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-¿Su pijama ya está lista? -pregunto Guillermo guardando algunos biberones para Ofelia. Hoy debían de llevarla para que le pongan su primer vacuna- también hay que dejarle un suéter, no quisiera que tome un resfriado.

-Calma cariño -hablo su madre intentando aligerar la preocupación de su hijo- ﹰOfelia solo se irá por una noche, no para siempre.

-Se sintiera como si lo fuera -dijo viendo a la bebé jugar en su alfombra, ajena a todo lo que los adultos conversaban- no creo que pueda soportarlo.

Tranquilo chiqui -Samuel lo abrazó dejándole un beso en la mejilla- ella estará bien.

Guillermo asintió intentando no parecer tan preocupado, cosa que simplemente no pasaría hasta que Ofelia se fuera y regresará. Quería creerles cuando todo mundo le había dicho que ella estaría bien, que ni siquiera notaría aquello y que sólo estaba preocupándose de más, y en serio quería creerles a todos pero era algo que no podía hacer. Ofelia se había convertido en parte esencial en su vida y no se imaginaba un solo día sin ella, es por eso que le costaba tanto asimilar que ella se quedaría con unos completos extraños durante una noche entera y que el no estaría para ella si algo llegaba a pasarle. ¿Y si le tenía miedo a las agujas? ¿Qué pasaría si no dejaba que nadie que no fuera ellos le diera de comer? Esas y muchísimas más preguntas eran los que lo tenían tan paranoico.
Samuel termino de guardar todo lo que ellos creían necesario para ella, sólo debían de esperar a Luzu y a su padre para irse a dejarla. Su madre se ofreció a acompañarlos pero Guillermo, aunque apreciaba el apoyo que su madre le daba, no quería tenerla ahí en esos instantes ya que sentía que mientras más gente le dijera que todo estaría bien más nervioso se pondría y no lograría asimilar nada.

-Supongo que regresarán pronto -comenzó a hablar su madre luego de un pequeño silencio incómodo- ¿tienen pensado hacer algo hoy?

-No en realidad -contesto Samuel viendo a Guillermo- creo que luego de dejarla vendremos directamente hasta aquí.

-Bien -contesto ella- yo saldré más tarde con unas amigas. Así que pueden hacer lo que quieran hasta la noche, podrían invitar a sus amigos.

-Lo tendremos en cuenta -dijo Guillemo sonriendole a su madre.

Ella sólo asintió y siguió esperando con ellos. Todos notaban el silencio incómodo que se había formado pero ninguno quería, o más bien no sabían, como romperlo; la única que poco le importaba aquello era Ofelia quien balbuceaba para si misma mientras jugaba con unos bloques que su abuela le había regalado.
Para alivio de todos el timbre de la casa sonó haciendo que Samuel fuera a abrir mientras Guillermo tomaba a Ofelia para irse, su madre se acercó a ellos y le dio un beso a Ofelia al igual que a su hijo, Luzu saludo a todos junto a su padre una vez entraron, saliendo casi al instante para irse todos juntos. Luzu intentó hacer que Guillermo no pensará en nada de eso durante el camino lograndolo casi todo el tiempo, pues cuando llegaron a servicios sociales la seguridad de Guillermo había vuelto a desaparecer.

-Tranquilo -le susurró Samuel una vez estuvieron en la sala de espera- todo va a salir bien.

Guillermo asintió intentando no pensar en eso, ya que la noche pasada el mismo se había torturado al estar hablando con Ofelia sobre lo que pasaría hoy, obviamente ella no entendía nada de lo que su padre le informaba pero aquella pequeña charla para prepararla le había servido un poco; de no ser así justo ahora estaría como loco, llorando incluso.
Cuando el momento llegó Guillermo no pudo evitar abrazar a Ofelia hasta que tuvo que dársela a una chica, ella parecía ser muy amable y Guillermo confiaba en ella aunque no la conociera pero era un proceso por el cual no quería pasar.

-Descuiden -hablo la chica dándoles una sonrisa- ella estará bien, se los prometo.

-¿A qué hora vendrán a dejarnosla? -pregunto Guillermo dándole a la chica a Ofelia quien miró extrañada a su padre.

Ofelia || WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora