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Neji se había ido hace rato, dejando a Naruto solo con sus pensamientos. Creyó ver a Hinata a unos metros adelante, apresuró el paso decidido a saludarla y aclarar unas cuantas dudas respecto a su relación con ella. Sentía que el momento de hablar había llegado. Hinata estaba frente a él, de espaldas y sin prestarle atención a su persona. Se acercó decidido a la pelinegra tomándola del antebrazo. Hinata por el brusco movimiento saltó en su lugar del susto y fijó su mirada espantada a Naruto.

—N-naruto-kun...

Los orbes color perla se volvieron acuosos. No sintió su corazón retorcerse al verla tan indefensa y desprotegida.

—Tenemos que hablar –soltó directamente, sin dejar su expresión seria.

—¿Puede ser otro día? hoy estoy muy ocupada –trató de alejarse del rubio pero este no cedía en soltar su brazo.

—¿Ocupada en esconderte de mí? o acaso es...

A lo lejos vio a Kiba caminar hacia ellos con dos conos de helado en sus manos. La sonrisa en la cara del chico perro desapareció y una mueca se formó en sus labios.

—¿Interrumpo algo?

—K-kiba-kun... no interrumpes, claro que no –sonrió nerviosa.

—Ya veo –Naruto miro a la pareja y sin mucho ánimo liberó el brazo de Hinata. —. Mañana hablaremos –dirigió su mirada a Hinata y la vio fijamente.

Dio la vuelta y caminó lejos de ellos. No sentía ese característico vacío en su pecho como muchas otras parejas decían. Se sentía libre, como si hubieran removido un gran peso de sus hombros, algo que antes le hubiera parecido extraño ya que amaba mucho a Hinata. Entonces comprendió.

Hinata no era la persona indicada para él.



[ 🍥 ]



—Mi Naru-chan –Kushina lo abrazó. —, quita esa cara larga. Ya verás que muy pronto el amor llegara a ti.

—Mamá –la tomó por lo hombros separándose un poco. —. No estoy triste, solo un poco sorprendido.

—Así que es eso dattebane –suspiró. Una idea pasó por su mente. —. ¡Ya sé! para quitar este tenso ambiente preparare tu ramen favorito.

—¿De veras? –su carácter desanimado pronto tomó esa alegría tan habitual.

—Sip, y podrás comer hasta que estés satisfecho.

Naruto abrazó a la mujer levantándola del suelo, la emoción casi los hizo caer y Minato, que recién llegaba del trabajo, solo observaba feliz como su familia convive.

—Así que después de mucho tiempo probaremos tu delicioso ramen.

—¡Muy bien, esperen ansiosos la cena que esto será un momento de celebración en familia! –alzó la barbilla orgullosa y posó las manos en sus caderas.

Naruto y Minato alzaron las manos gritando con euforia. Hace mucho tiempo que aquella casa no se llenaba de tanta alegría.

—Ya verás que el amor llegara a tu puerta algún día, Naruto –Minato sacudió los desordenados cabellos de su hijo.

—Estaré esperando ese día dattebayo –sonrió de lado. Estiró su cuerpo como un gato y miró a sus progenitores. —. Nos vemos en la cena –acomodó sus cabellos y se dirigió a la entrada de su casa.

—¿A dónde vas? –interrogó Kushina antes de que saliera.

—Iré a la casa de Sasuke –le besó la mejilla. —. Hasta luego papá –Minato asintió sonriente.

Una vez que Kushina y Minato quedaron solos, sonrieron al ver como Naruto se alejaba de su hogar.

—Tal vez el amor no llegará a su puerta –comenzó Minato.

—No, él irá a la puerta de su amado –completó Kushina. Orgullosa de su único hijo.

—Venga, vayamos a comprar los ingredientes para la cena.

Kushina siguió a Minato aun sonriendo agradecida por tener una maravillosa familia junto a ella.



[ 🍥 ]



—¡Sasuke! –canturreo por el gran jardín.

Mikoto al verlo frente a la puerta le había sonreído y le accedió la entrada, indicó que Sasuke vagaba por el jardín trasero y aun no lo encontraba, tenía más de seis minutos buscándolo y ninguna señal.

—Usuratonkachi –le sorprendió por detrás. Naruto se giró al escuchar la voz de Sasuke y se colgó a su cuello.

—Sasuke~ vayamos a jugar videojuegos.

—¿Que te crees al venir a mi casa y darme órdenes?

—Mikoto-san me dejó pasar –sonrió triunfante.

Sasuke suspiró rendido.

—Lo haré con una condición.

Naruto enmudeció expectante a lo que Sasuke tenía que decir.

—Tienes que darme un beso.

Sintió como el aire se le iba de los pulmones. Naruto tartamudeo y sonriendo nervioso se señaló a sí mismo.

—Y-yo d-darte ¿un beso?

—Claro que tú, idiota –giró los ojos. Naruto empezó a sentirse como un idiota. —, creo que mejor te lo daré a ti.

Naruto veía todo en cámara lenta. Como los labios de Sasuke se acercaron a los suyos. Un torbellino de emociones atacó su estómago, el beso era tan inocente que su mente se consumió en ternura. Sonrió en medio del beso probando los dulces labios del azabache.

—¿Vienes a jugar? –preguntó sonriente el Uchiha. Riendo internamente mientras Naruto murmuraba cosas inentendibles. —. Oye Naruto –le llamó al no ver señales de razonamiento en él.

—Sasuke... –el rubio levantó la mirada.

Sasuke se sintió temblar por la pesada mirada que le dirigía Naruto.

—Creo que... me gustas.

Una Oportunidad ❄ NaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora