Yuuri miró a Altin en busca de un arma visible o cualquier cosa con la que pudiese hacerle daño, al no encontrar nada, comenzó a acercarse a él con pasos cautelosos.
Al llegar a su lado se agachó junto al chico, levantó su mano derecha lentamente y la puso sobre las manos de Otabek que sostenían su pierna, estaba casi congelado.
-Estoy herido-. Dijo este con voz algo brusca.
-Eso pensé-. Contestó Yuuri.- ¿Qué tan grave...?-.
-Herida de bala... no estoy muy seguro-. Otabek hizo una pausa.- Eres el esposo de Victor Nikiforov-.
-Lo soy-. Contestó Yuuri.- ¿Cómo lo sabes?-.
-Tu rostro y el de ese tipo siempre aparecen en los noticieros, además creo que ya te había visto antes... ¿sabes quién soy?-. Preguntó Otabek.
-Eres Otabek Altin-. Dijo Yuuri en voz muy baja para luego agregar.- Un hombre inocente-.
Altin posó su mirada en la de Yuuri, el aire frio había enrojecido las mejillas del mayor dándole un suave tono rosa contrastante con su piel porcelanezca, sus ojos marrones tras las gafas azules brillaban con curiosidad y nerviosismo entremezclados, el oscuro cabello un poco largo caía con suavidad enmarcando su rostro.
Otabek decidió que momentáneamente podía confiar en él, pasaron casi tres minutos antes de que el kazajo rompiera el silencio, sus miradas aún unidas.
-¿Me vas a ayudar o no?-.
-Oh si, lo siento-. Yuuri quitó su mano de las de Otabek y se sintió levemente mareado al ver que la tenía empapada de la sangre del menor.- ¿Crees que puedas pararte?-.
-Si... creo-. Respondió Otabek.
Yuuri levantó al chico como pudo y se pasó su brazo derecho por sobre los hombros para sujetarlo desde la cintura, el menor hizo una leve mueca de dolor pero logró mantenerse apoyado en el japonés.
-Bien... ¿Qué hacemos ahora?-. Preguntó Otabek.- ¿Me vas a entregar a la policía?-.
-No, a menos que hagas algo que merezca un castigo, hasta que eso ocurra puedes estar tranquilo, lo primero es ir a un lugar seguro-. Yuuri pensó rápidamente y una emoción nueva nació en él cuando encontró una respuesta.
Sostuvo a Otabek con fuerza y comenzó a caminar a paso acelerado, el menor sostenía con la mano libre la herida de su pierna izquierda mientras que con la derecha daba saltos intentando mantener el ritmo de Yuuri.
Habían estado caminando casi quince minutos cuando llegaron a un pequeño y destartalado edificio de departamentos de 4 pisos, Yuuri entró a toda velocidad marcando un código en la puerta de acceso para luego cerrarla tras ambos, con algo de dificultad, Otabek casi siendo cargado por Yuuri logró subir hasta el segundo piso.
Yuuri dejó con cuidado que Otabek se apoyara en la pared medio despintada junto a un extintor mientras él buscaba una llave de repuesto en la tierra de un macetero con una planta de plástico bastante fea, finalmente el nipón encontró una pequeña llave de color cobre y la introdujo en la ranura de la puerta que estaba junto a la escalera, esta tenía un 16 de cobre que colgaba en diagonal.
Otabek alzó una ceja cuando la puerta se abrió con un fuerte chirrido.
-Lo siento-. Se excusó Yuuri cuando volvió a jalar al chico desde la cintura para adentrarlo en el lugar.- Es un poco pequeño pero es seguro-.
Dentro era bastante diferente de cómo se veía por fuera.
El departamento era pequeño pero acogedor, constaba de cuatro estancias, la principal que era donde se encontraban era una mezcla de sala de estar con estudio y un pequeño comedor, a la izquierda una gran ventana por la que se filtraba la luz de las farolas de la calle y a la derecha un estrecho pasillo, estaba decorada en tonos tierra y en una esquina tres ficheros de latón pulido llegaban hasta el techo, el cuadro lo completaban algunos asientos mullidos y estanterías repletas de gruesos tomos sobre leyes.
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• Masks • Otayuuri AU•
FanfictionVictor Nikiforov y Yuuri Katsuki son un famoso matrimonio de abogados, ambos llevan una vida feliz y plena, pero las cosas se complican al enterarse de que uno de los hombres a los que Victor había conducido a la cárcel se ha fugado. Otabek Altin es...