A la mañana siguiente (t/n) se levantaba, no había dormido nada y tenía los ojos rojos con ojeras, decidió tomar un baño, al quitarse las vendas vio las heridas que Doflamingo le hizo, estaban las recientes y viejas también, su torso principalmente, es el que tenía más de esas marcas, señales de sus fracasos por querer huir de esa prisión.
Se metió a la bañera, el agua hacia que le dolieran las heridas, pero no le importo, así estuvo un rato, al salir se quedo en pijama, pues no saldría realmente, comenzando a leer un nuevo libro, así hasta que llegó el medio día, Doflamingo entraba a su habitación.
-Joven amo...- se levantó, bajando la mirada, el mayor sonrío con burla, acercándose y tomándola del mentón.
-Estás acabando con mi paciencia...- ella se veía a través del reflejo de los lentes. –Tienes comida, ropa, joyas, tus preciados libros, todo de primera calidad... por qué no te conformas con eso...- cuestionó con cierto enojo.
-Ya le dije que es lo que más deseo...- desvió su mirada, Doflamingo se molestó.
-No estarías en esta situación, si tú padre hubiera aceptado ser mi subordinado...- dijo, sorprendiendo a la joven. –El único culpable de tu miserable vida es tu padre...-
-¡Usted mató a mi padre!- exclamó con enojo la joven. –¡Mi padre era una buena persona, por eso no acepto trabajar para usted!- a diferencia de otras veces la joven no lloraba, al contrario, miraba con furia a Doflamingo, eso lo sorprendió.
-Tu padre debió ser más inteligente, si hubiera trabajado para mí, tendrías una vida más sencilla y sin habilidades, serías normal...- dijo con cierta burla. –Pero por querer hacerse el héroe, tú estás como una prisionera, lo lamento por ti, pero mientras te necesite no saldrás de aquí, y si lo intentas sólo sufrirás...-
(T/n) no podía decir nada más, Doflamingo tenía razón, estaría ahí posiblemente el resto de su vida, el mayor la tomó del brazo y la arrojó a la cama, ella se sorprendió, asustándose.
-El día que tus visiones me sean innecesarias, me divertiré mucho contigo...- la joven palideció. –Ese día casi llega, me alegra que te hayas hecho una hermosa joven...- se colocó sobre ella, acercando sus labios al cuello de la (t/c), quien cerró los ojos, con una de sus manos acaricio uno de los senos, haciéndola gemir levemente. –Tranquila...- le susurró en el oído. –No soy tan idiota como para caer ante la tentación fufufu...- la mano que estaba en el pecho la subió al cuello, aprovechando que tenía los ojos cerrados.
Doflamingo observó la visión, su sonrisa se amplió y dejo a la joven, levantándose de la cama, comenzó a carcajea, (t/n) abrió los ojos y esa risa le dio miedo.
-Ese día casi llega... me alegra tanto... pronto seré el hombre más poderoso de este mundo, y la muerte no será preocupación para mí...- la joven se sorprendió. –Continúa con tu encierro pequeña...- se dirigió a la puerta. –Saldré unos días, pero no te hagas ilusiones... Law se quedará a tu cuidado...- salió del cuarto.
La joven estaba pasmada, a que se refería Doflamingo con eso, a veces odiaba no ver sus propias visiones, de su closet en el fondo, sacó un libro que había conseguido de la biblioteca de Doflamingo, estaban escritas leyendas y curiosidades sobre los usuarios, ahí estaba la leyenda que su madre le había contado, pero sobre todo había algo que llamó su atención.
Abrió el libro y buscó la página correcta...
"Se habla de una habilidad que es capaz de otorgar vida y juventud eterna a quien obtenga el corazón de ese usuario.
La leyenda dice que esta rara habilidad data del rey dragón, quien otorgó a una humana de noble corazón la habilidad para ayudar a otros, muchos han buscado ese raro poder, matando a sus dueños anteriores, pero lo que pocos saben es que para lograr el éxito del conjuro de la vida eterna, es necesario que el usuario entregue a voluntad su vida..."
(T/n) cerró el libro, posiblemente Doflamingo buscaba al usuario de dicha habilidad, al parecer su visión le habrá dicho dónde encontrarlo o cómo lograr que le entregue su corazón, sin duda era algo cruel, por desgracia no podía hacer nada para evitarlo.
Mientras tanto Doflamingo viajaba en su limusina, acompañado de Vergo.
-Ya falta poco...- tenía una sonrisa triunfante en el rostro. –Al fin años de espera y la vida eterna será mía...-
-¿Acaso Law le entregara su vida?- cuestionó intrigado el acompañante.
-Aún no, pero gracias a (t/n), se que el día está pronto a llegar, la espera valió la pena, pero he hecho de Law un hombre leal a mi, estoy seguro que no se negara a entregarme su vida, es algo que Rocinante hubiera hecho... fufufu...-
En la residencia, pasaron las horas y (t/n) estaba en una pequeña ventana, arriba de un banquillo, pues ahí había un nido de pajarillos, los cuales cuidaba desde que dejó que una ave pusiera su nido ahí, las aves estaban a punto de dejar su hogar.
-Les tengo tanta envidia...- dijo con tristeza, mientras las aves trinaban y ella les daba semillas. –Ustedes dejaran este lugar e irán a lugares hermosos...- acaricio a uno de los pichones. –Volaran con sus hermosas alas... ojalá pudiera hacer eso...-
Law entró en silencio a la habitación, pues escuchaba a la joven hablar y quería saber con quién, sin embargo se quedo callado al verla charlando con las aves del nido.
Observó como acariciaba a los animales, quienes parecían felices de ser tocados por la joven, también no pudo evitar mirarla de pies a cabeza, sólo tenía su bata satin color (c/f), que le llegaba por debajo de los glúteos, pero como estaba arriba del banquillo se podía ver un poco más de su anatomía, era de tirantes y los senos se veían finamente cubiertos, también resaltaban aquellas cicatrices hechas por la habilidad de Doflamingo.
-Ojalá que vean lugares hermoso...- dijo con una bella sonrisa.
-Visionaria-ya...- la joven se sobresaltó un poco y volteo a ver al ojigris.
-Law-san...- estaba algo confundida, que hacía ahí.
-¿Qué haces?- le cuestionó, mientras ella dejaba a las aves.
-Yo... sólo cuido a estas aves...- dijo tímidamente, evitando verlo.
-Bájate de ahí... no quiero verte cerca de las ventanas...- regañó, sorprendiendo a la joven.
-¿Piensas que me escaparé por esta ventana?- dijo con sarcasmo, pues la ventana era de 30x15 centímetros.
-Sólo haz caso...- dijo con fastidio. –Ella bajo del banquillo, pero antes de poner ambos pies en el suelo, el mueble se movió y ella estuvo a punto de caer, pero por reflejo se agarro de Law, quien también por reflejo la sostuvo de la cintura, ella levantó la vista, dispuesta a disculparse, pero se quedó pasmada al ver los ojos grises del mayor.
Law también observó detenidamente aquellas orbes (c/o), con el paso de los años, la joven no había perdido inocencia alguna en su mirada, ella tenía sus manos en su pecho. Él no lo pudo evitar y comenzó a bajar su rostro en dirección al rostro de la (t/c), quien no podía reaccionar.
A escasos centímetros de rozar sus labios, el ojigris reaccionó y apartó a la visionaria, quien avergonzada se alejó de él.
-Lo... lo siento...- él se dirigía a la puerta.
-Que sea la última vez que te veo cerca de las ventanas, sino yo mismo destruiré ese nido...- la joven abrió los ojos atónita y preocupada. –¿Quedo claro?-
-S... si...- bajo la mirada, el joven salió. –Tal vez para la próxima... me ponga una cadena en el cuello...- dijo de manera sarcástica, mientras regresaba a su cama, tomando el libro que tenía esas leyendas.
Law fue a su habitación, estaba molesto, casi la besaba, si seguía así un día caería rendido ante la belleza y bondad de (t/n), tenia que poner punto final a aquello, pero no sabía cómo.
Fuera de Dressrosa, en Arabasta, un grupo de se preparaba para asaltar la residencia de Doflamingo, de ser posible secuestrar o asesinar a la joven visionaria, sólo así podrían quitarle el poder que el actual regente de Dressrosa tenía, no sería fácil pero un hombre de fuerza e inteligencia sería el líder de aquella infiltración.
ESTÁS LEYENDO
Hechizo de Amor. (One Piece. Law y tú)
FanfictionEn una sociedad donde rige la magia, viven más personas de oscuro corazón, aquellos con grandes habilidades y noble corazón sufren. ¿Podrá el amor sobreponerse sobre la adversidad?