La Mocosa

Capítulo 23

Jaqueline firmaba varios papeles en el escritorio de la habitación de hotel de New York, tenía las cortinas cerradas y solo dos luces del techo encendidas, el sonido de su celular detuvo su concentración. Tomó el IPhone color plata y lo levantó para despejar su mente un momento. Vio en la pantalla el aviso de tres nuevos mensajes de whatsapp en espera, sonrió inconscientemente al ver el nombre de la persona que lo enviaba.

Abrió el chat correspondiente y lo que vio la dejó helada, Donghae y una mujer. Le tomaron varios minutos reconocerla, amplió la foto varias veces hasta poderlo creer, era la mejor amiga de su hija. 

Borró aquella sonrisa boba de su rostro y revisó las fotos una y otra vez para divisar bien el rostro de ambos. La primera foto le destrozó la calma, ambos salían de un hotel con las manos unidas, la segunda fue aún más violenta, se visualizaba claramente como ambos se besaban de forma apasionada sin importarles ser descubiertos, incluso pudo observar como una de las manos de su esposo estaban sobre el trasero de la chiquilla, luego otra, en donde se veía como ambos ingresaban al lujoso hospedaje, bastante cómodos y riendo. Aquellas fotos habían sido captadas en el viaje que hicieron por el cumpleaños de Emily, después de arribar el primer día. Jaqueline no sabía que tuvieran tan estrecha relación, a simple vista parecían dos personas muy lejanas.

"Amiga, siento mucho ser quien te muestre esto, pero, debía hacerlo, hace poco llegue de Miami y me arme de valor para enviar las fotos"

Escribió Sharon después de enviar las pruebas sin pena alguna, se sintió un poco avergonzada por la forma en la que su amiga había descubierto la infidelidad de su marido, también se sintió enfadada con Donghae, con la mocosa oportunista y con el mundo entero. En cuanto llegará a casa en unas horas de vuelo tendría las respuestas que necesitaba.

[...]

Jaqueline había llegado dos horas antes a casa, ni siquiera había desempacado, simplemente había dejado las maletas en la habitación y lo había esperado sentada en el sofá de la enorme sala, pensando todavía en la traición que había cometido. La puerta se abrió de forma repentina y vio caminando a su marido hacia la habitación con la mirada perdida, Donghae había estado pensando a solas después de la ruptura con Emily y había decidido regresar a casa solo para no levantar sospechas, aunque ya ni siquiera le importara volver. Subió las escaleras con pesadez y Jaqueline lo interceptó en el trayecto, su voz lo asustó por la forma tan súbita en la que apareció, ni siquiera sabía que había llegado. Su esposa estaba de brazos cruzados, con la mirada fría y una sonrisa malvada, quería comprobar primero que tan embustero era; después de todo, las mentiras te llevaban lejos, lo difícil era volver.

-Hola Donghae ¿De dónde vienes amor? Te estuve esperando–Simuló normalidad para ver la magnitud de su respuesta y tal como lo temía, reaccionó con un cuento barato-

-¡Jaqueline! ¿Cuándo regresaste? –no se acercó a abrazarla para darle la bienvenida, simplemente no tenía ganas de nada- Estuve en el gimnasio –inventándose algo rápido para la pregunta, Jaqueline apretó el gesto cruzándose de brazos-

-¿De verdad? –cuestiono incrédula, el asintió sin muchas ganas, lo siguiente lo dejó perplejo- ¿Ahora a los gimnasios se les llama Emily Rivera? –se detuvó de inmediato ¿Emily? –

-No sé a qué te refieres. –poniendo la mejor cara de confusión que tenía-

-No te hagas el idiota Lee Donghae, ambos sabemos que lo del gimnasio es una maldita mentira, tengo fotos de ustedes dos –Donghae quedó aturdido, una torre de engaños siempre encontraba a forma de caer, para bien o para mal- Tu silencio me lo dice todo –acertó fría- ¿Tienes algo con ella?