darme de baja en la escuela, tuve que firmar muchos documentos pero al final había logrado mi meta.

También iba a extrañar NY, a pesar de que jamás me había sentido del todo adaptado, iba a extrañar aquella vista desde mi ventana. Iba a extrañar mis lecciones de pintura, de sombreado, todo...
Pero no podía darme el lujo de separarme aun más de mi familia, no, no valía la pena.

Tomé unas cuantas fotos y finalmente dieron la orden para abordar el avión, a decir verdad estaba ligeramente nervioso porque no sabía como iba a reaccionar mi madre respecto a mi regreso, pero seguro lo entendería cuando yo le explicara todo.
Me despedí por última vez de mi tío, tomé asiento en el lugar H270700 y me preparé para el despegue.
Pasados unos minutos las aeromosas dieron las típicas instrucciones de seguridad y acto seguido me puse a observar las nubes.

Iba a volver a casa.

Frank.

Me encontraba dando un vago recorrido por las calles de NJ.
Seguía molesto con Gerard por no haberme vuelto a llamar pero por otra parte también había sido mi culpa por haber creado falsas ilusiones de que algún día volvería.
Después de caminar sin rumbo fijo noté que me encontraba frente a la tienda de cómics donde Gerard solía trabajar. Suspiré, entré e inmediatamente una avalancha de recuerdos me invadió.

Recordé el día en el que yo había venido a la tienda para disculparme con él por haberlo tratado mal. O cuando solía visitarlo en su hora de salida y lo observaba desde el vitral, apreciando cada detalle de su rostro.

Sacudí la cabeza para deshacerme de esos recuerdos, caminé por los largos pasillos de aquella tienda, tocando las historietas con la yema de mis dedos.
Ahora el local era distinto, lo habían remodelado poco tiempo después de la partida del mayor; colocaron más estantes, ampliaron el terreno, pintaron las paredes, entre otros detalles más.
Sonreí al recordar las historias bobas que el mayor solía contarme, usualmente eran sobre superhéroes y cosas así pero yo siempre lo escuchaba con muchísima atención.

Porque podía pasar horas escuchándolo y aun así no me cansaba...

Flashback.

"Te he comprado algo, Gee".
No, no era una fecha especial.
Yo solía darle regalos al pelinegro simplemente por el amor que le tenía y aquel día se quedó muy marcado en mi memoria porque él me dijo algo que jamás olvidaré.
Estábamos sentados en una banqueta observando los autos y charlando sobre temas variados.

"No debiste, Frank" sonrió y agachó la cabeza.
Saqué el regalo de mi mochila y estiré mi brazo para dárselo, Gerard abrió sus ojos como platos al verlo y colocó ambas manos en su boca, yo asentí tranquilamente y lo tomó como al fuese el objeto más frágil del universo, seguramente para él lo era.

Era un cómic edición limitada.

Pero no era uno cualquiera, era de Spider-Man y ése personaje siempre había sido el favorito del pelinegro, me había costado demasiado dinero pero Gerard lo valía, sin duda.
Me besó tiernamente en los labios para después guardarlo en su mochila. "¿No lo abrirás?" pregunté, él se echó a reír y negó con la cabeza repetitivamente. "¿Tienes idea de cuánto vale?, tan sólo imprimieron cien copias en TODO el mundo y una ya es mía. ¡No!, ni loco pienso abrirlo al aire libre" yo reí al escuchar las palabras del ojiverde, Gerard realmente era demasiado friki algunas veces...

"Bueno, disculpa si no soy un experto como tú" arqueé una ceja y sonreí de lado.
Gerard me respondió con otra sonrisa, tomó mis mejillas y me miró fijamente.

Entonces lo dijo...

"Frank, eres el amor de mi vida.
No lo digo por los regalos, no, lo material es irrelevante. Lo digo porque eres el único que a pesar de conocer mi lado amargo, que a pesar de todo sigue aquí y eso no tiene precio ni tamaño.
Te amo, te amaré hasta mi último suspiro".
Esas palabras se quedaron tatuadas en mi mente.
Pero sólo era un recuerdo, sólo eso.
Recuerdos...

Fin del Flashback.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando volví a la realidad, seguía en la tienda así que sin muchos ánimos seguí hojeando algunos cómicos al azar.
Me sentía aun peor porque desgraciadamente hoy era San Valentín y los recuerdos del pelinegro se hacían más presentes.

Tomé un cómic de Batman y sonreí inconscientemente.

"¿Buscabas algo en especial?" una voz sonó detrás de mi y me erizó todo el cuerpo.
Esa voz.
Esa voz...

Era Gerard Way.

Me quedé en shock total unos instantes y después reuní valor para darme vuelta.
Si, efectivamente era él, ahí estaba. Ahora era más alto, su cabello tenía un tono rojo intenso y su mirada estaba clavada en mi.

"Gerard...yo, no...¿cómo has?..." tartamudeé sin sentido, él se acercó a mi hasta el punto en que nuestras narices rozaban entre sí.

"Feliz San Valentín" susurró en mi oreja, me besó y...¡oh, gloria!, sus labios sabían demasiado bien, los había echado de menos.
Lentamente accedí al beso y rodeé su cuerpo con mis tatuados brazos.
Gerard había vuelto, después de dos años, estaba aquí y seguía amándome.

Ambos cerramos nuestros ojos sabiendo perfectamente que las palabras sobraban en ése instante.

Estábamos juntos, otra vez.

Fin.

L o w | Frerad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora