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Luego del espectáculo de los fuegos artificiales volvieron a casa exhaustos, estaban felices pero exhaustos. Al menos agradecían que al día siguiente no tendrían clases así que podían darse el lujo de dormir.

-Mas te vale dormir hoy pequeña diablilla -Guillermo alzó a Ofelia para darle besos a su estómago, cosa que hizo que Ofelia riera- tenemos mucho sueño y pocas energías para jugar contigo hasta las cinco.

-Ahora si dormirá, confío en eso -Samuel se termino de poner su pijama- ¿Quieres que la cambie yo mientras tu te cambias?

-Por favor.

Guillermo le pasó a Ofelia para que ambos se cambiarán y pudieran dormise pronto. El pudor, como era algo lógico, se le había pasado por completo y no le importó que Samuel estuviera en la misma habitación que el mientras se vestía, aunque no podía negar que aún se ponía nervioso si Samuel andaba sin camiseta o algo que cubrirle el torso pero agradecía que ahora no estaba así.

-Listo pequeña -Samuel acostó a Ofelia y le dio su gato de felpa antes de tomar su biberón.

-Yo también estoy listo -dijo Guillermo mientras se aseguraba de que ya no necesitaban la luz para apagarla- hora de dormir.

Guillermo se acostó en su lado de la cama al igual que Samuel, no se recostaron completamente pues Ofelia tenía que terminar su biberón.

-¿Alguno de los chicos dijo algo sobre venir mañana? -preguntó Guillermo observando a Samuel, aunque apenas y lo veía.

-Creo que no pero son ellos, querrán venir si o si.

-Espero que no sea tan temprano. Estoy que me muero del sueño -Samuel río un poco.

-Tuvimos tiempo para dormir pero...

-Shhh calla, Ofelia está presente.

Samuel río leve al escuchar la contestación. Ahora le gustaba molestarlo con eso pero sabía que en algún momento hablar de ello no se les haría tan difícil como ahora. Ya eran mayores y esos temas no eran nada tabú para ellos pero no se trataba del tema sino de quienes estaban involucrados. Eran ellos, quienes para el otro era la persona más importantes de sus vidas, ya sea de la relación que tienen ahora como la anterior, eran ellos y no cualquier persona. Por eso Guillermo se avergonzaba con el tema, pues no podía terminar de creer que ambos se consideraban una persona importante para llegar a ese nivel en su relación. Se sentían especiales a vista del otro.

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A la mañana siguiente pudieron por fin descansar hasta cierto punto pues al dar las once de la mañana el celular de Samuel no paraba de sonar haciendo que todos se despertaran.

-¿Quién es? -preguntó Guillermo mientras le daba un poco de fruta a Ofelia.

-Es Evan -dijo contestando la llamada- Hola Evan...todo bien...de hecho si...oh, que bien...¿Nosotros, ahora?...esta bien, los veremos más tarde -colgó.

-¿Qué dijo?

-Olivia y él se irán a Canadá mañana y no quieren irse sin pasar tiempo con nosotros -comenzó a contar- quieren que vayamos a donde se están quedando para comer.

-No suena nada mal -dijo apoyando la idea.

-desayunamos algo, nos arreglamos y vamos -termino por decir Samuel antes de tomar cualquier cosa que encontró en el refrigerador para desayunar.

-Ofelia -Guillermo llamó la atención de la pequeña, quien ya comía en su propia silla- ¿Crees poder decir pera? Vamos amor, pe-ra -Guillermo acercó la cuchara con el trozo de pera aunque sólo consiguió algo como ba.

Ofelia || WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora