Capítulo 4

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La noche estaba yendo demasiado bien, para mi sorpresa Edward no fue grosero conmigo, de hecho estuvo casi toda la noche pegado a su móvil a pesar de que Claire no dejaba de lanzarle indirectas para que lo dejase, pero su esfuerzo era en vano. Pude ver que estaba hablando con alguien, seguro que su conversación era más interesante que la que estaban teniendo ellos sobre el cambio climático. Así que decidí sacar mi móvil para... bueno para hacer algo que no fuese mirar a mi alrededor buscando algo con lo que entretenerme.

- Oye Claire, ¿no te estás dando cuenta de algo entre Edward y Megan? - levanté la vista de mi teléfono y miré a mi madre con cara de "tengo miedo de lo que vas a decir".

- No sé Court, si a "algo" te estás refiriendo a que tendrían unos niños preciosos, entonces sí que me he dado cuenta. - dijo Claire entre risas y a ellas se unieron John y mi madre.

- Te doy toda la razón, aunque yo me refería a que hacen muy buena pareja, ¿no crees? - en ese momento me entraron ganas de convertirme en Ant-Man y poder encoger hasta que nadie me viera.

- ¿Esto es necesario? - dijo entonces el chico al que apenas conocía, mientras se levantaba y se iba.

- Disculpadle - Claire, con una mirada de culpabilidad.

- Con permiso - levantándome y dejando la servilleta encima de la mesa. Mama no tendría que haber hecho ese comentario. Dejé la mesa donde habíamos cenado y fui detrás de él. - Espera - intentando alcanzarlo - ¡Edward!

- ¿Que quieres? - de malas maneras, mirándome con un tono duro mientras salía por la puerta principal.

- Siento lo que ha dicho mi madre.

- Me voy a mi casa, ni siquiera sé porque he venido. - hechando a andar. Le pido disculpas por una cosa la cual yo no tengo la culpa, y ¿así es como me responde?

- Eres un crío. - esas palabras debieron hacer el efecto que yo quería porque se paró en seco y se giró en mi dirección.

- ¿Como dices? - acercándose a mi, estaba intentando intimidarme y aunque me sacara una cabeza no lo estaba consiguiendo.

- Me has oído perfectamente. Te vas por una tontería sin sentido. A mí tampoco me ha hecho gracia, pero no por eso cojo una pataleta y los dejo a todos plantados en la mesa.

- Me voy porque tengo cosas mucho mejores que hacer antes que estar cenando en esta casa.

- Tienes razón, yo tampoco sé porque has venido. Podrías haberte quedado haciendo esas cosas mejores en vez de venir. - cruzándome de brazos.

- Los dos estamos de acuerdo. ¿Cuál es el problema entonces?

- No sé, ¿que tú madre está ahí dentro y espera que vuelvas? A lo mejor es un detalle importante que deberías recordar. - apretó los puños y su mirada se llenó de rabia.

- No vuelvas a mencionar a mi madre en tu puta vida. ¡¿Me oyes?! - mirándome fijamente a los ojos. Lo único que pensé en ese momento fue - la he cagado- se me había olvidado lo que mi madre me había comentado en el coche. - Y mi tía ya no espera nada de mí. Así que si es por eso, no te preocupes, hoy no era el día adecuado para hacer una buena obra. - dio media vuelta, aunque volvió a girarse para añadir algo más - Ah, y me la suda lo que tú y tu familia penséis de mi, así que no hay ningún motivo por el que deba quedarme. - giró sobre sí mismo y siguió su camino.

- Deberías probar eso de pensar en alguien más que no seas tú. - grité poniéndome las manos alrededor de la boca para que me oyera. Me enseñó el dedo corazón y siguió avanzando. Que rabia me daba ese chico. Aún medio aturdida por lo que acababa de pasar - y por el error garrafal que había cometido - entré en casa y me dirigí al sitio en el que hacía apenas diez minutos estábamos teniendo una cena "agradable".

- ¿Donde está Edward? - preguntó Claire pasándose los dedos por su media melena rubia.

- Em, bueno... ha recordado que tenía que hacer algo importante... - mentira, mentira no era, simplemente había omitido algunos trozos de verdad. Y no lo defendí, simplemente me daba pena decirle a Claire que su sobrino era un imbecil al que le daba igual dejarla tirada delante de mi familia.

- Vaya... Bueno y, ¿que tienes pensado hacer cuando acabes el instituto? - estaba claro que no era la primera vez que Edward hacía algo así, no se la veía para nada sorprendida.

- Había pensado en ir a la universidad de Berkeley. - aún no había tomado la decisión pero siempre me ha gustado esa universidad, aunque por la manera en que me miraba mí madre podía imaginar que no le gustaba demasiado esa idea, seguramente se imaginaba que al mudarnos a Santa Mónica por fin daría mi brazo a torcer e iría a la UCLA, la universidad en la que ella había estudiado. - Vamos, mamá no me mires así.

- He oído hablar muy bien de esa universidad, necesitarás suerte, y esfuerzo, mucho esfuerzo.

- Bueno, me gustaría acabar de decidir eso, recuerda que también está la UCLA, que a parte de ser una muy buena opción esta cerca, cielo. - otra vez no...

- Sé que te gustaría que estudiase donde tu lo hiciste y que estuviera más cerca, pero eso no significa que no nos vayamos a ver.

- Pero entiéndeme, no es lo mismo, de la otra manera nos separan horas. - entendía a mi madre, claro que la entendía, ahora no tenía a la abuela tan cerca y no quería que yo me alejara pero debía elegir qué camino tomar por mi cuenta, equivocarme y recapacitar yo sola, al fin y al cabo es mi vida.

- Vamos mamá, sabes que siempre he querido ir a esa universidad...

- Bueno ya acabaremos esta conversación en otro momento. - dijo John acudiendo en mi ayuda y dando por acabado él tema, al menos por esa noche.

- Hoy ha sido un día muy largo, si no os importa me voy a descansar. - si Edward se fue sin despedirse no creo que tenga importancia que yo lo hiciera un poco antes de que se marchara nuestra invitada. - Buenas noches Claire.

- Buenas noches cariño. - sus ojos color miel me miraron dulcemente, aunque pude ver tristeza en ellos. Mamá había comentado que la madre de Edward los había abandonado pero, ¿y su padre, porque no había venido?

Cuando llegué arriba me puse el pijama y cogí el libro que horas antes había estado leyendo. Miré mi nueva cama, estaba un poco deshecha por "el tonto" y me tiré encima de esta. Mis últimos pensamientos antes de quedarme dormida fueron para Edward, y el porque se tuvo que ir de tan malas formas.

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