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2. Otabek Altin, el guerrero caído pt. 1

Yuuri observaba el caos desde un rincón de la sala.

Las situaciones como esta –donde todos perdían la cabeza y nadie era capaz de decir una palabra coherente- siempre le ponían nervioso. Era una de sus mayores desventajas como abogado.

Victor paseaba de un lado a otro con ambas manos adheridas a los plateados mechones de sus cabellos, tres agentes de policía intentaban razonar con él mientras un cuarto y quinto trazaban un plan de seguridad con Christophe Giacometti, uno de los amigos de universidad de Victor.

-¿Cómo ha sucedido esto?-. Gritaba Victor a voz en cuello, la ira de este era palpable en la sala.- Es una cárcel de máxima seguridad y un asesino es capaz de salir de ahí como si nada-.

-Entendemos su frustración, señor Nikiforov, pero nosotros no...-.

-¿Entienden mi frustración?-. Interrumpió Victor al agente.- Otabek Altin es un tipo violento y peligroso que juró venganza en mi contra, ¡podría venir a mi casa y hacerle daño a mi esposo!, ustedes no entienden un carajo de cómo me siento-.

-V.Victor-. Dijo Yuuri con la voz quebrada, el mencionado volteó hasta su esposo y cruzó la estancia a grandes zancadas para envolverlo entre sus brazos.

-Lo siento tanto Yuuri-. Victor mantenía sus suaves labios adheridos a la sien del menor.- Realmente estoy siendo un insensible, no estoy tomando en cuenta cómo te sientes tú... es normal que estés asustado-.

-No estoy asustado Vitya-. Contestó el japonés escondiendo su rostro en el cuello de su marido.- Lo van a encontrar dentro de poco, la policía ha puesto anuncios por todos lados y hay una recompensa por él-.

-Lo sé, pero no vamos a bajar la guardia por eso-. Victor había deslizado la mano bajo la camisa del menor y trazaba suaves círculos en su cintura.- Altin es un tipo astuto y además está demente, no voy a arriesgarnos Yuuri, si pudo escapar de una cárcel de máxima seguridad puede hacer cualquier cosa-.

Yuuri asintió con suavidad y fijó la vista sobre la mesita de centro de la sala de estar, sobre ella descansaba un fino marco de plata que mantenía resguardada su primera fotografía como esposos, ambos miraban sonrientes a la cámara, Victor con un tradicional smoking negro mientras que Yuuri lucía uno blanco con suaves toques de rosa en algunos lados, los ojos marrones del menor brillaban con lágrimas de felicidad contenidas. Yuuri deseó con todas sus fuerzas que Victor jamás hubiese tomado el caso de Otabek Altin.

-Victor-. Chris se acercó cautelosamente hasta la pareja.- El alcaide encargado de la sección de Altin quiere hablar contigo en persona-.

-¿Ahora?-. Victor preguntó aun sosteniendo a Yuuri entre sus brazos.

-Si, al parecer tienen información importante y quiere compartirla contigo lo antes posible-.

-Okay, pero no voy a dejar a Yuuri solo en casa-. Victor se puso de pie y alisó algunas arrugas invisibles de su pantalón.

-No te preocupes-. Contestó Chris, apuntó a los dos hombres con los que había estado hablando hace un momento.- Los agentes Gólubev y Morózov van a quedarse aquí para cuidar de Yuuri, el resto nos va a escoltar-.

-Bien-. Victor lucía desconfiado.- Ya que no pudieron mantener a Altin dentro de la prisión confío al menos en que puedan mantenerlo fuera de mi casa ¿verdad?-.

-Sí señor-. Contestó uno de los hombres luciendo avergonzado.

Victor se volteó a mirar a Yuuri con la preocupación destacando en su rostro.- Cariño, cualquier cosa que ocurra me llamas y vendré lo más rápido que me sea posible ¿de acuerdo?-.