Una Oportunidad ❄ NaruSasu

01

Sasuke observaba como el menor de los Uzumaki caminaba por la vereda, sonriendo como usualmente hacía. Pareciendo desinteresado, metió las manos en los bolsillos delanteros del pantalón de su uniforme y a paso tranquilo siguió a Naruto. 

Naruto veía las calles distraído, saludando a personas que pasaban por su lado. Antes de entrar a la academia, Naruto giró la cabeza al sentir una penetrante mirada seguirlo desde hace varios minutos. Se alegró de solo ver a Sasuke y no algún delincuente o asesino como su creativa mente pensaba.

El Uchiha sintió un ardor adornar sus lechosas mejillas y un dolor en el pecho al verse descubierto por Naruto.

—¡Sasuke! –gritó eufórico, esperando a su compañero aún en la entrada de la Academia.

—Uhpm. Hola, dobe –evitó el contacto visual con Naruto y siguió caminando, dirigiéndose a la primera clase que su horario dictaba. 

—Teme –gruño entre dientes, frunció el entrecejo y enseguida cambió de tema. —. Tenemos que darnos prisa antes de que nos dejen fuera de la clase.

Retandose con la mirada, aumentaron la velocidad de sus pasos, visualizando la puerta del salón de clases a lo lejos. Casi corrieron en el pasillo, una estricta regla que tenían prohibido hacer pero que ahora poco les importaba, peleando constantemente el primer lugar, creyendo que el otro hizo trampa para no ser el segundo lugar. 

En el camino a su aula se encontraron con Obito Uchiha, maestro de alumnos de nivel superior al de ellos. Naruto y Obito mantenían una amistad que en cierta parte molestaba a Sasuke. No le gustaba la fluidez que tenían las conversaciones del rubio y el Uchiha mayor, pero él no tenía el derecho de prohibirselo.

Obito los regaño por correr en los pasillos, más no los reportó como esperaba el azabache, todo gracias a las súplicas del rubio, que parecieron tener efecto en el Uchiha cuando éste soltó un suspiro y les pidió que no volvieran a hacerlo. Conversaron en todo el camino, cruzando los pasillos llegando a la clase correspondiente. Él Uchiha menor se sintió ignorado y concentró toda su atención en llegar al salón. Al estar frente a la puerta, Obito se retiró dándole una sacudida al desordenado cabello de Naruto, Sasuke se mantenía en silencio, ambos Uchihas se despidieron asintiendo.

—Iruka-sensei nos castigará –afirmó Sasuke, girando los ojos ante lo molesto que sería escuchar aquello. Naruto suspiró, sabiendo el sermón de puntualidad que les esperaba al final de la clase.

Naruto abrió la puerta sin encontrar a Iruka-sensei en su puesto. Sasuke pudo jurar que los ojos del rubio brillaban de emoción. Se dirigieron a sus asientos, cada uno por su lado. Naruto se sentó a lado de Kiba. Sasuke estaba solo, le desagrada cualquier compañía, excepto la que le brindaba Naruto, aunque inútilmente intentaba negárselo a sí mismo.

Unos chillidos provocaron un dolor punzante en su cabeza. Cerró los ojos calmando el dolor y pensando en cómo ignorar a las desquiciadas que comenzaban a acercarse hacia él, peleando por el lugar vacío de su costado. 

—¡Yo me sentaré con Sasuke-kun!

—¡Ni lo sueñes, frente de marquesina, seré yo quien se sentará a lado de Sasuke-kun!

Naruto observaba confundido a su compañero, no entendía qué era lo llamativo de aquel chico. Dispuesto a encontrar alguna perfección en el rostro de Sasuke, arrastró la silla hacia atrás y caminó hasta el lugar del azabache. Se subió a la mesa poniéndose en cuclillas quedando frente a frente con su objetivo. Sasuke sintió el aliento salirse de sus pulmones, agradece ser difícil de sonrojar, pero con el rubio a tan poca distancia de su rostro era algo meramente imposible. Él era el único que lograba que los colores subieran a su rostro.