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-¡Guille y Ofelia!-el pequeño se levantó del suelo, olvidando la construcción que estaba haciendo con sus bloques, al ver a Guillermo entrar al local con la pequeña Ofelia- Hola, ¿Te acuerdas ya de mi? -Santiago observo a Ofelia, quien al verlo está vez no lloro, pero si se apego más a Guillermo

-Creo que debes darle tiempo a que te reconozca -hablo Dana al ver que Santiago no entendía.

-¿Lo hará?

-Yo creo que si -contesto Guillermo.

Como lo había prometido una semana atrás trajo a Ofelia para que Santiago pudiera pasar tiempo con ella, aunque la pequeña no terminaba de recordarlo así que no le agradaba tanto la idea de que él niño frente a ella quisiera tomar sus juguetes.

-Hola Guille ¿Hoy hubo alguna novedad? -Alex volteó el letrero de la puerta para dar por iniciada su tarde.

-No, Luzu ya no supo nada más. Pero confía en que sólo nos quedan por lo menos dos visitas antes de que se termine el proceso -contesto bajando a Ofelia en la parte trasera del mostrador para que jugará ahí con Santiago.

-Tu cumpleaños es en unos días, creí que sería antes -comento Dana recordando el día en el que Guillermo llegó feliz por esa noticia.

-Al parecer se equivocó - se encogió de hombros- pero esta bien, no es como si eso fuera una mala noticia.

-Tienes razón...ahora dejen de hablar y comiencen su trabajo.

-Cada vez tomas más en serio tu papel de gerente -Dana río, sin embargo comenzó con su tarea de ordenar la vitrina- te vuelves más gruñón.

-Mi trabajo es que todo salga bien.

-Y siempre sale bien aunque nosotros hablemos -contesto Guillermo encargándose de la caja.

Alex no contestó pero tampoco es que lo necesitarán, le gustaba hacerse el estricto pero todo lo hacía de broma y sus amigos sabían eso.
Sus primeras dos horas fueron bastante tranquilas, unos cuantos clientes y poco más, aunque para Santiago las cosas se habían vuelto más difíciles pues Ofelia lo ignoraba completamente y no parecía querer jugar con él.

-¿Te gustan los dinosaurios? -Santiago puso una de sus figuras frente a ella, pero Ofelia ignoro eso- ¿Los bloques? -puso algunos alado suyo pero ella no le hizo caso-¿Y colorear? -tomo su mochila y sacó un libro para colorear con varios colores pero nada parecía llamarle la atención- no quiere jugar conmigo.

-No te preocupes Santi, ya lo hará -su madre le sonrió.

-¿Por qué no quiere ahora?

-Es muy pequeña aún -esta vez le contestó Guillermo, quien se arrodilló para estar a su altura- pero pronto querrá y serán grandes amigos.

-Muy bien.

Santiago siguió jugando el sólo con sus juguetes pero en ocasiones intentaba llamar la atención de Ofelia, logrando apenas que volteara a verlo cuando lanzó uno de sus carritos hacía ella.

-¡Alguno está libre para ayudarme! -Alex los llamo desde la parte del inventario, estaba organizando algunas mercancías.

-Voy yo -contesto Guillermo- ¿Puedes verla mientras vuelvo?

Dana asintió y pasó detrás de la caja para cuidarla mejor, Santiago seguía jugando con sus carritos y está vez Ofelia le estaba interesando un poco su juego.

-Este es mi favorito -Santiago le pasó un carro de color amarillo, Ofelia al tomar el carro balbuceo- ¡Ella hablo!

-No cariño, sólo balbuceo, tu también lo hacías de pequeño antes de aprender a hablar - le explico su madre.

Ofelia || WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora