Me llevó a una parte de la playa en la que había un escenario y la música estaba tope.
- Megan este es Tyler - Edward presentándome a un tío enorme, con el pelo oscuro y revuelto. - es el defensa del equipo, un poco subnormal pero le acabas cogiendo cariño. - y se dieron un medio abrazo de esos que se dan los tíos.
- Y ¿que hace esta señorita con este gilipollas?
- Eh, ¿que me he perdido? - dijo una chica por detrás de Tyler con dos vasos rojos en las manos, entregándole uno a él y quedándose ella con el otro.
- Gracias nena. - Tyler le besó en la mejilla - Esta es Betty, mi chica. Betty esta es Megan, su... - mirando a Edward sin saber qué decir.
- Amiga - acabé yo. - Encantada de conocerte - dije dándole dos besos a Betty.
- ¿Quieres que vayamos a por algo de beber? - me preguntó Betty.
- Bueno en realidad yo me tengo que... - pero antes de poder acabar la frase me agarró del brazo y tiró de mí en dirección a una caseta con luces verdes y llena de bebidas.
- Vamos, así te lo pasarás mejor - poniéndonos en la cola - y, cuéntame ¿que te trae por aquí?
- Me he mudado, soy de San Francisco, ya sabes tú madre conoce a un tío y una cosa lleva a la otra. - avanzando en la cola.
- ¿Y de que conoces a Edward? - definitivamente, esa noche se habían puesto todos de acuerdo para hablarme de Edward.
- Mi madre y la suya son amigas. - me encogí de hombros. - ¿Conoces al de aquí? - señalando al que preparaba las bebidas.
- Es buen chico aunque muy imbécil a veces, supongo que ya te iras acostumbrando. - Al ritmo que íbamos no me quedaba otra... De todas maneras, no me gusta juzgar a la gente por los rumores, prefiero averiguarlo por mí misma. - Si, y en respecto a eso, déjame que yo elija, seguro que te gusta. - le dijo, o más bien le gritó por encima de la música al chico que estaba detrás de la barra el nombre de una bebida la cual no recuerdo y le dio un billete - invito yo, a la próxima te toca a ti.
- Vaya ¿Con quien has venido Betty? - le preguntó el chico que nos atendía mirándome sonriente.
- Soy Megan de San Francisco. - mientras él me daba el vaso.
- Megan de San Francisco, yo soy Jayson de Santa Mónica - me reí. - Pero me puedes llamar Jay. - dándome la mano.
- Y ahora que ya os conocéis y toda esa mierda, nos vamos. - Jayson fulminó a Betty con la mirada - ha venido con Edward, así que te deseo suerte chavalote. - a Jayson se le ensombreció un poco la mirada, me despedí de él con la mano y él me devolvió el gesto sonriente.
- ¿Porque has echo eso?¿Te cae mal Jay? Parecía simpático. - dándole un trago a la bebida roja que tenía en la mano. - Esto está muy bueno - abriendo los ojos como platos.
- Ya iras conociendo a la gente de aquí... ¡Te lo he dicho! ¿Jugamos al juego de los segundos?
- ¿Como se juega? - me cogió el brazo, lo entrelazo con el suyo de manera que bebiéramos cada una de nuestro vaso pero con el brazo enredado en el de la otra.
- Consiste en decir un número de segundos y tragar todo ese tiempo. Por ejemplo, digo cinco, entonces tenemos que beber cinco segundos sin parar. ¿Estás lista? - asentí con la cabeza. - Empezamos con cinco. ¡Ya! - pegué el vaso a mis labios y hice lo que me indicó. Lo hicimos las suficientes veces como para que antes de llegar a donde estaban los chicos nos quedáramos sin bebida, así que decidimos volver a por más. Volví a encontrarme con la mirada de Jay.
- ¡Dos más! - poniéndo el billete encima de la barra - esta vez me toca a mí - mirando a Betty.
- ¿Nunca te han dicho que eres muy guapa? - dijo Jay preparando las bebidas. Sentí como el calor me subía a las mejillas.
