Capitulo 3

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Me detuve en la esquina para comprar una botella de agua, estaba sediento y el clima estaba especialmente caluroso. Al salir de la tienda, un chico salió de la nada corriendo a toda velocidad y chocó contra mi. Mi botella, mi teléfono y mis llaves terminaron en el suelo.
- Genial - dije mientras me arrodillaba para recoger todo.
- Discúlpame, por favor. No te vi - dijo mientras se arrodillaba también, me entregó mi teléfono, el cual se había desbloqueado por el impacto, y pudo ver mi fondo de pantalla, era una foto del grupo Kodaline, siempre digo que tengo que cambiar mi fondo, nunca lo hago.
- Que bonito fondo, me encanta ese grupo. - Dijo con una sonrisa dibujada genuinamente en su rostro.
- Gracias. - Le dije.
- De verdad discúlpame. - respondió
- Sí, ya dijiste eso.
Me levanté, sacudí el polvo de mis pantalones gastados y caminé a casa.
Al llegar todo seguía igual a como lo dejé; subí hasta mi cuarto, me deshice de el suéter negro que llevaba, y arrojé mi mochila en la cama. Me quedé sentado un rato con el teléfono en mano, nada interesante.

Bajé a la sala y encendí el televisor, estuve unos minutos cambiando los canales hasta que me rendí, ¿que pasa con la televisión de hoy en día? sólo pasan mierda. Pasé el resto de la tarde leyendo, inicié un nuevo libro llamado Vicious, me encanta, es la historia de dos universitarios que desarrollan súper poderes. ¿Cuál súper poder sería bueno tener?, sí me preguntan, me gustaría poder poner mute a mi cabeza, así poder ignorar al mundo cuando empiece a aturdirme.

Mi madre llegó a casa alrededor de las diez, siempre al llegar va hacia la cocina y se prepara una taza té, es una mujer muy elegante y sencilla a la vez. Me senté con ella en la mesa de la cocina.
- ¿Que tal tu día? - le pregunté.
- Muy relajado, la verdad - Respondió.
Me platicó sobre todo lo que tenía que hacer llegando a su oficina mañana, sobre su estúpido jefe y soportar a sus amigas hablar de sus esposos violentos. Cuando terminó su té, se levantó y dejó la taza en el fregadero.

- Por cierto, hace un rato me encontré con Alex. - dijo de repente.
- ¿Quien es Alex? - le pregunté
- Ya sabes, el hijo de mi amiga Rosy, los que acaban de llegar de Tlaxcala, me dijo que hoy se encontraron en la calle y tuvieron un pequeño accidente, dice que lo siente mucho.
- En realidad no fue para tanto.
Así que se llama Alex. No se por que le preocupó tanto nuestro encuentro afuera de la tienda.
- Es un chico muy agradable, deberías intentar hacerte amigo de el. - dijo mi mamá interrumpiendo mis pensamientos.
- Mamá, ¿vas a empezar?.
- Sólo digo que podrías ampliar tus horizontes en lugar de leer  todo el día.
- ¿Eso que tiene de malo?.
- Nada, hijo, sólo trata de socializar más. No es bueno que no hables con nadie más que conmigo, y eso a veces.
- Estoy muy bien con los pocos amigos que tengo, mamá.
- Está bien, Ángel. Sólo piénsalo ¿Ok?

Ya estaba en mi cuarto, con la pijama puesta, en realidad sólo duermo con unos bóxers y una camiseta vieja, así es cómodo. Podía escuchar la música de Mozart que sonaba en el cuarto de mi mamá, dice que le ayuda a dormir.
Recibí un mensaje en mi teléfono, era de Isaac. Vaya, ya tenía mucho tiempo sin saber de él.

"Buenas noches, Angi. ¿Podrías por el amor de Dios responderme? Vamos a tener que hablar en algún momento y lo sabes, no puedes evadir así a todos con los que tienes un problema. Siento mucho lo que pasó y sí me das la oportunidad, te lo voy a compensar.
Te extraño demasiado."

"Angi". El era el único que me decía así, en algún momento me gustó, pero ahora cada vez que escucho eso sólo pienso en rechazo y traición y cortes sangrantes. Voy a hablar con el, algún día, pero no hoy ni mañana.
Borré el mensaje, programé una alarma en mi teléfono, tomé mis audífonos y escuché música hasta muy entrada la noche. Las voces y la música en los audífonos se hicieron cada vez mas tenues hasta que el sueño me atrapó.

Unbreakable Where stories live. Discover now