Unbreakable

Capítulo 10

A veces siento como si no quisiera enfrentar otro día, lo siento muy a menudo.

Estaba sentado en la sala de mi casa, sentado en el sofá frente a mi, estaba Alex, yo tenía la cabeza agachada, no podía verlo a la cara después de lo que acababa de pasar, sentía su mirada clavada en mi, sabía que el estaba esperando a que hablara, esperando un explicación.

- ¿Como te sientes?. - Me preguntó con voz baja. Podía sentir sus ojos, sus ojos tan bonitos color avellana clavados en mi.
Sólo me quedé callado, sin decir absolutamente nada.
- ¿Ángel?. - Insistió acercando su rostro hacia el mío para encontrarse con mi mirada.
- Quiero decirte todo, pero te voy a perder cuando te lo diga. - Le dije con una lágrima bajando por mi mejilla.
- ¿Como sabes lo que haré, Ángel? Sólo dime.

Respiré hondo, y le dije todo. Le dije quienes eran Isaac y Gael, le dije como los había conocido, y le dije todo lo que había hecho con ellos el último año.
Le conté las innumerables veces en las que ambos me habían apuntado con un arma. Incluso le conté cuando Gael me golpeó varias veces en la boca rompiendo mi mandíbula por que había tirado la cocaína al inodoro la noche que lo encontré besándose con Isaac.

Cuando terminé levanté la mirada hacia el, lo único que estaba haciendo era mirarme con el ceño fruncido, sus ojos clavados en mi, yo estaba temblando mientras esperaba que dijera algo.

- Tendrías todo el derecho de alejarte, no tienes necesidad de soportar esto. - Le dije volviendo a agachar la cabeza.
Seguía sin decir nada, sólo estaba sentado ahí, mirándome.

- Ven. - Dijo al fin, dándome su mano. Cuando la tomé me atrajo hacia el.
Cuando estaba sentado a su lado en el sillón me tomó por el cuello y me dio un rápido beso en la frente.
- Oye, Alex...
- Una persona que amé... - Dijo interrumpiéndome. - ... Me dijo una vez: "El pasado está en el pasado, nadie sabe lo que va a suceder en el futuro, lo único que tenemos es el presente, el presente es un regalo y hay que aprovecharlo."
¿Entiendes lo que digo?.
- No muy bien. - Dije.
- Significa, Ángel. Que lo que hayas estado haciendo en el pasado, en el pasado está, lo que importa ahora es que decidiste dejar esa vida y estás saliendo adelante.
- No conoces a Gael, no me dejará en paz. - Dije con mi voz comenzando a entrecortarse
- Oye. - Dijo tomándome de las dos manos. - Nadie va a volver a ponerte un dedo encima, te lo prometo. No tengas miedo.

"No tengas miedo" esa frase...

Estaba en un motel con Isaac. Recostado boca arriba en la cama, tenía un corte en el brazo, minutos antes Gael me había apuñalado por que perdí el dinero de las ventas de esa noche.
Ya no podía llorar, empezaba a sentirme mareado.
Isaac sí que estaba llorando, me estaba limpiando la herida, la piel se veía abierta como los pétalos de una rosa.
- No tengas miedo, mi amor. - Dijo entre sollozos. - Gael no te va a tocar otra vez, te lo juro.

Horas después la herida paró de sangrar, sentía la venda pegada a mi piel. Ya no me dolía tanto, me senté al borde de la cama e Isaac estaba hincado en el suelo con sus manos en mis rodillas. De tanto llanto su cara lucía roja e hinchada, acaricié su mejilla y tomé sus manos, aún manchadas con mi sangre.

- Está bien, Isaac, fue mi culpa. Tendré más cuidado. - Dije con voz calmada.
- Discúlpame por dejar que te hiciera eso, por favor. - Dijo levantándose y dándome un fuerte beso en los labios.
- Sólo me quiero dormir, la pastilla está funcionando, Isaac, el dolor se va.
- De acuerdo, nene. Duérmete.
- Ven, acuéstate también. - Dije invitándolo a la cama.
- Si. - Se incorporó y se quitó la chamarra de cuero. - Necesitamos dormir, fue un largo día.

Ya estábamos acostados, mirándonos a los ojos.
- Cálmate, Isaac, todo está bien.
- Si, nene. Estamos bien, te voy a cuidar para siempre, te amo. - Dijo mientras me abrazaba.
Y así pasé la noche, en el cuarto de un motel con Isaac abrazándome y con una gran cortada en el brazo.

- Ya no pienses en tu pasado, Ángel. - Dijo Alex sacándome de mis recuerdos.
- Si, si. De acuerdo. - Dije respirando fuerte. - Me vendría bien un té, ¿Quieres uno?.
- Claro, suena bien, vamos.

Íbamos camino a la cocina y me detuve junto al mini bar de mi madre. Saqué una botella de whisky junto con vaso de cristal.

- Mejor prefiero beber esto, ¿Te molesta?. - Le pregunté.
- De hecho, sí. - Dijo mientras me quitaba la botella y el vaso de las manos. - Lo peor que puedes hacer es embriagarte cuando te sientes mal.
- No pensaba embriagarme, yo...
- No vas a beber, ¿Has entendido?. - Dijo poniendo sus manos en mis hombros.
- Está bien, discúlpame.

El no dijo nada, sólo me abrazó con mucha fuerza, el olor de su camisa me encanta.

- No estás sólo, Ángel. - Me dijo con su frente sobre la mía.
- Debería estarlo, no quiero que te hagan nada.
- Nada me va a pasar, ¿De acuerdo?. - Dijo tomando mi cara entre sus manos.- Ni a ti tampoco.

Continuará...