Capítulo 26 - Y tu perro guardian?
Natalie:
Me prometió que terminaría con ella, que la próxima vez que nos viéramos sería para no separarnos más. Me sentía ansiosa, nerviosa incluso al pensar que lo pudiera lastimar.
Temía no poder contenerme y lastimarlo. Nunca he sido mujer de un solo hombre, pero con él lo había logrado hasta cierto grado. Lo malo es que ahora existe William, al cual amó con la misma intensidad y temo que al tenerlo frente a mi me olvide del mundo.
Trataría de ser feliz con él, al fin y al cabo Will se fue sin decir media palabra. Me abandonó como si de un animal se tratara.
¡Soy una estúpida! ¿Cómo le pude creer?.
Ya pasó un mes desde ese día y no ha aparecido por aquí.
Nadie sabe nada de él, desapareció, se esfumó sin dejar rastro. Fui a su departamento y ahí encontré su celular en la mesa. Al principio me asuste, pensé lo peor, pero un vecino me dijo que lo vio salir tras su novia.
Lo más seguro es que se fue con ella y dejó su celular para que no lo encontrara. No tuvo las pelotas, para hablarme con la verdad. Me duele demasiado, nunca lo creí tan cobarde como para no dar la cara.
Me sentía tan sola, ya no estaba Susan, ni Leo y mucho menos William, incluso John dejó de buscarme. Estaba maldita, destinada a la soledad.
Una tarde mientras salía de una cita médica me tope con John. Llevaba su brazo vendado y se veía muy pálido. Al parecer se sorprendió al verme, pero me sorprendí más yo.
— ¡John! ¿Qué te pasó? — pregunté consternada.
— Un conflicto de intereses — sonrió y volteó a todos lados, buscando algo o a alguien — ¿Y tu perro guardián? ¿Ahora no lo traes? — preguntó.
— No, ahora no ¿Pero qué te pasó? — volví a preguntar. Sabía que se refería a Leo y no estaba de ánimos, para hablar de él.
— ¿Que, no te lo dijo? — respondió incrédulo
— ¿Qué? ¿Quién? — no sabía a qué se refería.
— Tu Leo, fue precisamente él quien me disparó y como todo cobarde que es, se largó creyéndome muerto — dijo furioso.
—¡Mientes! Él no es ningún cobarde — de pronto me llene de terror, si Leo hirió a John ¿Entonces él tenía que ver con su desaparición? — ¿Qué le hiciste, John? ¿En dónde está Leo? Por tu madre, más te vale que no le hayas hecho daño, porque juro...
— ¡Calmante! — me interrumpió al ver que me empezaba a poner histérica — no le hice nada. El día que me disparó, iba corriendo tras su novia. Al parecer habían tenido algún problema y yo le estaba obstruyendo el paso, para llegar a ella. Fue precisamente por eso que me disparó, porque quería alcanzarla.
¿Entonces si estaba con Rose? Pero ¿Y si John mentía? ¿Si le hizo algo y lo estaba ocultando? En ese preciso momento lo llamaron y él se puso de pie.
— Ya me toca ¿Que te parece si hablamos más tarde? Yo te llamo — se levantó de su silla y me dejó ahí sentada.
Quería ponerme a llorar en ese momento, necesitaba saber en donde se encontraba Leo. No me importaba que estuviera con ella, siempre y cuando estuviera bien.
No me pude ir, lo esperé en el estacionamiento cerca a su coche. Lo vi acercarse y precisamente en el momento que pensaba salir a hablar con él, su celular sonó
— Bueno — después de unos segundos en silencio continuó — me encontré con Natalie Grimaldi y ellos tampoco saben en donde se encuentra. Necesito encontrarlo antes de la siguiente semana, ese perro va a pagar lo que me hizo, además, no podemos permitir que nos eche a perder el operativo. Si damos este golpe, los Grimaldi perderán una gran fortuna y Marcelo irá a prisión por el resto de su vida.
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Enseñame a olvidar: Lágrimas De Sangré
RomanceSer hija de uno de los capos más poderosos del narcotráfico, llevó a Natalie a ser el blanco de muchos enemigos, ya que era la única debilidad con la que contaba el gran Marcelo Grimaldi. Lloro muchas lágrimas de sangre, convirtiéndose en una mujer...