El salón se quedó en silencio por un segundo, pero de inmediato se escucharon los murmullos, y las caras de sorpresa no tardaron en aparecer. Sentía unas miradas posadas en mí, aunque no les di importancia, estaba concentrado en Hye, la cual acababa de decir no. No al casamiento, no a estar con Hoseok. De hecho, él no parecía sorprendido, al contrario, casi se podría decir que lo esperaba, la miraba con una pequeña sonrisa a la vez que la tomaba de la mano, ésta vez correspondiendo. Ella pidió permiso al cura para tomar el micrófono, lista para hablarle a los invitados.
-Hola... -Sonrió algo nerviosa, lo que era extraño en alguien que se mostraba siempre segura- Quiero pedir perdón a todos. Yo no estoy preparada para esto. Hoseok...-Dijo a la vez que lo acercaba a ella y apretaba su mano, casi al borde de las lágrimas- Te quiero. Mucho. Y es por eso que tengo que hacer esto.
Exhaló sonoramente, y por unos segundos me miró, con una expresión aliviada.
-Ser "el hijo de" te pone en el centro de todos los escándalos. Te obliga a ser perfecto, a hacer lo que es conveniente. Pero ya cuando lo superficial llega a cuestiones de amor, debo poner un freno. Hoseok está enamorado, pero no de mí. Así como yo también tengo a una persona especial esperándome. Lo siento papá... - El hombre que la había acompañado hasta el altar tenía los ojos con lágrimas, mientras asentía, habiendo comprendido el mensaje de su hija.
Dio unos pasos hasta Hoseok, y se abrazaron. Ambos con una sonrisa, como si en vez de amantes simplemente fuesen buenos amigos. Su padre se acercó también a saludarlos, y tomándola en sus brazos, se alejaron lentamente del tumulto de gente confundida. Hoseok miraba a todos y hacía pequeñas reverencias, pero en cuanto me vio, frenó. Parecía sorprendido de verme, y mi cara no era la mejor, era una mezcla de llanto e incredulidad. Sólo bajó la mirada hasta notar que su padre salía disparado hacia la salida, furioso. De inmediato lo siguió, dejando al cura hecho un manojo de nervios sin poder predecir qué pasaría después. Casi al instante, Jin subió al altar y tomó el micrófono.
-Bueno, no es el final que esperábamos, pero es un final feliz después de todo. ¿Pero qué tal si en vez de quedarnos aquí vamos al salón secundario y disfrutamos de la comida que mi equipo ha preparado? ¡Después de todo la fiesta ya está paga! -Será porque Jin estaba de buen humor que todos de inmediato se levantaron de sus asientos y siguieron a algunos de los chefs que estaban en la entrada. Jin, Yoongi y Namjoon vinieron corriendo hasta donde me encontraba, a la vez que Jimin y Jungkook se me acercaban aún más. Cuando quise darme cuenta los 5 estaban hablando encimados, comentando cosas tanto conmigo como entre ellos. Me tomé un momento para pensar en lo que acababa de ocurrir. Hoseok dijo que sí pero Hye no. Hye ya estaba enamorada de alguien más, ¿Entonces por qué casarse? La reacción de uno de los padres fue comprensiva mientras que otro no. ¿Tal vez tiene que ver con Seung?
-Tae, ¿Qué esperas? ¡Ve a buscarlo! -Jin pegaba saltitos en el lugar, pero Namjoon lo detuvo.
-Deja que él decida. Puede ser que Hoseok necesite tiempo. Yoongi, tu lo conoces mejor que nadie, ¿Qué crees?
Pero Yoongi también estaba en su mundo. Miraba hacia la puerta, todavía quedaba algo de gente, pero su foco principal era una mujer sumamente arreglada, con un celular en la mano; lucía perdida y molesta al mismo tiempo.
-Ella está aquí -Dijo finalmente volteando a nuestra dirección- Ve ahora, creo que te necesitará.
Todos nos quedamos en silencio, él siempre suele estar indiferente, pero era la primera vez que lo veíamos completamente serio. Decidí tomar su consejo y apresurarme hacia el pasillo en donde había hablado con Hye hace un rato. Esta vez estaba desolado, lo único que se escuchaban eran las voces de dos personas discutiendo, y ya me imaginaba quiénes eran. Me acerqué lentamente hacia la puerta donde provenía todo el ruido, decidiendo quedarme a ver qué ocurría para después intervenir si era necesario.
ESTÁS LEYENDO
Una semana [VHope]
FanfictionKim Taehyung, un joven de 17 años, se encuentra desesperado. Cursa su último año de secundaria y todos los planes para su futuro se ven comprometidos debido a la falta de estabilidad económica de su familia. Pero hay una esperanza. Uno de sus amigos...