Why you?

Capítulo 22

31 de diciembre, último día del año. Último día de ese caótico año. No me había parado a pensar lo que había llegado a cambiar mi vida en tan poco tiempo, ni siquiera yo era la misma. 365 días en los que tuve tiempo para cumplir todos mis propósitos pero no lo hice. Estaba totalmente decidida a re dirigir mi vida, ese año iba a tener incluso más cambios que el que estaba por finalizar. Lo tenía claro. Puede que nunca hubiese tenido ese propósito, pero estaba dispuesta a cumplirlo esa noche y nada ni nadie me lo iba a impedir. "Un clavo saca a otro clavo" era la frase que había estado rondando por mi cabeza esa última semana. Tenía un plan, y necesitaba que funcionase.

Salí de la ducha y fui directa al vestidor, cogí la bolsa que no había tocado des de el día en que compré con la ayuda de Bett lo que había en su interior. La puse encima de la cama y saqué el vestido que tanto nos había costado encontrar a mi amiga y a mí. Lo observé detalladamente, era perfecto, de seda rojo, se ceñía a mi cuerpo perfectamente, las mangas me llegaban justo a la muñeca y tenía un escotazo en forma de pico, el corte era a medio muslo. Orgullosa de mi elección para la última noche del año empecé a arreglarme. Eran las 9 de la noche cuando escuché el timbre, bajé lo más rápido que los tacones me permitieron y abrí la puerta.

- Vengo a buscar a mi amiga Megan, ¿le puede decir que baje? - puse los ojos en blanco - Es bromaa ¡Estas impresionante! - Dijo Bett abrazándome súper fuerte.

- Tu también estás preciosa, ¿te ha visto ya Tyler? - guiñándole un ojo.

- Aún no, ¿crees que le gustará? - poniendo morritos y una mano en la cintura. Llevaba un vestido color champán con el mismo corte que el mío, aún que el suyo era de tirantes, las dos nos habíamos esmerado más de lo normal con el maquillaje. Se había puesto sombra negra y marrón en los ojos, de manera que resaltaba sus ojos café y con la máscara de pestañas se veían más grandes. Yo en cambio, me puse sombras del mismo color que el vestido de mi amiga con un poco de iluminador y rímel.

- Se le va a caer la baba cuando te vea. ¿A qué hora tenemos que estar allí? - mirando el reloj.

- Pues lo cierto es que solo faltamos nosotras. - abrí los ojos como platos.

- Ya casi estoy, sólo me hace falta un poco de esto - apresurándome poniéndome perfume - y de esto - pintándome los labios de rojo.

- Ay déjame un poco - acercándose al espejo del recibidor y pintándoselos ella también.

- Solo me haría falta encontrar mi abrigo de pelo negro, mi abrigo, mi abrigo... - buscando donde lo había podido dejar. - ¡Aquí! - viéndolo encima del respaldo del sofá - Y ya nos podemos ir.

- ¿Lo tenemos todo? - dijo mirando en el bolsito - llaves, teléfono, aha, si, vale... Ya, vámonos. - Cerré la puerta detrás de mí y me dirigí al coche de mi amiga. El trayecto se me hizo corto, fuimos hablando y cantando la mayor parte del tiempo, tardamos unos 45 minutos - teniendo en cuenta que Bett conducía bastante rápido - en llegar a la playa de Santa Mónica, donde nos esperaban los chicos en un restaurante.

El plan era, cenar allí y cuando acabáramos ir a la fiesta en casa de ese tal Jacob Steel. Mi amiga aparcó cerca del muelle y no pude evitar recordar el 4 de Julio con Edward, saqué ese pensamiento de mi cabeza, tenía que borrarlo de mi mente.

- Meg, ¿te acuerdas de cómo se llamaba el restaurante? - mirando a nuestro alrededor.

- Ni idea. Llama a Tyler y dile que salga para que lo veamos.