Capítulo quince

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Este capítulo está sin corregir, no tuve tiempo y no quería dejarlxs otro día sin actu :'( lo siento si encuentran errores TmT. Los corregiré pronto nwn.

*****

KyungSoo estaba con su mochila puesta sobre los hombros en el terminal, se encontraba debajo del arco de entrada. Había llegado con unos minutos de antelación, cortesía por parte de la insistente fantasma.

Únicamente estaba llevando lo necesario y útil para ese finito viaje: Dos mudas de prendas cómodas, un pijama de algodón, al igual que ropa interior y un par de zapatillas deportivas. Aparte, estaba trasladando su cepillo de dientes, como para el cabello y un gel para engomar su melena castaña en cualquier reunión imprevista de trabajo. Era un equipaje súper ligero a comparación de lo que llevaría LuHan a una excursión. Sin embargo, KyungSoo era una persona práctica.

Aunque ese era otro tema, LuHan. El rubio se encontraba callado y inhibido los últimos días, dialogaba solo lo necesario. Parecía que tenía algo que decir, pero se lo auto impedía. El chino no era así, él se caracterizaba por ser una persona alegre y con una personalidad arrasadora; sin embargo ahora paraba encerrado en su habitación sin siquiera dar a notar su presencia.

Había algo insólito en el asunto que KyungSoo ya averiguaría cuando regresara a su hogar.

Se sentó en las sillas de espera, vislumbrando a los lados, había poca gente, prendió su reproductor MP3, para matar el período libre, ya que tenía que esperar la llegada del bus.

A lo lejos contempló la silueta del chico de piel canela y no supo cómo actuar. El hombre en cuestión traía una maleta deportiva colgada al hombro y vestía una gorra azul deportiva que le cubría la mayor parte de la frente.

KyungSoo se removió incómodo en el asiento de plástico, pues, no habían platicado luego de lo sucedido en el sofá de la oficina. Sin contar que el moreno se encargo de alejarlo lo más posible hasta el día de hoy.

JongIn lo visualizó debajo de lo que le permitía la visera y contra todo pronóstico, en vez de pasar de él, se sentó a su lado. Su semblante estaba dibujado por una facción pacífica. KyungSoo no comprendía nada.

—Ya debemos ir a la sala de embarque, para que guarden nuestras maletas — avisó el arquitecto.

—De acuerdo.

KyungSoo se elevó y se dejó guiar por JongIn hacia la zona avisada. La cola era muy corta, al parecer nadie iba a Jeju tan temprano. Cuando ya otorgaron sus posesiones, regresaron al sitio inicial, para relajar las piernas. El castaño seguía sin entender el comportamiento tan fresco del otro, parecía que él era el único tenso.

—Pensé que no vendrías — comentó KyungSoo al aire, es que no podía sostener que JongIn luciera tan natural, mientras él estaba tiritando por dentro.

—No podría faltar. Dejaría mal a mi padrino y no debo permitirme eso.

El castaño sintió un nudo en la boca del estómago que le quemó, ya que el moreno no había ido por su persona, sino por los deberes laborales. Lanzó un suspiro, descendiendo los hombros. ¿Qué estaba esperando de todos modos? JongIn ya había dejado en claro su posición desde aquella noche.

El famoso y aclamado timbre resonó.

Al menos, dentro del bus, no tuvieron que pasar por la incomodidad de tener los asientos juntos, KyungSoo agradeció aquello. Se puso los audífonos y se quedó dormido.

*

El hotel de Jeju era despejado y estaba rodeado por vegetación. Todo emanaba relajación y gritaba vacaciones, podría decirse que todo era perfecto, pero...

Por las alas del Ángel [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora