8. Las colinas tienen ojos pt. 1

938 185 63
                                    


Yuuri no le había mirado a los ojos en toda la tarde.

Otabek había estado sentado junto a la ventana, su vista fija en la calle desolada esperando ver la figura de Yuuri avanzando hasta el edificio para ir a su encuentro, había sentido su corazón latiendo más rápido de la normal cuando divisó al japonés en medio del gris del día.

Se sentó derecho en el sofá y fingió leer una de las novelas de detectives de la colección del mayor, trató de mantener su mirada serena fija en las oscurecidas páginas del tomo de "El misterioso caso de Styles" por poco fallando estrepitosamente cuando sintió la llave de Yuuri abriendo el cerrojo.

Con el mismo tono de siempre había saludado a Yuuri, quien mantuvo la mitad de su rostro oculto en la bufanda anudada alrededor de su cuello mientras murmuraba un seco "hola".

Otabek sintió que parte de su mundo se iba abajo.

No era la gran cosa, de eso estaba seguro, pero siempre que Yuuri volvía a verlo este le saludaba con una tímida sonrisa y un "buenos días, Otabek". Por alguna razón que no lograba comprender del todo, la frialdad que Yuuri le había mostrado se había clavado como una espina en su corazón.

El kazajo no demostró al japonés lo que sentía, simplemente volvió a su lugar junto a la ventana y esta vez se concentró leyendo el libro mientras que Yuuri se quitaba la chaqueta y tomaba posición detrás del escritorio para analizar algunos papeles.

Desde que había llegado ya eran dos horas y aún no intercambiaban palabra.

Otabek se tomó un respiro de la lectura, una insistente clavada en su sien derecha no le permitía procesar más de tres palabras juntas, dejó descansar el libro sobre sus piernas y se dedicó a admirar al mayor.

El ceño de Yuuri estaba levemente fruncido mientras destacaba oraciones en una hoja con un marcador rojo, sus pupilas se movían con velocidad mientras releía una y otra vez el documento, dejó el marcador sobre la superficie del escritorio y apoyó las puntas de los dedos de su mano derecha sobre su sien, suspiró con pesar y se quitó las gafas.

Cerró los ojos con suavidad y se recostó en el respaldo de la silla, a Otabek le pareció que Yuuri se veía infinitamente más joven y cansado de lo que alguien pudiese imaginar.

El menor se levantó con cuidado y medio cojeó hasta llegar junto a Yuuri quien abrió los ojos de golpe cuando Otabek apartó un mechón de oscuro cabello del rostro del mayor.

Yuuri intentó ponerse de pie para escapar a la cocina pero la mano de Otabek tomándolo firmemente de la cintura lo detuvo, mientras el kazajo se acercaba a él, Yuuri retrocedió un par de pasos hasta que su espalda chocó contra uno de los archiveros quedando finalmente atrapado entre el mueble y el pecho de Otabek.

-Por alguna razón no me gusta que me ignores-. Susurró Otabek, Yuuri se estremeció cuando el aliento cálido del menor chocó contra su cuello.

-No te estoy ignorando-. El japonés apoyó las palmas de ambas manos en el pecho del menor intentando que este retrocediera cosa que no logró.- Escucha, encontré un par de cosas interesantes que pueden servir para tu defensa, resulta que Vladimir Záitsev tenía varios conocidos que por una u otra razón están relacionados con la producción de armas y que fueron sospechosos de la exportación ilegal de estas, además...-.

-Eso no me importa ahora-. Interrumpió Otabek.- Y tus manos siguen en mi pecho-.

Yuuri se sonrojó furiosamente mientras retiraba las manos de Otabek como si el contacto le quemase logrando que el kazajo le dedicara algo parecido a una sonrisa.

-Quiero saber por qué me estás ignorando-.

-No te estoy ignorando-. Repitió Yuuri con voz más aguda de lo normal.- Por favor déjame volver a trabajar, me estás poniendo nervioso-.

-¿Por qué?-.

-Estás muy cerca-. Dijo Yuuri.- Nunca he estado tan cerca de un hombre que no sea Victor-. Admitió el mayor, segundos después se maldijo mentalmente.

-Quizá deberías acostumbrarte ahora que me conoces-. Otabek susurró acercándose más a Yuuri, casi adhiriendo sus labios al cuello del japonés.

-No pareces la clase de hombre que acosa sexualmente a personas casadas-. Yuuri dijo mientras que en un impulso de valentía y quizás estupidez apoyaba sus manos en las caderas de Otabek.

-¿Te parece que esto es algo sexual?-. Preguntó el kazajo, apoyó sus manos en las caderas de Yuuri subiéndolas en una semi caricia hasta su cintura y sonrió internamente cuando notó como el cuerpo del mayor se estremecía ante su tacto.- ¿Yuuri?-.

-Me parece que es inapropiado-.

-No lo es si tu marido es un albino tarado-.

Otabek plasmó un suave beso en el cuello de Yuuri quien jadeó con fuerza, ambos sintieron como la temperatura de sus cuerpos iba en aumento mientras los besos que Otabek regaba en la piel pálida del mayor se hacían más constantes.

Yuuri se sentía como una basura, pero una basura muy caliente por lo que se dejó llevar por el momento y enredó los dedos de su mano derecha en el cabello del menor, jalándolo con suavidad logrando que Otabek uniera aún más sus cuerpos si eso era posible.

Después de un par de minutos ambos sentían que respiraban fuego, Otabek se separó al fin del cuello del mayor solo para unir sus labios a los del japonés en un beso lleno de pasión y deseo, las manos de kazajo viajaron como por arte de magia hasta el trasero de Yuuri para sujetarlo con más fuerza.

Yuuri Nikiforov Katsuki era un hombre infiel, pero eso le importaba un carajo mientras las manos de Otabek masajeaban su cuerpo con habilidad y lujuria.

Siguiendo su instinto, Yuuri pegó sus caderas a las de Otabek quien gimió profundamente en la boca del mayor cuando sintió ambos miembros erectos rozándose a través de la tela de sus pantalones.

Yuuri estaba seguro de que hubiese follado con Otabek si en ese preciso momento no hubiesen llamado a la puerta del departamento.

Ambos se separaron al instante, como si se hubiesen electrocutado, rompiendo el hechizo de su beso y viendo deshacerse entre ellos la neblina de la lujuria.

Un silencio sepulcral se hizo entre ambos, esperando quizás que la persona que tan repentinamente había llegado ya se hubiese marchado.

-¿Yuuri amor?, soy Victor-. Hubo una pausa.- Abre, sé que estás ahí... la vecina te vio entrar-.

El estómago de ambos hombres dentro del departamento cayó hasta el suelo.

***********************

Hola a todas/os! se que el cap está muy corto y algo aburrido pero estoy con un resfrío del demonio que no me deja escribir en paz pero no me quería quedar sin actualizar, me inspiré en parte de The Hills de The Weeknd bc amo esa canción <3

En otras noticias el proximo lunes entro a clases y no se que tan seguido voy a poder actualizar porque en diciembre tengo que dar la prueba de selección universitaria (mejor conocida como PSU) y no sé un carajo así que tengo que estudiar :'( aun así me voy a esforzar porque amo escribir esta novela y amo a todos quienes la leen.

Por cierto... GRACIAS POR LAS 100 ESTRELLITAS ♥ (111 creo) les amo con toda la patata.

Besos y gracias por leer, votar y comentar. Gudbai.

pd: estoy en depresión porque se terminó "amor de mi vida", si alguien de aquí igual la lee présteme su hombro para llorar, comencé a shippear Otayuuri intensamente gracias a esa autora :'(

• Masks • Otayuuri AU• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora