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La lluvia lo tomo desprevenido. Siseo maldiciones tiritando del frío que traspasaba su delgada ropa. El temblor disminuye su velocidad al caminar y con suerte avanzó unos cuantos metros. Sintió una sensación de calidez rodear su cuerpo y confundido se giró, encontrándose con unos bellos orbes azules, que lo miraban preocupado.

—Ah~ Sasuke, ¿Qué haces bajo la lluvia sabiendo perfectamente que podrías enfermarte? –lo miró de pies a cabeza, notando la falta de un elemento importante en esas temporadas. —¡y sin paraguas!

—Shh... estoy bien –interrumpió, abrazando a Naruto por el costado. —. Recibí la llamada de un número desconocido, creí ver a alguien a lo lejos y lo perseguí, pero lo perdí de vista.

Recibió un no tan suave golpe en la nuca, renegó ante el golpe, pero sabía que lo tenía bien merecido.

—Ahora mismo iremos a mi casa, te ducharas y cambiaras antes de que puedas enfermarte, y comerás algo caliente –ordenó. Comenzando a estirar su brazo llevándolo a rastras a dirección a su hogar.

—¿Ramen? –preguntó sarcástico, sabiendo que todas las comidas del rubio requerían al menos una porción de aquel platillo.

Naruto frunció los labios y negó con un adorable puchero.

—Por tu salud omitiré el ramen esta noche.

No sabía cuándo habían llegado a la puerta del rubio. Espero a que saque las llaves de su bolsillo y Naruto le cedió el paso primero, escucho la puerta cerrarse detrás suya y analizó su alrededor. La casa extrañamente estaba en silencio.

—Si te lo preguntas. Mis padres no están en casa –resolvió su duda mientras buscaba toallas para secarse. —. El baño está a la derecha o si quieres puedes usar el de mi habitación, yo calentaré la cena –sacudió los mojados cabellos de Sasuke y prosiguió a echarle un vistazo al reloj. —. Antes de las nueve te quiero bien limpio y cambiado.

—Como digas –rodó los ojos.

Se acercó a los labios de Naruto y le robo un beso, dejándolo sorprendido y corrió sin darle tiempo de que detuviera su carrera hacia el baño. Cerró la puerta recargando su espalda sobre esta, suspirando inevitablemente y prosiguió a quitarse la ropa, procurando tardar más de lo que debería para molestar a Naruto.



[ 🍥 ]



La hora acordada había pasado hace más de ocho minutos. Apagó el fuego de la estufa para evitar accidentes y buscó directamente a Sasuke, tocando la puerta antes de entrar.

—¿Sasuke, estás aquí? –pegó su oreja e intentó fallidamente escuchar el interior del baño.

Suspiró al no recibir respuesta y fue directamente a su habitación, recordando que anteriormente le propuso a Sasuke el baño de su habitación. Se dirigió corriendo a las escaleras subiéndose a una increíble velocidad y dio tres toques a la madera de la puerta. Se rindió al no recibir de nuevo ninguna respuesta y lentamente abrió la puerta, mirando con los ojos entrecerrados el interior del cuarto. Por un estrecho hueco se podía apreciar que la luz del baño estaba encendida, secó el sudor de su frente y prosiguió a dar un paso hacia la puerta. Deteniéndose al ver como se abría lentamente, dejando escapar el vapor y el olor a jabón por los aires.

Frente a él estaba Sasuke con solo una toalla enredada en su cintura. Le fue imposible mantener la vista en alto cuando algo en su interior lo obligó a mirar más allá de aquella tela.

—S-sasuke.

—Tenías razón, necesitaba una ducha urgentemente –paso de él como si no estuviera su presencia. Buscando alguna prenda en el armario de Naruto que pudiera quedarle.

Sus pies avanzaron por sí solos. Apegó fuertemente su pecho a la espalda descubierta de Sasuke, y tras dejar un beso en su hombro, tironeo el lóbulo de su oreja con sus dientes.

—Tú... ¿planeabas esto, no? –logró formular entre jadeos, acariciando los mojados cabellos negros.

En respuesta Sasuke apego su trasero al bulto que comenzaba a crecerle en los pantalones. Un gruñido salió de sus labios y dejo besos húmedos en piel nívea.

—No me provoques más,  Sasuke –pidió, sabiendo que si la situación avanzaba, terminarían de alguna forma entre las suaves sábanas.

—¿O si no... qué? –se giró despegando el trasero de su entrepierna. Su excitación aumentó ante la fricción y capturó sus labios con sus dientes. —, ¿vas a castigarme?

Antes esa respuesta Naruto torció su sonrisa, la tela que cubría las partes nobles de Uchiha iba cayendo poco a poco. No tuvo que hacer demasiado antes de que la toalla estuviera en algún rincón de la habitación y disfruto de la vista. Con su pulgar acarició las caderas y trazó círculos imaginarios posando sus ojos en los oscuros ojos de Sasuke.

—No quiero hacerte daño –con su mano libre dejó suaves caricias en la mejilla de Sasuke.

Cerró los ojos disfrutando de las corrientes eléctricas que Naruto provocaba en su ser.

—No lo harás... –besó su pecho y fijó sus ojos en él, sintiéndose algo abochornado. —, si es contigo nada puede hacerme daño.

Y eso fue suficiente para que el vínculo se fortaleciera, bajo las penumbras de la noche sus cuerpos se volvieron uno solo. Demostrando el amor que el tiempo reprimió en ellos. Sin pensar en nada que no fuera ese momento, se dejaron llevar por las caricias en sus necesitados cuerpos.

Cada jadeo y gemido era una dulce melodía que salía de sus gloriosos labios, tan rojos e hinchados por los húmedos besos. Sus manos explorando las desconocidas rutas de sus cuerpos y experimentando el verdadero placer. Sintiendo un agradable calor en su pecho al entregarse a la persona que más aman. Después de unos minutos, terminando su segunda ronda, sus manos se entrelazaron mientras el orgasmo los dejó exhaustos, con una sonrisa llena de satisfacción.

—Te lo dije Naruto –sonrió, secando el sudor de la frente de su amante. —. Te dije que lograría enamorarte y lo cumplí.

—Entonces prométeme algo... –las oleadas de calor sacudían su cuerpo. Abrazó el cuerpo desnudo de Sasuke y prosiguió: —. ¿Lograrás quedarte conmigo para siempre?

Sasuke ladeó su cabeza y con una inmensa felicidad respondió:

—Prometo estar contigo para siempre, mi dobe.


Una Oportunidad ❄ NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora