3. Jung Hoseok

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-Pues bien, ¿Vas a pasar o no? No tengo todo el día. - Aún con la sonrisa en el rostro, se marchó hacia dentro de la oficina, dejándome completamente solo.

Me apresuré a seguirle el paso, examinando cautelosamente cada parte del lugar. Montones de libros, tanto en las estanterías como en el suelo. Había de todos los colores y de diversos tamaños, el paraíso de un lector. Al fondo, no se encontraba una pared, sino un extenso ventanal que daba lugar a ver el paisaje de la ciudad, y lo insignificantes que se veían todos debajo. Ya con sólo imaginarme a la altura en la que estábamos, me daba vértigo.

-Siéntate, que me pones nervioso - Mitad orden, mitad en broma, me límite a sentarme.

-Este es mi currículum - Tomé de mi bolso la hoja que había impreso hace unos días y se lo entregué.

-Si, si, muy interesante... - Sin molestarse en fingir interes, dejó el papel a un lado. Grosero. - ¿Cuántos años tienes?

-Si hubiera leído el papel, ya lo sabría, Señor - Respondí con mi mejor sonrisa.

-Un contestador, genial. Sólo calla y dímelo.

-17.

-Eres menor...¿Qué haces buscando trabajo en un lugar cómo éste? ¿O acaso eso estaba en tu currículum también? - Dijo a la vez que levantaba el papel e inspeccionaba de arriba a abajo. - Nope, nada.

No pasaron ni 5 minutos y ya quiero golpear su cara. ¿Quién demonios era este tipo y por qué me irritaba tanto? Traté de pensar con calma, claramente no es la persona indicada con la cual hacer malas primeras impresiones, además mi empleo y el dinero que iba a juntar para mi familia dependía de esta entrevista. ¡Un sueldo aquí era como 3 de un trabajo promedio!

Casi pudiendo oler el dinero entre mis dedos, recobré la compostura, adoptando mis modales de entrevista.

-Señor Jung, honestamente no tenía en claro cuál iba a ser mi posición asignada en esta empresa, pero...

-Momento que soy lento, ¿Aplicaste para un trabajo al azar? ¿Sabes siquiera qué es lo que hacemos aquí? - Arqueó una ceja, claramente no conforme con mi oración.

Mierda.

-S-Si lo sé, es una editorial. Lo que quise decir fue que un amigo me dijo que intentara aplicar por un puesto aquí, y no me importaba realmente cuál.

-No te importa tu área de trabajo. Podrías haber aplicado para ser redactor. ¡Y podrías haber sido analfabeto! O peor aún, imprimir documentos y estropear todo. ¿Cómo puedes ser tan descuidado? Tu...Tu...- Se acercó a la hoja para leer algo y luego continuó.- Kim Taehyung, debes prepararte, más aún con la magnitud que tiene esta compañía. Si quieres ser algo, muestrame un título, un conocimiento, algo que me pueda garantizar que no mandaras el trabajo de decenas de personas por la borda.

-Yo... -No me permitió terminar la frase para interrumpirme otra vez.

-No, escúchame bien. Tu apliscaste para ser mi asistente. Y honestamente lo que dije antes me importa una mierda, si arruinas el trabajo de otros, que lo arreglen ellos, pero un asistente hace a la reputación de su jefe. Si tu la cagas, yo la cago. Y no quiero que pase eso. Así que espero que al menos sepas cocinar, o entender unas simples órdenes y cumplir al pie de la letra mis condiciones.

-¿Un asistente o un esclavo? - Murmuré entre dientes, aunque en el fondo tenía la intención de que me escuche.

-Esclavo - Volvió a sonreír. Este tipo claramente era un bipolar. -Ya que aclaramos eso, dime, ¿Cuáles son tus cualidades?

-Puedo cocinar y sigo simples órdenes. Aunque le sorprendería lo bueno que soy con las órdenes complejas.

-¡Vaya! ¿Sabes contar hasta 100 también? Buen chico. - Nos quedamos unos segundos en silencio, el ambiente pasó de una entrevista común a una competencia por quién manejaba mejor el sarcasmo. Y yo no perdería.

-¿Podemos ir al grano de una vez?

-Claro.

-Buen chico.

-...- Rápidamente dirigió su mirada al ordenador, algo molesto. Taehyung 1, zoquete 0.

Tecleó un par de cosas con velocidad, suspiraba reiteradas veces, como si estuviera aburrido. Traté de ignorarlo y me concentré en seguir inspeccionando. Arriba del escritorio no había mucho. El ordenador, un celular, una foto de lo que parecía él más de niño junto con su padre, el señor Seung. Reconocería ese rostro en cualquier lado, después de todo estaba en las contratapas de mis libros favoritos. De pequeño fui gran admirador de la lectura, y mi inspiración siempre fue Jung Seung. Desde poesía hasta suspenso, romance a sobrenatural, él escribía cada palabra con perfección, deleitándo y llevándo a cualquiera que lea una de sus obras a un mundo de fantasía, que considero la mejor experiencia de todas. Aunque siempre se rumoreaba que el grandioso Jung Seung era sólo una cara detrás de una masiva corporación que buscaba dinero, no me importaba. Cuando una persona siente pasión por algo, se nota. Y claramente no estaba fingiendo. Pero, aún no me caía a la cabeza que semejante modelo a seguir tenga un hijo como lo que tengo en frente.

-¿Por qué quieres trabajar? - Finalmente, volteó y me observó.

-Quiero ahorrar dinero para la universidad, y ayudar a mi familia.

-¿Qué quieres estudiar?

-Canto.

-¿Canto? - Arqueó una ceja, intrigado.- Con tu carácter no te veía en eso. Más bien un profesor, o abogado. Tienes la habilidad de ser astuto a la hora de contestar.

-Pues se habría equivocado, señor Jung.

-Touché. ¿Pero sabes qué? Tienes potencial, me gusta. Serás mi primer asistente hombre, trata de darme todo lo que tienes la semana entrante, empiezas el lunes.

Me quedé atónito. ¿Me había contratado? ¿Ya? ¿Así sin más?

-¿Ya soy su asistente?

-Asistente a prueba. Tienes una semana para convencerme de que no eres un completo inútil. Si lo haces bien, te pagaré bien. Si lo haces mal, te pagaré con una patada en el trasero. ¿Alguna otra pregunta, Taeyong?

-Es Taehyung...

-Lo que sea. Aunque no me interesan tus preguntas, así que puedes marcharte. -Me agarró con ambas manos por debajo de las axilas y me obligó a pararme.

-¡Ya me voy, ya me voy! -Quedé del otro lado de la gran puerta de madera, y también con un gran dolor en los costados.

-¡Adiós Taeyang!

-¡Es Taehyung! - Pero antes de que pudiera terminar, la puerta se cerró en mi cara, dejándome como un completo idiota frente a una de las secretarias que pasaba, que sólo me miró y sonrió con lástima.

¿Pero a quién le importaba? ¡Tenía un empleo!...Bueno, una especie de pre-empleo, pero ya estaba casi asegurado. Hoseok no era sujeto más agradable, pero sólo debería ignorarlo. O incluso mejor, podría seguir el juego y sacarme unas cuantas risas de él.

Contento, volví a recorrer el edificio hasta la parada del bus, esta vez con la frente en alto, después de todo ya hice el paso más importante y hablé con el mismo Satanás. Sin duda se lo tendré que contar a los chicos.

Una semana [VHope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora