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Guillermo despidió a sus amigos una vez terminaron de mostrarle su ahora decorado y amueblado apartamento. Aunque Joey había decidido hacer sólo lo básico pues no quería errar en los gustos de ambos y que su trabajo haya sido en vano. Ofelia estaba acostada en una cuna que estaba en la sala-comedor, era de color hueso con toques rosados, que combinaban perfectamente con los tonos neutros que habían escogido sus amigos; no tenía idea de donde estaba Samuel pero poco le importaba ya que Samuel puede estar disfrutando del apartamento también. Aunque, como si se llamarán con el pensamiento, Samuel apareció saliendo de la que sería su habitación.

-Es muy lindo ¿no crees? - Guillermo me dio un último vistazo a Ofelia antes de sentarse en el sofá con Samuel.

-Joey te conoce muy bien -Samuel intentó sonar lo más alegre posible, cosa que no logró.

- Si supongo -Guillermo miró extrañado a Samuel- fue lindo de su parte hacer esto por nosotros.

-Por ti -Samuel miró a Guillermo- lo está haciendo por ti.

-Bueno, ambos vivimos aquí ahora así que no sólo por mi.

-Claro que si, y tú le has dado razones-Samuel se levantó del sofá para ir a su habitación. Guillermo lo siguió.

-¿A qué te refieres?

-Chiqu...Guillermo -Samuel suspiro- no tenemos quince años, tu entiendes las indirectas.

-Si pero no se que tenga que ver Joey en todo esto.

-Si que lo sabes -hablo entre dientes, aunque Guillermo lo escuchó- ¿Cuándo pensabais contarme?

-Sigo sin entender a que te refieres - Guillermo se estaba hartando.

-No tienes que seguir fingiendo - Samuel saco de su ropero su pijama- creí que confiabas en mi.

-¡Claro que confió! - Guillermo se había indignado luego de escucharlo ¿En qué momento le dio alguna señal de que no?- eres al único en quien confió ciegamente.

-¿Ni siquiera Joey? -Samuel había calmado su tono.

-No se ni porque preguntas eso. Sabes la respuesta desde hace años.

Samuel le sonrió despejando su mente de todo pensamiento extraño. Claro que tenía la sospecha que para él había sido confirmada con este último detalle. Joey y Guillermo tenían algo, y eso lo ponía en ese estado de rechazo y molestia hacía todo en esos momentos. Quería creer que sus celos eran meramente de amigo sobreprotector, porque ¿qué más podría ser? El no sentía otra cosa más que un afectó hacía Guillermo, o al menos eso quería creer ahora.

-Voy a cambiarme. Ahora vuelvo - Guillermo asintió una vez Smauel salió de la que iba a ser su habitación yendo hacia el baño, Guillermo lo siguió pero el dirigiéndose donde Ofelia.

-Hola pequeña -Guillermo la cargo, Ofelia estaba dormida- se que esa cuna es muy cómoda pero tenemos que ir a la cama.

Guillermo camino hasta su habitación acostando a Ofelia en medio de la cama, mientras el también se cambiaba para dormir.
Reviso un poco la habitación, no tenía mucho pero el estaba feliz con ello. Al menos podría vivir bien y eso le daba un punto a favor el la adopción pues cuando vinieran a ver si el hogar era el indicado tendría todas las de ganar.

- He vuelto - Samuel entró a la habitación justo cuando Guillermo se ponía una playera- ¿Listo?

-Claro -Guillermo se aseguró de que tenía el biberón de Ofelia a la mano antes de acomodarse en su lugar. Samuel apago la luz y se dirigió al otro.

-¿Crees que despierte más tarde? - Samuel susurraba intentando no despertarla.

-Espero que no, por fin puedo dormir sin una preocupación - Samuel río leve- ¿tú crees que la podamos adoptar ya?

Ofelia || WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora