Capítulo 02: Encerrada.

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En la madrugada llegaban a la residencia Donquixote, Diamante cargaba a la niña, quien se revolvía, lloraba y gritaba, nadie le hacía caso, llevándola a una habitación amplia, de colores pasteles, juguetes y un armario con ropa para la niña, el castaño la dejo caer en la cama, saliendo de ahí y poniendo llave, (t/n) bajó de la cama trato de abrir, sin éxito alguno se metió debajo de la cama, comenzando a llorar, lo había perdido todo y ahora estaba sola.

Se estremeció al escuchar la puerta abrirse, así que guardo silencio, observó que era la mujer de cabello estrafalario.

-Vamos pequeña... sólo quiero que tomes una ducha y comas algo...- la (t/c) se encogió en la cama, sin embargo Doflamingo entró. –Joven Amo...-

-Largo...- la mujer salió sin decir nada más. –No estoy para juegos...- estaba enojado, así que con su habilidad saco a la niña de su escondite, suspendiéndola en el aire.

-No me haga daño... por favor...- sollozo. –Yo... yo no sé usar mis habilidades...- dijo y Doflamingo se sorprendió, volteo a la pequeña quitándole el suéter que traía, y rompiendo la blusa, eso la asustó.

Con frustración vio que la (t/c) tenía un tatuaje en la espalda baja, no sabia que significaba, pero si sabía que era un hechizo prohibido, sólo los sabios de Ohara sabían su significado, sin embargo aquel pueblo había sido destruido hace 5 años. Sin duda la niña decía la verdad, no sabía usar sus habilidades a causa de ese tatuaje, la colocó frente a él, observando sus ojos (c/o) llenos de lágrimas, examinaba la situación, si la mataba esa habilidad pasaría a alguien, volvería a buscar y sería tiempo perdido, así que debía buscar a alguien que le ayudara a tratar de descifrar aquel símbolo.

-Bien... te pondré las cosas claras... aquí no tienes escapatoria, harás todo lo que yo desee y serás leal a mi... entendiste...- tenía el ceño fruncido.

-S... si...- dijo la niña, no le quedaba de otra, él se acercó a ella y la tomó del cuello, fue para amenazarla, sin embargo al tocarla así, en su mente vio un visión, atónito apartó su mano.

-¿Qué fue eso?- la niña tenía los ojos cerrados, quien al no sentir el tacto del mayor, los abrió. –¿Viste eso?- ella confundida negó con la cabeza.

Doflamingo analizó lo ocurrido, lo que vio fue la ciudad de Dressrosa, sin duda el planeaba ir ahí después de capturar a (t/n), también vio éxito y riquezas en sus negocios, sin duda era el futuro, pero ¿cómo?

Como experimento se acercó con cautela a la niña, tomándola de nuevo del cuello, ella lo miraba confundida, Doflamingo no vio nada, desesperado apretó un poco su agarre.

-¡Vamos! ¡Muéstrame el futuro otra vez!- la niña asustada por el tono que usó, cerró los ojos, fue ahí donde Doflamingo vio otra visión, se observó a si mismo asesinando al gobernante de Dressrosa, apartó la mano después de eso. –Ya veo...- recordaba que cuando la jalo del cabello, tenía los ojos cerrados, pero no vio nada, así que la clave era el cuello y que tuviera los ojos cerrados, sin embargo no todo estaba ganado, posiblemente no vería lo que él deseara, pero tendría años de práctica.

Deposito a la niña en la cama, en cierto modo estaba satisfecho, podría ver el futuro, pero debía buscar el significado de aquel conjuro prohibido, Doflamingo salió del cuarto, después entró Giolla, para bañarla y darle algo de comer, (t/n) estaba triste, ahora su vida sería un asco, seria la prisionera y esclava del hombre que asesinó a sus padres y nunca volvería a ser libre.

Algunos meses después Doflamingo, con ayuda de Caesar Clown, un estudioso de hechizos oscuros, tenía un significado a medias del tatuaje de la niña, era un conjuro que la protegía de aquellas visiones, sin embargo permitía un escape, es decir el cuello, también tenía una advertencia, algo que no entendían del todo, tenía que ver su inocencia como mujer, así que lo interpretó que ella debía quedarse virgen para retener sus habilidades.

Al tener una idea general de la situación, Doflamingo trataría de manejar a la niña a su antojo, así que con toda la familia se trasladaron a Dressrosa, donde asesinó al gobernante y por medio de extorsiones y chantajes al gobierno mundial, fue nombrado como el nuevo regente del lugar, ahora vivía en una residencia mucho más grande y tenía más poder, así la primera parte de sus planes de dominio mundial comenzó.

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13 años después...

(T/n) se había convertido en una hermosa joven, estaba rodeada de lujos, sirvientes personales, ropa carísima así como accesorios, cualquier cosa que deseaba le era concedida, pero lo que más anhelaba era la libertad, eso nunca lo recibiría, desde que llegó a la familia Donquixote, nunca había salido de aquella residencia.

Cierta tarde ella leía en su habitación, era el único lugar en el que podía estar sola, porque en toda la casa debía ser vigilada, ya sea por la servidumbre o por los integrantes de la familia. Doflamingo entró, ella se levantó, ya sabia a que iba el hombre.

-Jo... joven amo... buenos días...- tenía la mirada baja e hizo una leve reverencia.

-Buenos días...- dijo con una sonrisa ladina, levantando la mirada de la joven, para ver esos ojos (c/o). –Creo que sabes lo que quiero fufufu...-

-Como ordene...- cerro sus ojos, mientras él la tomaba del cuello, sin embargo la sorpresa la invadió al sentir la otra mano del mayor rodeando su cintura, abriendo los ojos de golpe. –¿Joven amo?- él carcajeo levemente, y acercó sus labios al oído de la más joven, erizándole la piel.

-Si no fuera por ese hechizo... te habría hecho mía hace algunos años...- ella cerró los ojos con terror, eso era lo que él buscaba, con los años había aprendido que para ver lo que él deseaba debía hacer que ella tuviera un terror indescriptible.

Las visiones de (t/n) variaban de su estado de ánimo, quien la tocara sólo veía escenas relacionadas con ellos mismos, pero si querían ver más allá, ella debía tener mucho miedo, eso no era difícil para Doflamingo.

Al terminar de ver lo que deseaba la soltó y ella retrocedió con miedo, evitando ver al mayor, quien sonreía satisfecho, el futuro le había mostrado buenas noticias.

-Gracias pequeña... puedes pedirte más libros si los deseas...-

-Es muy amable de su parte, joven amo...- hizo una reverencia.

-¡Y que no se te olvide! Me debes tanto... por eso debes quitarte esa idea de irte de aquí...- ella se puso triste, pero trato de mantenerse tranquila.

-Así... será...- Doflamingo carcajeo y salió de la habitación, al escuchar que cerraban la puerta se fue a su cama, tomando el libro que tenía, derramando unas cuantas lagrimas, las que limpió de inmediato.

Su cuarto estaba lleno de libros, eran de literatura, aventura, fantasía, ciencia ficción, etc, había muchas historias que le gustaban, se imaginaba en aquellos lugares, lejos de su jaula de oro, pero sabía que era imposible que ella tuviera alguna de aquellas aventuras, por eso sólo podía imaginarlas. 

Era presa de la soledad y el miedo, en aquel lugar nadie la quería, sólo Doflamingo la utilizaba, los demás la trataban con indiferencia, sobre todo la mano derecha de Jocker, Trafalgar Law, aquel muchacho de ojos grises y poderosas habilidades, era frío y sanguinario, siempre la trataba con sumo desprecio, al mismo tiempo a ella le daba miedo, (t/n) no entendía el porqué del odio hacia ella, de lo que si estaba segura es que en ese lugar nunca sería feliz.

Hechizo de Amor. (One Piece. Law y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora