Capítulo 14 - ¿Estoy en tu mira?
Natalie:
- Ponga las manos sobre su cabeza - ordenó el oficial.
Aquí estaba, encañonada por los oficiales como una delincuente. Lo único bueno de todo esto, es que si alguien más venía por mi se detendrían al verlos. No que la policía los detuviera, porque si de verdad buscaban matarme, nada lo haría.
Yo obedecí, como toda buena ciudadana.
- Tengo licencia para portar armas. Mi padre es un hombre muy poderoso y necesito protección de maleantes.
En ése preciso momento se detuvo otro carro y por lo que pude ver eran agentes secretos. Vestían ropa formal y el auto era civil, pero la placa que brillaba en su cinturón los ponía al descubierto.
Se bajaron dos hombres y uno de ellos le ordenó a los otros oficiales que bajaran el arma. Ellos obedecieron inmediatamente, pero le dejaron saber sobre mi arma.
- Puede bajar las manos señorita - un hombre muy atractivo dijo asomando su cabeza por mi ventana.
Mierda, si ese tipo era el que me arrestaría, con gusto cometería una felonía. Estaba buenísimo, rubio, ojos verdes y un cuerpazo. Tal como me lo recetó el doctor.
Yo obedecí de inmediato, pero no sin antes poner mi cara de víctima. Pobrecita yo, que sufrida, rodeada de tanto galán.
- Hola, soy el oficial Smith, me podría decir ¿Qué fue exactamente lo que sucedió aquí? - preguntó, volteando a ver la carrocería de mi auto.
- No lo sé, yo me dirigía a casa de mi padre cuando alguien me choco.
- ¿Tiene algún enemigo? ¿O tiene idea de quién pudo ser la persona que la atacó?
- No, no tengo idea y enemigos menos. Me imagino que eran jóvenes tratando de divertirse, porque se fueron. Si me hubieran querido lastimar lo hubieran logrado.
Me puse a llorar, debían creer mi historia y para eso debía dar mi mejor actuación.
- Ella es la señorita Natalie Grimaldi, su padre cuenta con muchos enemigos - Se observaron por unos segundos - tú sabes que él, es uno de los empresarios más importantes de Estados Unidos. Es normal que un hombre tan importante los tenga.
Siguieron unos minutos haciendo preguntas, cuando me pidieron que saliera del carro. Me percate que iba casi desnuda, solo una pequeña bata que no dejaba nada a la imaginación. Los ojos del oficial Smith me barrieron de pies a cabeza. Le gustó lo que veía.
El otro oficial me pidió amablemente que lo acompañara al cofre de mi auto. Me pareció extraño que hiciera eso, pero acepté.
- Yo soy el oficial Ramirez y trabajo para su padre, soy su informante. Quiero pedirle que tenga mucho cuidado con Smith, está llevando a cabo una investigación contra su padre. Él sospecha del negocio de él y quiere destruirlo.
- Gracias por todo - hablaba cuando la voz del oficial Smith nos interrumpió.
- ¿La podemos llevar a su casa? Su carro está inservible - se ofreció. Claro que quería llevarme, quería entrar a la cueva del lobo
- Claro, por favor - se dio la vuelta a tomar sus papeles.
- Que pasa señorita, le acabo de decir quién es él y...
- Al amigo hay que tenerlo cerca, pero al enemigo más - le guiñe un ojo y me dirigí a mi nuevo chofer.
Le gusté, lo pude ver y me aprovecharía de ello.
El siguiente día fui al colegio y traté de no voltear a ver a Will, fracasando cada vez. Era un imán que me jalaba y cada que lo veía sus ojos estaban postrados en mi.
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Enseñame a olvidar: Lágrimas De Sangré
RomansaSer hija de uno de los capos más poderosos del narcotráfico, llevó a Natalie a ser el blanco de muchos enemigos, ya que era la única debilidad con la que contaba el gran Marcelo Grimaldi. Lloro muchas lágrimas de sangre, convirtiéndose en una mujer...