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A Guillermo siempre se le había visto como alguien seguro y muy inteligente. Pero en estos momentos ni su seguridad ni ninguna buena excusa estaban presentes, lo habían descubierto y no podía hacer nada para librarse.
Se giro lentamente para encontrarse con Joey, quien de seguro le haría miles de preguntas sobre la bebé. Guillermo trataba de no verlo a la cara mientras pensaba en algo ingenioso para librarse de la situación. Aunque sabía que nada de lo que dijera ahora sería de mucha ayuda.

-Joey...esto, bueno, verás...-trató de decir Guillermo, sin embargo los nervios lo estaban matando y eso hacia que no pudiera hablar.

-No son esos, le quedarán demasiado grandes -Joey tomó el paquete que tenia Guillermo- ella debe de usar de estos ¿tiene dos o tres meses quizá?

-Casi los cuatro -contesto casi en un susurro.

-Bien, entonces son estos -tomó un paquete distinto- ¿que hace falta?

-No tengo ni idea -confesó.

-Entonces vamos. No hay que perder el tiempo.

Guillermo siguió a Joey por los pasillos, no entendía como es que estaba tan tranquilo y que no haya preguntado absolutamente nada, ¡El estaba a punto de la locura y Joey no decía nada!. Pero a veces Joey era así, parecía saber que hacer en momentos como este. Algo que Guillermo admiraba del chico.

Cuando llegó a la tienda había creído que solo con unos pañales y leche sería suficiente, pero al final habían terminado comprobado casi todo lo que había en el área de bebés. Al menos a Guillermo le parecía eso. Cuando Joey dejo de meter cosas al carrito fueron caminando hacia la cajera. Guillermo iba a su lado mientras Joey manejaba el carrito.

-¿Cuál es su nombre? -Joey vio a la bebé.

-Ofelia...Su nombre es Ofelia.

-Es un lindo nombre -Joey le sonrió- ¿puedo...?

Joey se detuvo y acercó sus brazos hacia la bebé, Guillermo lo miro y después a la bebé, dudo un poco antes de dársela. Como se lo esperaba la bebé no había llorado, parecía estar acostumbrada a estar con extraños o algo parecido. Y eso no le gustaba mucho.

-Solo, ten cuidado -dijo Guillermo en un tono preocupado.

-No te preocupes -Joey miro a la bebé- dos hermanos menores, padres bastante ocupados -miro a Guillermo- se como hacerlo.

Guillermo no dijo nada, solo se dedicó a mirar a Joey. Este mecía a la bebé mientras ella lo inspeccionaba con la mirada, algo parecido a cuando Guillermo la tomó por primera vez.
Joey siguió caminado y Guillermo lo siguió, ahora guiando él el carrito y cuidando cada movimiento de Joey, parecía saber que hacer pero para Guillermo era alguien inexperto que podía llegar a tirarla en cualquier momento por lo torpe que podía ser. Bueno quizá solo este exagerando, pero eso no importaba, debía de cuidar de ella aunque sea de esa manera tan dramática.

-Buenos días ¿es todo? -La cajera le sonrió a Guillermo mientras comenzaba a pasar sus cosas por el verificador.

-Si -contesto Guillermo volviendo a mirar a Joey.

Guillermo no los perdía de vista, aun mas cuando Joey se alejaba un poco mientras la mecía, Guillermo se volvía loco, podría ser su amigo pero la duda de que se la quisiera llevar quedaba. Se dedicaba a pasear su mirada entre Joey y la cajera, tampoco quería que lo estafaran por estar de paranoico.
Cuando la cajera término de cobrarle y de poner sus cosas en bolsas Guillermo le pago y se acercó a Joey.

-Yo la llevare -Guillermo tomó a la bebé, de una manera muy sobre protectora.

-Pero si ella me adora -Joey le reclamo divertido.

Ofelia || WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora