XX

44 7 0
                                    

Las horas pasaron rápidamente entre charlas e historias con mi amada Astrid, hasta que llegó la hora de despedirme de ella, pero no me iré sin antes confesarle todo lo que siento por ella y admito que despedirme de ella es algo a lo que no me acostumbro.

—Astrid, hmm, yo tengo algo que contarte desde hace tiempo, así que no me iré hasta decirtelo— dije con un poco de nerviosismo.

—¿Sí? ¿Qué me tienes que contar Briant? Y te recomiendo que no esperes al anochecer para hablar.

—Yo...  hace tiempo que siento algo, un sentimiento hacía ti y...— Dije mientras agarre una de sus frías y palidas manos, levanté un poco la cabeza y la miré fijamente a los ojos.

Ella sólo puso su dedo índice sobre mi boca inducandome que no siguiera hablando.

—Briant, yo sé lo que sientes, porque yo también me enamoré de ti y cada vez que vienes me resultas mas deseable— dijo tocandome con uno de sus dedos la mejilla, a tal punto que me hizo un razguño con su uña y entró su dedo a su boca saboreando mi sangre.

—Astrid... ¿por qué me haces esto?

—Shh... Callate, tu tienes una sangre deliciosa y me imagino como deben de saber tus labios.

En ese momento sentí un deseo enorme por besarla pero me resistí y me tengo que despedir de ella antes de que yo perdiera la cordura.

—Lo siento Astrid pero no puedo quedarme mas— dije mientras evite rozar mis labios con los de ella.

—Está bien, te esperaré Briant— dijo la violinista serenamente.

—Adiós Astrid.

Me despedí de ella y comenzé a correr lo mas rápido que pude y aunque hacía mucho frío, mi cuerpo no lo sentía debido al movimiento de mis piernas, la respiración se me comenzó a entrecortar quedandome sin aliento, caí desmayado al suelo ante la falta de aire, el frío no me ayudaba, sólo llegue a ver una silueta humanoide que se acercaba a mi.

***

Cuando desperté me di cuenta de que me hallaba en la casa de Tom y sentía como un lado de mi cara ardía, rosé uno de mis dedos por mi mejilla y sentí un pequeño dolor, luego recordé que fue Astrid quién me hizo esa herida con su uña.

—Vaya tío, ¡pensé que esta vez ibas a morir!— dijo Tom mientras se paraba de un lado de la puerta de la habitación con una taza en una de sus manos.

—Tommy, ¿cómo llegué aquí?

—Una vez mas saliste detrás de la chica del violín y fui detras de ti, pero no te encontré, mas tarde volví a buscarte pero esta vez te encontré tirado en el suelo con un razguño en la mejilla derecha de tu cara.

—Ah, si, ya recuerdo todo— dije mientras soltaba un suspiro a la vez en que yo tenía puesta mi mano derecha en mi frente.

—Dime ¿por qué desapareciste asi del trabajo? Briant si vuelves a desaparecer así, te van a sacar y entonces no tengo la menor idea de en donde volverás a conseguir trabajo, tu sabes que las cosas en este pueblo están difíciles.

—Sí, lo sé pero no me pude contener y  fui tras ella, Tom esa violinista me enloquece mas cada vez que la veo y estoy con ella, yo no pude aguantar mas con el secreto de mi amor por ella y le dije lo que sentía y ella también dijo sentir lo mismo— dije rápidamente.

—Briant por tu bien, deja de ir a ver esa chica— dijo seriamente.

—Tu no eres quien para impedirmelo— le dije mientras frucí el ceño.

—¡Briant Entiende que esa chica no es como una muchacha normal a la que le facina tocar un instrumento!— dijo con un tono de voz alterado.

La Chica Del Violín [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora