Cómo NO dejar ir a Gina

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Benjamin me tomó por los hombros y empujó hacia los casilleros. O al menos eso fue lo que creo que intentó hacer, porque en primer lugar el chico me llega a la barbilla ya que es un enano, y en segundo... Bueno, digamos que no me movió ni un milímetro. Pobrecito.

- ¿Qué crees que estás haciendo, Thomas?- preguntó enojado-. Se supone que tu no tienes nada que ver con Gina y sin embargo... Los dos...

- Mejor ya no intentes decirlo o vas a explotar de la vergüenza- lo alejé de mi y arreglé mi ropa, por suerte no había nadie para verlo porque muchos aun no salían de clase.

Ben dio un paso atrás y se colocó bien los lentes-. Mira, todos sabemos que has tenido muchas oportunidades. Y te lo voy a decir como persona, no porque a mi me guste Gina. Si en serio no quieres salir con ella, deja de demostrar lo contrario y jugar con sus sentimientos.

Ésta vez yo fui el que se enojó-. Yo no estoy jugando con nada- afirmé cruzado de brazos. La campana sonó y todo el mundo salió de clases, algunos me veían mal porque seguramente pensaban que estaba molestando a Benjamin. Jugador de fútbol y un nerd no hacen buena combinación.

- Lo estás haciendo, mirame a los ojos y niegalo- había algo en la forma en que lo dijo, tan serio y molesto, que hizo que no pudiera hacerlo. Intenté buscar a algo o alguien para poder librarme del interrogatorio.

Alcancé a distinguir una cabellera rojiza acercándose a nosotros, mi pulso de aceleró y sin saber que hacer para confrontarla me quedé parado deseando lucir casual.

Ella llegó junto a nosotros y dándome un pequeño vistazo tomó a Benjamin de la mano para llevárselo de ahí. Éste último me dio una sonrisa victoriosa mientras se alejaban de mi.

Caminé en su dirección, porque lamentablemente la salida de encontraba por ahí. Pasé casi corriendo junto a ellos y por accidente golpeé a Ben con mi costado. Sin detenerme a mirarlo salí a toda velocidad yendo hacia mi casa.

Cuando llegué abrí la puerta de golpe, mi hermano se había quedado en casa por haberse enfermado y en este momento se encontraba en el sillón de la sala mirándome.

Se limpió asquerosamente su nariz con un pañuelo- ¿Por qué luces como si alguien hubiera arrancado tu corazón con una cuchara?- interrogó, su voz era muy rasposa-. Lo siento hermano, te ves peor que yo y tú no eres el enfermo.

- Creo que estoy haciendo todo mal- respondí.

- Y apenas te das cuenta.






Como NO conquistar a GinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora