Capítulo 7

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- Y ¿que vais a hacer vosotras esta noche? - le pregunté a una de mis mejores amigas a través del teléfono. Las hechaba mucho de menos, siempre que tenía un problema era a ellas a quien acudía.

- Iremos a la playa con los de siempre a ver los fuegos artificiales. Lo de cada año supongo. Y ¿tú qué tienes pensado hacer? - buena pregunta Kendall.

- Bueno... mi madre me ha invitado a pasar la noche con ella y su amiga, quieren ir a la playa de Santa Mónica a cenar y a ver los fuegos. Pero tia no me apetece nada ir, hablaran de sus cosas y además seguro que está Edward - me abofeteé mentalmente al recordar que ellas no sabían nada de él, y no iban a tardar en preguntar hasta el más mínimo detalle.

- ¡¿Quién es Edward?! - gritó Kendall.

- ¿Que Edward?¿Es el que me dijiste el otro día?¿Está bueno?- preguntó Melissa al regresar del lavabo. Porque habré tenido que decir eso en voz alta...

- ¿Que te dijo el otro día? - puse los ojos en blanco aunque no pudiera verme - ¡habla, no nos dejes en ascuas!

- Kendy, no tiene importancia es solo... el sobrino de una amiga de mi madre.

- Si que tiene importancia, ¿que significa que "a demás seguro que estará Edward"? Porque lo puedo interpretar de dos maneras, o tienes muchas ganas de verlo, o no tienes ningunas. - no lo sabía ni yo.

- No lo sé.

- ¡¿Estas diciendo que no sabes si tienes ganas de verlo?! - gritó Kendall - Houston, tenemos un problema.

- Aquí están pasando diversas cosas, o el chaval es imbecil, o es feo, o bajito, o las tres cosas, a lo mejor besa mal...

- O le gusta - cortó Kendall a Melissa. Hubo un silencio que me pareció una eternidad hasta que respondí.

- No me gusta, simplemente... simplemente no tengo muchas ganas de verlo y ya está. - vale, puede que aquel día en el centro comercial nos divirtiéramos, pero eso fue todo.

- Bueno flor, ya acabaremos este tema en otro momento, porque lo vamos a acabar ¿lo sabes verdad? Nos vas a explicar hasta el más mínimo detalle. Y en respecto a lo de salir esta noche, sal aunque sea con tu madre, si te quedas en casa te comerás la cabeza. - Kendall tenía razón, ir a cenar con mi madre y su amiga escuchando sus aburridas conversaciones no creo que fuera mejor plan que quedarse en casa mirando películas y atiborrándome a helado, pero siendo un 4 de Julio, tendría que salir y celebrarlo, aunque fuera sin mis amigos.

- Si, bébete unos cubatas y enróllate con algún tío, así descubrirás si de verdad sientes algo por ese chico.

- Yo creo que Meli tiene razón, si sientes algo por él esa es la mejor forma de averiguarlo. Aunque... pensándoselo bien, como se va a liar con un tío delante de su madre.

- Pero tia como se va a liar delante de su madre, que se vaya a otro lado, que pasa ¿en Santa Mónica no hay lavabos?

- Hola chicas, estoy aquí por si no os acordabais. No voy a enrollarme con nadie hoy y claro que hay lavabos aquí Melissa, además aún no estoy segura de querer ir. ¡Y por dios! No me gusta Edward.

- Si, ya, bueno lo que tú digas. Y tú vas a ir, al menos si no lo haces por ti hazlo por tus amigas. - Melissa siempre tan considerada.

- Me lo pensaré, pero la noche no tiene pinta de ser muy divertida.

Cuando terminé de hablar con mis amigas cogí mi iPad y puse una playlist relajante, me metí en la ducha y estuve debajo del chorro más tiempo de lo habitual, si iba a salir con mi madre y su amiga necesitaba estar relajada. Dejé secar mi melena larga al natural, me puse un poco más de rímel de lo habitual, y me di un toque de gloss rojo. Nunca he sido de maquillarme demasiado, mis ojos son grandes de color azul y me gusta el toque que les da el rimmel, hace que se vean más intensos. Cuando era pequeña mi madre solía decirme que tenía la misma mirada de mi abuelo. Indecisa, decidí ponerme unos shorts blancos con unas converse bajas blancas y una de mis camisetas preferidas, corta de color rojo con la espalda descubierta. Bajé las escaleras y mamá ya estaba esperándome en la entrada.

- Vamos date prisa, Claire está esperándonos fuera. - John tampoco pudo venir esa noche porque estaba en el restaurante.

- Espera, ¿podrías atarme la camiseta? - poniéndome de espaldas a ella.

- Siempre lo dejas todo para última hora, si hubieses empezado a arreglarte antes... - decía mientras me la anudaba a mitad de la espalda.

Cuando salimos por la puerta principal había un Audi q5 color champán aparcado en frente nuestro. Me sorprendió entrar en el coche y no ver a Edward, no se si lo que sentía era alivio o decepción.
Cenamos en un restaurante italiano precioso que estaba al lado de la playa. Lo declaré mi favorito, los mejores espaguetis carbonara del mundo.

- Pues ha estado bien la comida ¿no?. - mirando el cielo sentada en la toalla. Mi madre había ido a por algo de beber así que me quede charlando con Claire.

- Estaba mejor que bien, la comida estaba deliciosa señora Clayton. - riendo.

- Vamos reina, tutéame. - soltando una risita - Me gustaría decirte algo. Yo sé que Edward a veces puede ser un poco - ¿capullo es la palabra que busca? - complicado. - casi - Pero él ha tenido una infancia complicada. Supongo que tú madre ya te habrá contado algo. Su madre... digamos que no ha seguido el papel que debía ocupar. Y créeme, su padre se va culpar toda la vida, pero quiero que sepas que debajo de esa coraza hay un chico con un enorme corazón. - enjugándose una lagrima. No me esperaba eso para nada.

- Señora Clayton... digo, Claire, tu hermano...

- Ryan. - me aclaró.

- Tu hermano Ryan no debería culparse por nada, fue ella la que tomó esa decisión - poniendo mi mano encima de la suya en su regazo. - No puede responsabilizarse de los actos que hizo su esposa. - dándole un abrazo.

- ¿Que pasa? - preguntó mi madre preocupada dejando las bebidas en la arena y acercándose a nosotras.

- Tonterías - dijo Claire sonriéndole.

- Si me disculpáis, voy al baño. - levantándome de la toalla. La cena no fue como yo la imaginaba, me lo pasé mejor de lo que pensé, pero necesitaba despejarme, y sobretodo después de lo sucedido con Claire.

- Vale pero date prisa, los fuegos no tardarán en empezar. - asentí a mi madre. Cogí mis converse de la arena y fui andando entre la gente. Cuando llegué al paseo me puse mis zapatos y me dirigí a unos baños públicos que había visto antes. Pero llegando vi algo que me llamó la atención.

Why you?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora