Por las alas del Ángel [KaiSoo]

Capítulo diecisiete

Capítulo muy larguito, pero es que suceden demasiadas cosas. Lamento si encuentran alguna falla ortográfica, es que con tantas palabras me mareo y ya no quería atrasarme más TmT. Espero lo disfruten, ya los otros son de medianos como los anteriores xd.

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Dos días después.

La situación entre JongIn y KyungSoo había tomado el camino errado. Del paso magistral que habían dado juntos, admitiendo sus sentimientos más profundos e intactos contra todo vaticinio... dieron un maldito retroceso.

Desde que KyungSoo había recobrado la memoria todo se había tornado sumamente incómodo, pues tenía que hacer el esfuerzo de no sollozar cuando veía a JongIn sonreírle de manera tan natural, le afectaba demasiado aquello. El castaño optaba por esconderse de su persona y hablarle lo mínimo posible, hasta a veces en susurros. Quería que su tarea de guardar el secreto le sea más factible.

JongIn, simplemente no comprendía qué había hecho mal con el bajito ¿Se arrepentía de lo que sucedió en el lago? ¿Acaso era por Seulgi? ¿Era por la boda? Sus interrogantes nunca eran respondidas.

Ese era otro tema del cual aún no había decidido correctamente. La culpabilidad le invadía el pecho al punto de tener que tocarse su tórax, como si fuese una especie de medicina y pudiese aliviar el punzón molestoso. Su martirio psicológico es que no se arrepentía en lo más mínimo, jamás lo haría, ya que haber hecho el amor con Kyung fue casi mágico. Una combinación de sentimientos, verdades, memorias venidas y calidez añorada. La piel de KyungSoo era tan acogedora que quería acurrucarse con él y no desprenderse jamás, sus mejillas sonrojadas eran un mosaico tierno y la sensualidad de su aspecto luego de haber llegado al orgasmo era abrumador.

JongIn quería ser una especie de super héroe y buscar una solución que no lastimase a nadie.

Sin embargo, en su conciencia sabía que buscar su felicidad significaba tener que decepcionar a las personas que estuvieron a su lado en el momento más penoso que le tocó vivir y ese momento duro se lo brindó la persona de ojos brillosos que tuvo debajo de él, gimiendo su nombre en cada vaivén. Era complicado, difícil.

Llegados a ese punto, el moreno ya no sentía ninguna especie de rencor hacia el otro, únicamente quería llenarlo de besos y recuperar el tiempo perdido. Pero, decepcionar a quienes te apoyaron y le tendieron una mano... Lamentablemente su contento venía de la mano junto a la desilusión de los otros, debía aceptarlo.

Pero JongIn estaba seguro de una cosa: Y es que, irrevocablemente no podría vivir sin KyungSoo a su lado, ya no más.

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El bajito cuando llegó a su hogar, se encontró con una ansiosa Irene de sonrisa radiante y manos unidas como si hubiera estado dando una plegaria, pues según BoGum, todo habría ido de maravilla en el viaje que ella había organizado. No obstante, cuando visualizó el rostro acongojado de KyungSoo y esas bolsas púrpuras debajo de los orbes, supo que algo no andaba bien.

—Ya recordé... recuerdo todo...

La pelinegra jadeó. Se quedó inmóvil sin saber qué hacer o decir. Se limitaba a observar a KyungSoo para ver sus movimientos.

Esa noche, Kyung tuvo ese desahogo tan necesitado con su amiga. Cada párrafo sentía que le quemaba la garganta al relatarlo, pues rememorar todo no era sencillo y menos cuando lo que más quería era olvidarlo. Al fin Irene entendía el por qué KyungSoo se había convertido en esa clase de persona que se autolastimaba de esa forma, con alcohol y sexo casual. Aunque no lo justificaba en absoluto, porque KyungSoo pudo haber tomar otros medios, contar la verdad para empezar.