8. Amigo [Día 2]

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Lo primero que oi al despertar fue un celular. Hoseok aún se encontraba dormido al lado mío, sin señal de querer levantarse. Procuré no hacer sonido alguno y tomé el teléfono. No era el mío, pero antes de que se enoje conmigo, prefiero contestar.

-Hola, teléfono de Jung Hoseok.

-Oh vaya. Hola pequeño. ¿Dónde está Hobi?

-¿Hobi? -Vaya apodo raro. Pero tierno debo decir.

-Hobi, Hoseok. ¡No me digas que no sabes su apodo! -El chico parecía genuinamente sorprendido del otro lado de la bocina.

-Ahhh, Hoseok. Está durmiendo, ¿Quiere que le deje algún mensaje?

-Si. Tomaré un avión a Los Ángeles y estaré ahí a la noche. Dile que me vaya a buscar al aeropuerto. Tú ven también, quiero conocerte en persona.

-C-Claro señor...?

-Seokjin, pero dime Jin. Bueno, ¡Adiós!

Cortó como si nada luego de saludar. Jin...Creo que Namjoon había mencionado a un tal Jin. ¡Si! Cuando hablé con él, estaba comiendo un pastel y se disculpó pensando que era él. ¿Tal vez era su cumpleaños? Si es así debería comprarle un regalo o algo.

Con esa idea en mi cabeza, comencé a limpiar el piso, la cocina y todos los lugares que Hoseok dejó sucio. Básicamente toda la casa. Cuando pasé por el reloj de madera que colgaba en el pasillo, marcaba las 8 y algunos minutos, por lo que traté de despertar a Hoseok. Tomé un cambio de ropa de su habitación, y regresé a la mía, donde aún no mostraba entusiasmo por despertarse. Llamé su nombre mientras que movía su hombro. Pero nada. Una, dos, tres veces y sin respuesta alguna. Me recosté a su lado y acerqué mis labios a su oído.

-Hobi, despierta~- Susurré el nombre en su oído lo más despacio que pude. Y creo que tuvo buenos resultados, ya que en seguida abrió los ojos.

-¿Qué? ¿Qué pasó? - Arrastraba las palabras y se fregaba los ojos de forma lenta.

-¡Despierta de una vez! - No soporté tanta lentitud y así como susurré, grité.

-¡Dios, me vas a dejar sordo! ¿¡Quién te crees que eres para venir a mi habitación a gritarme!?

-¡Primero, te llamé cuatro veces! ¡Segundo, esta es mi habitación, si no te gusta vete! -Ahora ambos estábamos gritando.

-Oh tienes razón, es tu habitación. ¡Pero igual no me grites! -Me quitó la ropa que cargaba en los brazos y se apresuró a irse.

-Lo siento -No sé si me escuchó o no, pero no hubo respuesta.

Pasaron 40 minutos y lo estaba esperando en la mesa del comedor con el desayuno servido. Al final salió vestido con una remera simple y un pantalon deportivo, algo raro para mí ya que desde que lo conocí, no pensé que podía lucir como una persona normal. El cabello naranja tampoco le quedaba mal.

-¿Qué tanto me estás mirando? -La pregunta fue con cierta molestia pero también en tono de broma.

-Nada, sólo siéntate y come. Se va a enfriar.

Asintió y se sentó en el lado opuesto al que yo estaba, quedando frente a frente. Dirigió su mirada al plato, extrañado. Tomó una porción del tocino y lo llevó a la boca, masticando despacio. Quería decirle que coma sin miedo, que no tenía veneno ni nada, pero guardé silencio. Lo mismo hizo con los huevos, el jugo y las tostadas. A cada cosa la saboreó por un tiempo exageradamente largo, para luego, al terminar, mirarme y preguntarme algo.

Una semana [VHope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora