Cuando llegaron a aquel lugar Donghae creyó que la ropa que usaba no era lo suficientemente buena, el ambiente completo era un barco anclado al muelle de forma permanente, por dentro era muy elegante con luces por todo alrededor y las mesas perfectamente decoradas con un mantel fino blanco de encaje en cada una de ellas, velas perfumadas y accesorios de finísimos detalles. Las personas asistentes lucían muy elegantes, parecían del estilo de vida con el que siempre había soñado. ¿Quién era Emily en verdad? Se preguntó, el sitio se veía muy costoso a simple vista y tan lujoso que sus ojos adquirieron un destello ambicioso con el paso de los minutos.
-Buenas noches, bienvenidos al Lou Ocean ¿Tienen alguna reservación?
-De hecho no, pero...
-¿Desean una mesa?
-Sí, pero... –Donghae notó la duda en la voz de Emily y quiso matarla, pasaría una verdadera vergüenza frente a toda aquella gente si metía la pata-
-¿Tarjeta de Crédito o efectivo?
-Yo... No –suspiró- El dueño es amigo mío y la última vez que lo vi me dijo que podría venir en cualquier momento.
-¿Está usted jugando? –preguntó el amable mesero incrédulo, Donghae la tomó del brazo para hacerla retroceder y sacarla de ahí, las personas en la fila trasera empezaban a mirarlos con cierto descontento-
-Claro que no, por favor, podría ir y decirle que Emily Rivera vino a verlo. –Ignorando del agarre de Donghae-
-Disculpe, no puedo hacer eso, el señor está muy ocupado ahora y no permite interrupciones por casos como estos –Donghae bajo la cara sonrojado, no podía creer aquello-
-¡Por favor! Hágalo -Ya más seria- o llamare a mi papá y le pediré su teléfono.
-Señorita, ¿sabe cuántas personas quieren pasarse de listas durante el día? Lo sentimos, pero no podemos dejarlos pasar mientras no tenga reservación previa.
-Bueno, entonces quiero una mesa a nombre de Andrés Rivera.
-¿Andrés Rivera?
-Así es, y mientras esperamos, quiero que vaya y le diga al gerente que Emily Rivera está aquí o juro que perderá su trabajo –lo miró retadora- No me obligue a llamar a mi papá.
-Señorita, en verdad no puedo hacerlo...
-Hágalo –refutó mandona, en eso era buena- o juro que perderá su trabajo y no estoy bromeando.
El tipo suspiró después de tanta insistencia, cogió el móvil que tenía sobre el taburete de recepción y habló. Por unos segundos pudieron notar que se le negaba hablar con el dichoso dueño, después de un momento su rostro duro cambió por uno afligido y apenado, acercándose a ellos con más dulzura y cordialidad.
-Disculpe señorita Rivera... –Donghae miró al hombre de manera aliviada- En seguida le daremos pase VIP, por favor adelante. El caballero –señalando a un camarero que los saludó con la mirada- los guiará a una de nuestras mejores mesas –Emily sonrió con suficiencia-
-Gracias, que amable... -Tomó la mano de Donghae y entraron orgullosos, Emily era increíble-
El amable hombre los guió hasta una de las mesas de la cubierta, en la que habían pocas personas y se podía observar el mar junto a la fría noche. El hombre arrimó la silla para Emily y acomodó a Donghae en el asiento de enfrente, trajo uno de los mejores vinos por cortesía de la casa y sirvió una copa para cada uno haciendo una ovación antes de retirarse.

ESTÁS LEYENDO
La Mocosa
Fiksi PenggemarEmily es un alma L I B R E, Donghae esta A T A D O a su amor por el dinero. Emily tiene 17 y Donghae 27. No hay problema, ella cumplirá 18 el año que viene y ya no será una mocosa. Escrito por: HaeKat* ~ Romance ~ Comedia