Esa tarde no podía pensar en nada más que en Isaac. Necesitaba ocupar mi mente, pero cualquier pensamiento me llevaba de vuelta a él.
Decidí salir a despejar mi mente, creo que el aire me hará bien, cerré la puerta y me senté en la acera a lado de la entrada principal de mi casa.Por primera vez en varios meses tomé un cigarrillo, lo puse en mi boca y lo encendí. Le di una larga calada, sostuve el humo unos segundos y lo saqué lentamente.
Sacándome de mis pensamientos y dándome un buen susto, apareció Alex.
Alex, no lo puedo creer, sus ojos color avellana relucían aún en la oscuridad, sólo estaba parado frente a mi, sonriendo.
- ¿Por qué tan solito de noche? - preguntó.
- Sólo tomando el aire. - respondí.
- ¿Te puedo acompañar? .
- Sí es lo que quieres, adelante.
Se sentó en el piso justo a mi lado.
- ¿Te molesta el humo?. - le pregunté.
- No, para nada.
- ¿Y qué haces caminando en la calle?
- Sólo estaba conociendo el barrio, acabo de terminar de desempacar y me apetecía salir un rato. Y te vi aquí sentado y decidí saludar. Hola. - Me dedicó otra sonrisa.
- Hola, Alex. - Dije con una pequeña sonrisa intentando nacer en mi cara. - ¿Que tal su desayuno con mi mamá?.
- Delicioso, que gran cocinera es tu mamá. Nos platicó mucho de ti, dice que eres un chico muy inteligente pero muy solitario. - Me quitó el cigarrillo, lo tiró al suelo y lo apagó con su pie.
- Dijiste que no te molestaba. - Le dije confundido.
- Con el cigarro en tu boca no puedo apreciar bien tu cara. - me contestó.
- ¿Por qué quieres apreciar mi cara?.
- Solo quiero apreciarla, nada más.¿Qué se supone que le tienes que decir a alguien que te ha dicho que quiere apreciar tu rostro? No lo se, así que sólo me quedé callado.
- Háblame un poco de ti. - Dijo rompiendo el silencio.
- No creo que te resulte interesante. - le respondí.
- ¿Por qué haces eso? No lo hagas. - Me dijo.
- ¿Hacer que?.
- Hablar tan mal de ti mismo.
- No lo se, supongo que así soy.
- Tu madre mencionó que te gusta mucho leer, háblame de eso.
- Pues que te digo. - crucé las piernas. - Es algo que disfruto mucho, creo que un buen libro te puede llevar a lugares a los que nunca podrás ir en la vida real, y conocer gente maravillosa y mágica.Sólo sonrió.
- ¿Que?. - le pregunté.
- Que lindo, ¿Y que hay del mundo real?, ¿Qué es lo que más te gusta de el?.
- Absolutamente nada. - Dije soltando una pequeña risita.
- Eres extremadamente interesante, Ángel.
- ¿Lo soy? Tal vez no. - le dije.
- ¿Que dijimos de hablar mal de ti mismo?.
- Lo siento. - hice una pequeña pausa. - ¿Y que hay de ti, Alex?.
- Pues. - comenzó - Tengo dieciocho años, nací en Tlaxcala y nunca había salido de ahí hasta ahora. Me encanta dibujar, algún día espero tener mi propia galería de arte. Algún día iré a Europa, viviré allá, lo juro. - terminó, recargando la cabeza sobre la pared.No lo había notado, el aire de Octubre empezaba a ponerse más frío. Empecé a sentir un pequeño escalofrío.
- Creo que ya debo regresar a casa, Ángel. - Se levantó y me tendió la mano para ayudarme a ponerme de pie.
- Si. - le dije. - Yo también.
- ¿Te puedo pedir un favor?. - me preguntó.
- Sí, claro.
- Sonríe. - Dijo.
- ¿Que?.
- Por favor, nunca te he visto hacerlo.
- No sabía que no lo hacía. No puedo sólo sonreír así como así. - le dije.Me hizo cosquillas, cosquillas. Como sí fuera un niño.
- No, basta. - dije riéndome. - ¿Que haces?.
- ¿Ves? Ya sonreíste, ¿Fue difícil?.
No dije nada- Una cosa más. - Dijo. - ¿Me das tu número?.
Le di el número y lo tecleó en su teléfono.
- Perfecto. Creo que me retiro, Ángel. Ten linda noche. - Dijo abrazándome.
- Adiós, Alex.Lo vi alejarse cuatro casas hasta que llegó a la suya y entró, yo hice lo mismo. Un rato después mi madre llegó y cenamos juntos, estaba más feliz que de costumbre, había almorzado con su amiga Gisselle, no se veían desde hace tiempo.
Al subir a mi cuarto un rato después, tomé mi teléfono, me encontré con un mensaje de Alex:
"Tu eres un libro de una pasta muy dura, casi irrompible, yo quisiera leer ese libro hasta saber todo lo que hay ahí dentro.
Buenas noches, Ángel."Sentí muchísimas mariposas en mi estómago, leí ese mensaje unas diez veces. Me empieza a gustar Alex, me empieza a gustar muchísimo.
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Unbreakable
Teen FictionÁngel está comenzando una nueva etapa, después de una tormentosa relación con un vendedor de drogas por fin puede estar en paz. Su vida está cambiando para bien, pero ¿Qué pasa cuando el pasado vuelve?. Ángel tendrá que aprender a enfrentar su pasad...