XXII

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Luego de un incómodo rato, Tommy decidío salir del cuarto en donde yo estaba, en mi mente sólo podía pensar en Astrid y en el engaño que estoy sufriendo, nunca imaginé eso de la única mujer que me había robado el sueño desde que la conocí.

Salí del cuarto y me dirijí hacia donde estaba Tommy.

—Oye, Tom.

—¿Si?— respondió mientras se volteó a verme.

—Sólo... te diré que, me iré a mi casa.

—Briant, es mejor que te quedes aquí.

—Está bien Tom, pero saldré un rato. Necesito tomar aire fresco.

—Vale, como digas.

Tom se quedó mirado por la ventana, hacía frío, estabamos a sólo días de que comenzara el invierno.

Yo salí de la casa de Tom, e iba caminando por el pueblo, y caminé hasta el bar, talvez me entretenga hablando con Verónica, y olvido el pequeño momento incómodo que tuvimos hace rato, admito que es la primera amiga que tengo, por lo menos yo considero que ella es un buen partido para Tom, en cuanto a mí, un imbécil enamorado de una fantasma que toca el violín.

***

Llegando al bar, entro y no me doy cuenta ni miro a quienes estan a mi alrededor, ya eran las 6:00 de la tarde, el cielo comenzaba a oscurecer, yo dormí casi mediodía, ya que cada vez que tengo un encuentro con Astrid y termino desmayado, y suelo despertar mas tarde de lo normal.

—Hola Briant— escuché a una voz femenina sacarme de mi pensamiento.

—Verónica, ¿cómo estás?

—Estoy bien ¿y tu?

—Estoy bien.

—Hmm... pues no lo parece tienes  cara de preocupación.

—No te preocupes no pasa nada, sólo son cosas personales que no tienen gran importancia— le dije mientras me encogía de hombros.

—Oye... lamento lo de ahorita— dijo con el rostro cabizbajo.

—No te preocupes por eso Verónica, debes saber que Tommy es un bromista.

—Ah, entiendo... Apropósito ¿en donde estabas ayer? Tom andaba como loco buscandote.

—Estaba  dado un paseo por el bosque, ya sabes despejando la mente.

—Hmm... ¿no quieres algo?— preguntó ella.

—Sí, dame un trago de agua ardiente, hace tiempo que no tomo un poco.

—¿Seguro? Pregunto porque no es algo común en ti pedir agua ardiente.

—Si, por favor.

—Está bien, espera un rato— dijo mientras fue a buscar la bebida.

Mientras Verónica buscaba mi trago, sentí la depresión y la tristeza apoderarse de mi corazón, por un momento llegué a sentir un nudo en la garganta, pero... este no era un buen lugar para desahogar mis penas.

—Briant, aquí esta tu agua ardiente— dijo Verónica.

—Gracias— dije mientras di un sorbo.

Verónica sólo me miraba con sus ojos verdes como si quisiera saber algo, pero ya se que se trataría sobre Tom.

—Briant, ¿tu cres que Tommy se fije en mi?— preguntó un poco sonrojada, esa frase salió de impulso de su boca y lo pude notar con facilidad.

—Bueno, en mi opinión si el se fija en ti, yo lo consideraría como una buena elección, no sé por qué el no te a coquetado, si eres una chica hermosa y  muy amable conmigo, además yo sé que el tiene algún cariño por tí, lo noté aquel día en que ese idiota te golpeó y el actuó de inmediato.

Ella volvió a sonrojarse inclinando un poco el rostro.

—Gracias Briant, pero ese cariño es solo un afecto y... talvez sólo me vea como amiga.

La Chica Del Violín [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora