-A despertarse, ¡Hay que trabajar! -El causante de esa voz chillona me sacudía de los hombros intentando despertarme.
-Ya voy, ya voy... -Me costaba hablar, después de todo ayer llegamos tarde y ahora era temprano. Muy temprano.
Hoseok se sentó al borde de la cama, observándome y riéndose entre dientes ¿Qué le causaba gracia?
-¿Y tu de que te ríes?
-¿Siempre duermes con ese peluche y ese pijama? Adorable en verdad... -Miré mi ropa. No estaba tan mal, era color celeste con imágenes de nubes y soles. Mi madre lo eligió así que mucho no podía hacer al respecto.
-Espero no deslumbrarte con mi estilo. Ahora sal, quiero cambiarme. -Intenté pararme pero en su lugar recibí un almohadazo en el rostro. -¡Oye!
-Vete tu, te llevaré a golpes.
Con una sonrisa sacada de las mejores películas de terror, Hoseok se la pasó dándome almohadazos en la espalda. Almohadazos muy fuertes debo decir. No fue hasta llegar al baño y encerrarme que pude librarme de él. Sólo a un lunático se le puede ocurrir pelear a las 7 de la mañana. Me limité a ducharme y a arreglarme; después de todo tenía razón, hay trabajo que hacer. Al terminar de desayunar, me pidió que complete formularios y demás, que por suerte no significaban mucho esfuerzo. Al menos no tanto como la vez anterior. Entre tareas se hicieron las 11, y Hoseok parecía aburrirse, ya que no paraba de jugar con una lapicera y dibujar garabatos en los papeles que dejaba sin usar.
-Me aburro, iré a visitar a unos amigos. ¿Estarás vivo para cuando vuelva?
-Yo ya terminé. Si no he muerto tras haber pasado todo un día contigo, creo que iré bien. -Frunció el seño y se marchó por la puerta principal.
Habiendo terminado el papeleo y al estar sólo, no tenía mucho que hacer. Recorrí todo el departamente, pero hubo un lugar que me entró especial curiosidad ver: el cuarto de Hoseok. Nunca me había prohibido entrar, así que supuse que no debería molestarle. Giré la perilla lentamente, y para mi sorpresa, el cuarto estaba perfectamente arreglado. Era similar al mío, solo que el armario estaba abierto y se podían ver toda clase de trajes caros. Eso sí que no tengo. No sabía cuánto tiempo exactamente iba a tardar, pero aproveché para probarme toda su ropa. Hubo un conjunto en especial que me gustó y decidí tomarme una selfie para mandarsela a los chicos.
[11:49 a.m]
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Kim Taehyung, 17, multimillonario. Cantante exitoso amado por todos. 💅
Dejé mi móvil a un lado y traté de acomodar un poco el desastre que había dejado, pero por accidente tiré una caja pequeña que se encontraba arriba del estante. Recogí todo, pero me llamó la atención la enorme cantidad de fotografías que se esparcieron por el suelo. Eran de paisajes, de flores, y una de ellas era de Seung con Hoseok. El pequeño Hoseok de la foto estaba triste, pero sonreía. Ambos llevaban traje, y su padre cargaba un ejemplar de su nuevo libro en la mano. Habrá sido tomada en alguna firma o promoción. Me quedé unos segundos mirándola, hasta que un sonido me sacó del trance. Ya había regresado. Acomodé lo más rápido que pude las cosas, pero mis manos temblaban y entorpecían mis movimientos. Finalmente salí de ahí, aunque no contaba con que Hoseok se encontraba en frente de la puerta, sosteniendo unas bolsas y alzando sus cejas de forma inquisitiva.
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Una semana [VHope]
FanfictionKim Taehyung, un joven de 17 años, se encuentra desesperado. Cursa su último año de secundaria y todos los planes para su futuro se ven comprometidos debido a la falta de estabilidad económica de su familia. Pero hay una esperanza. Uno de sus amigos...