Sinopsis

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Nunca imaginé vivir una experiencia igual, ni tampoco encontrar a una violinista tan perfecta, mi vida cambió desde el día en que la conocí, el amor y la música juntos hicieron que yo perdiera el sentido de la realidad, tras una maldición que podía acabar con mi existencia.

***

Una fría noche de otoño leía un libro de amor y misterio de esos escritos por Gustavo Adolfo Becquer, adoro sus historias porque me hacen adentrarme con facilidad ya que fue uno de los grandes de su tiempo. En ese momento algo me hizo quedar pensativo por unos instantes... Yo no recuerdo la última vez que estuve con alguien, creo que fue talvez cuando era más joven, lo digo porque las historias tienen mucho romanticimo por el género de aquel autor antes mencionado.

Tommy mi mejor amigo y un tipo de pelo largo y siempre alborotado a quién considero mi hermano de otra madre, me aconseja que me busque a alguien aunque sea para pasar el tiempo o distraerme, pero... Aún no encuentro a la chica ideal para mi, no creo que sería bueno perder mi tiempo con cualquiera y mucho menos engañar a alguien con algo que no siento, considero a una relación algo muy serio para "ser sólo una distracción".

Desde hace tiempo que sólo vivo para trabajar y pasar el rato con mi mejor amigo. La vida en este pueblo no es la misma desde que el padre de Tommy llamado Abraham decidió irse, desde ese entonces todo cursa de manera si así se puede decir en "automático" todos los días son como una rutina.

Me siento sobre mi cama y repaso mi memoria; es como hablar con las paredes, pero... No hallo quién responda a mis profundos deseos. Me levanto de dicha cama, dejo el libro que estaba leyendo sobre la misma, y voy a la cocina a tomar un poco de agua. La temperatura esta algo fría y presiento que va a llover porque está relampagueando y entonces en ese momento mejor regreso a mi cama y trato de dormir.

Estando recostado en la cama con mis brazos en la nuca y pensado en un sin número de cosas sin sentido que solo dan vuelta en mi cabeza. De repente un trueno hace que me de un pequeño susto, pero luego volví a relajarme, espero que hoy yo no pase la noche en vela como suele sucederme de vez en cuando sin razón alguna.

Recuerdo cuando era niño esas historias de misterio y curiosidades de la oscuridad que los ancianos contaban, recuerdo que eran las que mas me gustaban, sobre todo las de los dichosos fantasmas que habitan en el bosque, nunca creí que fuesen reales, solo me gustaban escucharlas por la emoción que causaban. Y... Ahora que lo pienso debo ir al bosque mañana para recolectar leña, no quiero que el invierno me atrape desprevenido y muera de frío por no tener leña.

Volví a levantarme de la cama solo para cerrar una ventana que se había abierto de golpe por el fuerte viento de la tormenta que acaba de empezar, volví a la cama y no me había dado cuenta que me había recostado sobre el libro que leía hace un momento llamado Leyendas y lo puse sobre una especie de mesa de noche.

Casi no tengo tiempo de leer por el trabajo y las cosas del día a día, y las cosas parecen ser simples porque, vivo solo en esta humilde casa, pero el trabajo duro hace que me sienta agotado a final del día y casi no tengo tiempo para leer un buen libro de muchos que tengo en un estante.

Me gustaría que en mi vida yo encontrara el amor como en una historia de misterio, arriesgandome a todo por mi amada.

Después de pensar en aquellas tonterías me quedé dormido con el sonido del agua caer.

***

A la mañana siguiente desperté y al levantarme, me dí cuenta de que la tormenta había cesado. Organicé todo para luego irme al trabajo y esperar a Tommy.

Caminaba despacio por el desolado camino mientras miraba a ver si había algún rastro de Tommy mientras me aproximo a su casa.

—Buen día Tom— saludé cuando le vi llegar.

—Hola amigo buen día, algo húmedo ¿no?— dijo el observando el panorama. 
—Claro, aun hasta huele a tierra mojada por la tormenta de anoche.

—La tormenta fue intensa amigo.

-—Anoche yo tuve un extraño sueño con una chica de ojos grices y pelo muy oscuro pero... No podía ver bien su rostro, solo se que ella estaba sola y estaba cerca de un abismo muy oscuro.

—Hmm... Que extraño- dijo alzando una de sus cejas.

—Lo sé, me sentí muy extraño cuando desperté, yo sentía como si debería salvarla de no caer.

—Tranquilo, solo fue un sueño amigo mío— expresó el con una leve sonrisa en el rostro, mientras podía una de sus manos en uno de mis hombros.

—Iré al bosque después del trabajo.

—Qué bien ¿irás por leña?

—Sí— Asentí.

La Chica Del Violín [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora