Capítulo dieciséis

1.8K 259 75
                                    

Advertencia: Hay lemon, limonada con pepa, sin pepa, como quieran llamarla. O sea, escenas sexuales explícitas. Si no te agrada tener ese tipo de lectura mejor pasa de este capítulo, no deseo dañar o pervertir (:v) a alguien. Tampoco esperen un super smut a lo Running at the hill, esa autora es otro nivel ❤️. Veamos que me salió 😂. ¡A leer!

La mañana siguiente no se hizo esperar con demasía. El primero en abrir los los párpados y despabilarse fue KyungSoo, se había removido un poco incómodo porque sentía un peso ajeno encima de su cintura y también una luz molestosa le daba directamente a sus cuencas, haciéndolo fruncir el ceño el pleno sueño.

Comenzó a parpadear con pesadez. Visualizó que encima de su cuerpo reposaban un brazo desconocido por la zona del tórax y una pierna ajena le envolvía sus extremidades inferiores, estaba prácticamente acorralado por el sujeto. Sonrió al aire y se colocó el antebrazo encima de los ojos para terminar de levantarse, pues rememoro que había dormido en la misma cama con JongIn. Contra cualquier pronóstico.

Les quedaba poco más de un día para ser esa "clase" de novios que había propuesto su ex y KyungSoo la aprovecharía al máximo. Era un período patéticamente limitado, él quería más.

Con mucha delicadeza intentó retirar las extremidades del moreno que lo tenían enclaustrado en un abrazo efusivo, como si el otro temiera que huyera por la noche. Lo pudo lograr, no sin evitar que saliera un gruñido por los labios del alto.

Se incorporó contemplando la imagen descuidada de JongIn durmiendo de lado, su cabello rubio estaba despeinado, parecía que un huracán se dio allí, Kyung sonrió. El arquitecto se encontraba sin camisa y a pesar de estar en esa posición su abdomen no desarrollaba ninguna clase de grasa extra, el castaño se levantó la camiseta hasta la altura del ombligo y peñizco su vientre flácido y pálido; que gran comparación. JongIn seguía con su pantalón de vestir puesto, lucían algo liosos. El moreno lanzó en su ensueño un suspiro y apretó los párpados dibujando un tierno puchero en su semblante adormilado. KyungSoo tuvo muchas ganas de comerlo a besos, es que Kim parecía un niño pequeño si no contaba con su cuerpo de hombre muy bien evolucionado. Tuvo que resistirse las ganas, él tenía conocimiento de cuanto amaba dormir el moreno, y según el reloj digital del velador avisaba que eran las siete de la mañana, aún era temprano. Lo dejó reposar.

Lo primero que hizo al salir de la cama fue darse un baño, quería extinguir todo aroma de la discoteca, ya que sus cabellos aún olían a cigarrillos. Fue una de las duchas más prolongadas que alguna vez se había dado, pues salió de la regadera con las yemas entumecidas y la dermis muy suave. Optó por vestir casual, porque la comodidad siempre era su prioridad. Cuando iba a llamar a la recepción para que trajeran el desayuno correspondiente, colgó el teléfono. Él sabía cocinar ¿Por qué no?

Entonces fue directo a la cocina. Abrió el diminuto refrigerador gris que mediría un metro y sacó los ingredientes que tenía en mente. Se dispuso a preparar su sopa más efectiva contra la resaca o llamada vulgarmente “La levanta muertos”, consistía en usar mariscos y algunas verduras.

Cuando la comida curativa de JongIn ya estuvo en bandeja al igual que sus tostadas, el castaño, aún con el mandil de cuadros azul puesto, fue hacia el dormitorio sin puertas donde estaba  moreno tendido boca abajo. Sí que gozaba un sueño pesado.

KyungSoo iba a evocarlo, empujando su hombro, pero luego recordó la propuesta de la madrugada ¡Vamos, eran novios por un día! Así que le brindó una buena y certera nalgada, sin poder evitar carcajearse en el proceso.

JongIn cobró conciencia de golpe, al sentir ese azote en su parte trasera. Estudió a todos los lados que le permitía el movimiento limitado de su cuello. Hasta que divisó a un KyungSoo sonriente, con las pupilas brillantes por la risa, juró que no era real y se encontraba alucinando. KyungSoo vestía un mandil de cocina que para las retinas del arquitecto, le quedaba sumamente sexy.

Por las alas del Ángel [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora