Epílogo.

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Law abrió los ojos lentamente, se sentía extraño, pero más tranquilo, de repente recordó todo, levantándose de golpe, estaba en una habitación de hospital, estaba a punto de levantarse, pero la puerta se abrió, entrando Robin.

-Nico-ya...- la mujer se sorprendió levemente, pero después sonrío.

-Torao... al fin despertaste...- el mencionado estaba confundido.

-¿Dónde estoy?- preguntó tocando su cabeza.

-En Sabaody...- era la ciudad más cercana a Mariejois.

-¿Cuánto tiempo he estado aquí?- cuestionó al levantar la vista.

-Sólo tres semanas...has sorprendido a los médicos, ellos diagnosticaron que estarías al menos 3 meses inconsciente por tus heridas.

-¿Dónde está (t/n)?- cuestionó atónito.

-Fue a comer con Nami...- Law bajo la mirada. –Desde que llegó casi no se separa de ti...- con un gesto, le señaló aún lado, el ojigris observó la caja que le dejó a la joven, notando que en efecto aún no tenía su corazón.

-¿Ella ya puede hablar?- preguntó.

-No...- negó con tristeza. –Pero eso no es lo importante...- en ese momento escucharon la voz de la pelinaranja.

(T/n) entró primero y observó a Law despierto, quedando pasmada por un momento, Nami y Robin sonrieron levemente, antes de que él dijera algo, ella se abalanzó a sus brazos, derramando lágrimas.

-Perdóname... no quería preocuparte...- correspondió cariñosamente al contacto.

Nami y Robin salieron sin llamar la atención, mientras los jóvenes se abrazaban.

-No tienes que temer, ya nada nos separara...- ella levantó la vista, sus ojos (c/o) estaban adornados con esas lágrimas. –Podemos estar juntos a partir de ahora, mi querida (t/n)...- unieron sus labios en un tierno beso, se separaron y la joven recordó el corazón de Law, tomó la caja y se la mostró. –Mi corazón está en tus manos...- dijo con una sonrisa traviesa, la joven se sonrojó.

Sacó de la caja el corazón, entregándoselo a Law, quien tomó las manos de la joven y las guió al hueco del corazón, regresando el órgano a su lugar, sonriendo con ilusión y amor.

Un par de horas después Sabo entraba a la habitación con Robin, quienes observaron que ambos jóvenes estaban dormidos, abrazados uno con el otro, así que salieron, mañana hablarían, aún había algunos cabos, pero este era el momento de la pareja.

A la mañana siguiente Law despertaba, encontrando lo que ahora considera la imagen más bella de todas, (t/n) durmiendo sobre su pecho, con rostro sereno y tranquilo, tocaron a la puerta él en voz baja dijo que pasaran.

-Trafalgar...- era Sabo. –Me alegra que hayas despertado, por un momento temimos lo peor...- confesó con seriedad.

-Lo sé... de hecho, fui al otro mundo...- confesó, sorprendiendo al revolucionario. –Pero alguien me dijo que no era mi momento, debía volver... tenía razón, no puedo morir ahora...- acaricio los cabellos de la joven.

-Si, (t/n) se puso muy mal cuando se enteró, aunque Robin-san le había dicho que tenía que tranquilizarse...- lo ultimo lo dijo con cierta incomodidad. –Ya que está esperando un hijo...-

-Te enteraste...- suspiro. –En efecto, tendremos un hijo...- dijo con una leve sonrisa. –Por eso no podía morir...-

-No quiero ser entrometido, pero ese hijo...- Law se molestó.

-¡Es mío!- exclamó, tratando de no gritar. –El hijo que crece en el vientre de (t/n) es mío, tenga ojos grises, ojos castaños, cabello oscuro o cabello rubio... ¡es mío!-

Hechizo de Amor. (One Piece. Law y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora