Una Oportunidad ❄ NaruSasu

29

Una montaña de papeles de colores alegres cayó a sus pies cuando reviso el correo. Suspiró frustrado, a punto de perder la paciencia y echó su pelo hacia atrás.

«¿Acaso no se dan cuenta que no me importan?» pensó mientras desechó todos los dulces y detalles a la basura.

Desde hace varias semanas que caminaba por el corredor con Naruto tomados de las manos y pensó que con eso sus "fanáticas" lo dejarían en paz. Este año recibió menos cartas que el anterior, pero eran suficientes para sacarlo de quicio. Oprimió el puente de su nariz mientras contaba hasta diez para relajarse, volvió a su hogar y se recostó en el sofá. La tranquilidad no duró por mucho tiempo cuando el timbre resonó por todo el lugar.

Cansado, se levantó a abrirle a la persona que interrumpió su calma.

—Me puedes explicar... ¿qué es esto? –Naruto pegó lo suficientemente cerca de su rostro un papel lleno de corazones y demás cosas cursis.

—¿Una carta? –expresó sarcástico.

—Sé que es una carta, yo me refería a lo que dice la carta.

Sin tomarle atención botó de la mano de Naruto aquella aberración y lo miro neutro.

—¿Cuál carta?

Naruto comenzaba a molestarse.

—La carta que acabas de tirar al suelo –masculló. —. Esa carta.

—¿Habiendo millones en el contenedor de basura te concentraste más en esa carta que seguramente dice la misma mierda que las otras?

Naruto afirmó aún molesto.

—De verdad que eres idiota –le reprendió. —. Ven.

Tomando el cuello de su camisa rudamente lo atrajo a sus labios. Besándolo para tranquilizar los celos de su rubio.

—Aún sigo enojado.

Sasuke besó sus mejillas y la punta de su nariz. La sonrisa salió por sí sola, Naruto rendido ante los besos rodeo su cintura, dejando castos besos en la piel nívea de su cuello.

—No hagas esto a-aquí, usuratonkachi –jadeó, apartando al rubio suavemente de su cuello.

—Cada día me enamoras más, teme –habló sobre sus labios, alejándose avergonzado al ver una figura de estatura media dirigirse a donde ellos estaban.

—¿Aquí vive Itachi Uchiha?

Mirándose unos segundos confundidos, Sasuke respondió con un asentimiento y con su ceño ligeramente fruncido.

—¿Quién eres tú?

—Oh... eso no importa por ahora. Solo díganle que se le necesita urgentemente en Akatsuki.

El desconocido los volvió a dejar solos. Sasuke sacudió los hombros y se giró hacia Naruto.

—¿En que estábamos? –meneó las cejas y acarició uno de sus mechones de cabello.

—De que por fin me has aceptado.

Sintió esa felicidad tan satisfactoria, que solo ocurría cuando Sasuke estaba a su alrededor.

—Feliz San Valentin... –recordó sin dejar de mirar los labios de Sasuke.  

—Feliz San Valentin, dobe.

Esta vez no hubo algo que los interrumpiera. Continuaron besándose hasta que el aire se les acabó, Sasuke acariciando los hombros de Naruto mientras éste acariciaba con delicadeza su cintura.

—Tus besos me han dado hambre –escucho su estómago rugir. Como si nada se separo de Naruto y caminó hacia el patio trasero. —. Compláceme y pide algo para comer, puedes pedir lo que quieras.

—¡Teme!

—Y también un agua natural, de favor.

Pellizcó su nariz molestando al rubio. A regañadientes hizo el pedido sin dejar de murmurar maldiciones.

—¿Sabes que por eso te amo, no? –exclamó desde su lugar, sonriendo con burla al ver a Naruto frunciendo el entrecejo hacia su persona.

—Pff... ¡yo también te amo!