Capítulo 16

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Betty condujo hasta su casa, ya que según ella si estaba sola iba a pensar demasiado en él y quería que pasáramos el fin de semana juntas aprovechando que sus padres estaban fuera. Aunque en esos momentos lo que más me apetecía era estar sola con mis pensamientos.

- Vaya mierda de día - dejándome caer en la cama de matrimonio. - ¿Como he podido ser tan tonta?

- Tía no te comas el coco, Ava es una perra y Edward... sinceramente no sé que puedo decir de él. - hurgando en el armario.

- He sido una idiota... - hundiéndome en la almohada.

- ¿Sabes lo que vamos a hacer? Voy a ir abajo a por chocolate caliente y vamos a ver una película. - tirándome un pijama y desapareciendo por la puerta.

Cuando volvió yo ya estaba con el pijama puesto y metida en la cama, me dio mi taza de chocolate caliente y se acomodó a mi lado. - ¿Solo en casa? - con el mando en la mano - vamos, es un clásico cuando se acerca navidad. - Al final vimos la película, bueno esa y algunas más.

A la mañana siguiente me sentía rara, como si estuviera en un cuerpo diferente y esa no fuera mi vida en realidad, como si lo del día anterior no fuera verdad, pero lo triste y cierto es que lo era.

- Ayer al final nos quedamos a medias con las compras, podríamos ir a comprarnos lo que nos pondremos para la fiesta de fin de año. - A Bett se le iluminó la cara. Sabía que cuanto más tiempo pasase ocupada menos pensaría en todo, y la mejor manera de mantener mi mente distraída era yendo de compras, aún que el lugar no me trajera buenos recuerdos.

- Me parece genial. De hecho me parecen genial las dos cosas. Que quieras ir a comprar y que quieras ir a la fiesta de Jacob - con una extensa sonrisa.

- Supongo que comprar me distrae, y lo de la fiesta... me apetece ir. - tomando el último sorbo de mi zumo de naranja.

- Lo que diga la señorita. - acabándose su desayuno.

- Tendremos que pasar un momento por mi casa para coger ropa de recambio.

- De eso no te preocupes te dejo algo, y así no tenemos que dar tanta vuelta. - cruzó la cocina sin que me diera cuenta y subió los escalones de dos en dos.

Cuando subí me había dejado preparado encima de la cama unos jeans y un jersey rojo de punto. Lo cierto es que Bett y yo teníamos la misma constitución, los pantalones me quedaban clavados y el jersey más de lo mismo.

Puedo decir que por unas horas me olvidé completamente del tema, fue entrar en las tiendas y volvernos locas. Estábamos hambrientas, así que decidimos hacer un descanso y parar a comer algo.

- Megan, me gustaría hablar sobre... ya sabes, lo de ayer. No quise sacarte el tema porque quería hablarlo cuando te relajaras.

- Estoy bien, ya se me pasará. - pegándole un bocado a mi taco.

- No, no estás bien. Necesitas desahogarte.

- Supongo que solo necesito mentalizarme de que nunca nada de lo que pasó fue de verdad. Total, solo tengo que acabar este curso y lo perderé de vista, cada uno seguirá su camino. Me iré a San Francisco y todo volverá a la normalidad. - me miró con tristeza - Estoy bien, de verdad, solo necesito tiempo. - añadí al ver su cara de preocupación, aunque lo cierto es que no sabía cuánto tiempo iba a necesitar. - Háblame de algo divertido.

- Bueno... Grace nos ha invitado a su casa esta noche, hace una fiesta y irá un montón de gente, podríamos pasarlo bien.

- Te lo agradezco pero hoy no me apetece.

- No te voy a dejar sola, ni de broma. Tú te vienes conmigo, que es lo que necesitas, pasártelo bien y olvidarte de ese gilipollas.

- De verdad, no me apetece, ademas seguro que él está allí, y Ava, y no tengo ganas de ver a ninguno de los dos.

- Vamos Meg, la casa es muy grande y habrá mucha gente, ni siquiera creo que los veas. Vamos, venga - haciendo pucheros. No me apetecía para nada ir pero sabía que Betty no iba a conformarse con un no por respuesta.

- Está bien - dio palmaditas de alegría - pero con una condición, tengo derecho a irme a la hora que me apetezca.

- Yo me encargaré de que eso no sea hasta tarde.

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