Capítulo 15

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- ¡No vuelvas a ponerle un dedo encima, hijo de puta!. - Gritó Isaac tomando a Gael por el cuello de su camisa. - ¡Te voy a matar!.

Estábamos en la azotea de un edificio, La música del antro era tan alta que nadie podía escuchar aquel barullo.
Gael enloqueció cuando me negué a salir de nuevo a vender otro medio kilo de cocaína separado en pequeñas bolsas.

Yo estaba tirado en el suelo tapando mi boca, Gael me había dado un puñetazo tan fuerte que perdí el equilibrio, al separar mi mano de mi cara descubrí una buena cantidad de sangre en mi palma.

- ¡Basta! - Aulló Gael limpiando la sangre de su rostro, antes de que el me golpeara yo le arrojé una botella de cerveza al rostro. Sacó un revolver del bolsillo izquierdo de su chaqueta de cuero y apuntando a Isaac con ella.
- No, no, no por favor. - Dije empezando a ponerme de pie, Gael alejó su vista de Isaac regresando a mi y ahora con el cañón de la pistola enfrente de mi cara.
- Los quiero a los dos fuera de mi vista, lárguense hasta nuevo aviso. - Dijo Gael quitando el seguro de la pistola. - Y tu, Angelito, vuelves a hacer algo parecido a lo que hiciste esta noche y te vuelo la maldita cabeza. ¿Entendiste bien, inútil pedazo de mierda?.

Yo no dije nada, sólo no dejé de mirarlo a los ojos tan llenos de odio como siempre. Gael se fue bajando las escaleras y dejándonos solos a Isaac y a mi.

- Ya no puedo más, no mas. - Dijo Isaac poniendo un pequeño pañuelo en mi boca; su mirada se encontró con la mía.- Ya no quiero que estés aquí soportando todo esto.
- Sólo llévame a mi casa, ¿Si?. - Le dije quitando el pañuelo de mi boca y poniéndome de pie. Mi pantalón y camisa negros despedían un olor a alcohol barato.
- No vas a volver aquí, Ángel. - Dijo tomando mi mano.
- Por lo visto no tengo otra opción, Isaac, vámonos. - Dije escupiendo al suelo toda la sangre acumulada en mi boca.
- Oye, Ángel...
- Sólo deja de hablar, mierda. Y llévame a mi casa, por favor. - Dije poniéndome mi chamarra.
- Si, vámonos. - Dijo tomando las llaves de su auto y una voz tan intranquila que me pesó.

••••••

Estaba en el asiento del copiloto con los brazos cruzados y con la mirada en el camino, faltaban sólo unas calles para llegar a mi casa.

- Dime algo, Ángel, por favor. - Dijo Isaac sin apartar la vista en el frente.
- Sólo conduce, ¿Quieres, Isaac?.
- Solo creo que...
- ¿Puedes callarte de una puta vez?, conduce y ya, maldita sea. - Dije sin quitar la vista de la ventana.

••••••

Estaba ya frente a la puerta de mi casa buscando mis llaves en la mochila. Isaac estaba detrás mío, podía sentir su mirada clavada en mi.
- Mírame, Ángel. - Dijo tomando mi barbilla.
- Sólo quiero irme a dormir, no quiero hablar ahora. - Dije haciendo mi cara hacia un lado.
Logré encontrar mis llaves y abrí la puerta, la sala estaba a oscuras completamente, mi madre por suerte estaba dormida. Subimos a mi cuarto tan silenciosos como pudimos, dejé mi chamarra y mi mochila en el suelo.
Entré al baño y miré mi rostro, con grandes bolsas debajo de los ojos y con sangre seca al rededor de mis labios, abrí la llave del lavabo y mojé mi rostro frotándolo con un jabón. Al salir Isaac estaba sentado en mi cama, me acerqué a el tomándolo de la mano para que se pusiera de pie. Lo abracé acomodando mi cara en su hombro.

- Perdón por hablarte así, creo que estaba desquitándome contigo, yo tampoco puedo más con Gael. - levanté la vista y me alejé para verle a los ojos.
- No se como diablos te metí en esto.
- Yo me metí solo, Isaac. Tu no me obligaste. - Lo ayudé a quitarse la chaqueta. - Hay que dormir, ¿Si?.
- Si, si. - Dijo Isaac.

Estaba ya metido en la cama mirando mi teléfono, que ahora tenía la pantalla estropeada, debió romperse cuando caí después del golpe que me dio Gael.
Isaac salió del baño ya sin camisa, se quitó los pantalones y se metió a la cama.
- ¿Quieres una pastilla o algo?. - Le pregunté.
- No, Angi, solo quiero dormir.
- ¿Y no despertar?. - Dije con una pequeña sonrisa en el rostro.
- Sin despertar, bebé. - Dijo devolviéndome la sonrisa. 

Ahora los dos estábamos en un punto en el que sabes que tu vida está completamente jodida, nada que perder, nada que ganar.

- ¿Cuando volverás a tocar tu guitarra para mi?. - Preguntó Isaac dándome un beso en el cuello.
- No sabía que te gustara tanto como toco. - Dije acariciando su mejilla.
- Es una de las muchas cosas que adoro de ti, amor.
- Tal vez lo haga algún día, por ahora sólo quiero dormir. - Dije tomando el extremo del edredón y arropando a Isaac. - De verdad discúlpame por hablarte así, eres la cosa más hermosa del mundo.
- No te preocupes, te amo como no tienes una idea. - Dijo Isaac besando mi hombro.
- Sí que me preocupo, Isaac, para nada te mereces sufrir. De verdad hay que considerar mandar a Gael al carajo. - Dije mientras acariciaba su cabello enmarañado.
- Lo se, lo se. ¿Que hora es?.
Tomé de la mesa de noche mi teléfono roto, eran casi las 5 de la mañana.
- ¿Aún te duele la boca, Angi?. - Preguntó Isaac.
- Uno se acostumbra, amor. - Dije cerrando los ojos.
- No tienes que hacerte el fuerte conmigo. - Dijo dándome un beso en la barbilla.

Toda la mierda que está pasando ahora mismo no importaba para nada con Isaac estando aquí conmigo.

Antes de caer en el sueño profundo quedé mirando la ventana de mi cuarto, deseando no tener que salir nunca de allí, salir al caos que es el mundo. Siento que acabo de perder todo contacto con todo lo que me hace humano, y ahora que he visto de todo; lo único que deseo ahora es irme.
Es mucho para mi.

- En que piensas, Angi. - Preguntó Isaac interrumpiendo mis pensamientos.
- En lo mucho que te quiero. - Dije sonriéndole.
- ¿Cuanto llevo de conocerte? Y en todo este tiempo te he visto sonreír muy pocas veces.
- Tu mereces que te sonría, Isaac. - Dije haciendo una mueca, un mal intento de una sonrisa.

Entrelacé mis dedos con los suyos y caí dormido un rato después.

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