- Veeenga Jay menos ligar y más darnos las bebidas - Betty arrastrando las palabras. Me lo estaba pasando muy bien con ella. - Este tío nunca se cansa - me susurró y no pude evitar reírme a carcajadas.
- Bueno a ver cuando nos volvemos a ver encanto - guiñándome un ojo y dándome las bebidas junto con un papel con su numero de teléfono. - Pasároslo bien. - Le dediqué una sonrisa y nos fuimos.
- A ver cuando nos volvemos a ver encantoo - repitió Betty en tono burlón cuando ya nos habíamos alejado.
- No se porque le tienes tanta manía - partiéndome de risa. - No veas cómo sube esto, ¿no?
- Es un imbeeecil. - abrió sus ojos color miel como platos - ¡está canción me encanta! ¡Corre! - nos fuimos metiendo entre la gente hasta estar en el centro, apretujadas contra más cuerpos y nos pusimos a bailar. Una luz estalló por encima nuestro, miré al cielo, los fuegos artificiales ya habían empezado, de pronto me acorde de mis amigas, Kendall tenía razón en respecto a lo de salir. Estaba tan concentrada en la música que ni siquiera me di cuenta de que la gente había hecho un círculo alrededor nuestro y nos estaban animando.
- ¡Betty! ¡¿Hacemos los segundos?! - asintió de golpe y vino hacia mí. Todos miraban interesados lo que estábamos haciendo, cuando alguien gritó "¡veinte!" pegué el vaso a mis labios y noté el líquido quemándome la garganta, pero cuando la gente chilló "once" alguien despegó el vaso de mis labios y gruñí en respuesta. Era Edward, se me había olvidado por completo que había venido con él, y por lo visto a Betty también.
- Venga se acabo el espectáculo - mirando a la gente que teníamos alrededor - vamos Megan - agarrándome de la cintura. - Llevo rato buscándote.
- No, todavía no me quiero ir, me lo estoy pasando bien. - poniendo pucheros y agarrándome a su cuello, moviendo la cintura al ritmo de la música.
- ¿Sabes? Menos mal que me has traído, me lo estoy pasando suuupeeer bien Eddie.
- ¿Eddie? - riéndose - ¿Cuanto has bebido? - me preguntó con sus labios cerca de mi oreja produciéndome algo extraño.
- Unos vasos. ¿Y tú? - sonreí sorprendiéndome a mí misma plantándole un rápido beso en la mejilla. Edward me apretó contra él, ciñó sus manos alrededor de mis caderas, moviéndonos al ritmo de la música. Le pasé las manos por el pecho y por los impecables abdominales. Betty tenía razón, el alcohol que corría por mis venas me hacía sentir más valiente, podía hacer lo que se me antojara. El círculo de gente que había antes mirándonos se había disipado, todos estaban bailando a su aire, me puse de espaldas a él y cerré los ojos dejándome llevar, sus manos bajaron por mis brazos, por mis costillas y finalmente regresaron a mis caderas.
- Unos vasos... - me reí en su cuello.
- Edward... - apenas en un susurro. Apoyé la cabeza contra su hombro, lo pillé desprevenido cogiéndole las manos y entrelazando sus dedos con los míos, cuando noté sus labios y su lengua sobre mi cuello me di la vuelta y me encontré con sus ojos verdes, esos que tanto escondían. Estaba irresistible, bajé mi mirada a sus carnosos labios y hice lo que deseaba, pegué mi boca a la suya, sabía a vodka con una mezcla a tabaco, levanté mi mano y la pasé por su pelo, él rodeó mi cintura con el brazo acercándome más a él. Mierda. No tenía planeado nada de esto.
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Why you?
RomanceMe enamoré hasta de las letras de su nombre. De sus defectos, de su ternura disfrazada de frialdad. Eso me atrapó, me enloqueció, esa fue mi perdición. Amarlo #50 - romanceadolescente 13/6/18